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Advertencia: capítulo con contenido adulto y otros elementos a fines, leer bajo su propia discreción.

Perverso

Capítulo 7

Tuvieron sexo, así, simple y plano.

Sasuke podía entender el porqué de la obsesión de la gente con la fornicación, se sentía bien siempre y cuando la motivación fuera la correcta, y la suya, podía asegurar, cumplía fácilmente aquello.

Ambos estaban ahora acostados en la cama –un poco más grande que una individual– recuperando el aliento y la fuerza que aquel acto había drenado. Estaba bocarriba, contemplando el techo con un brazo doblado bajo su cabeza y el otro extendido con su antebrazo fuera de los límites del colchón, prácticamente flotando sobre el piso. La cabeza de Hinata descansaba sobre el brazo de él mientras que una de sus propias manos reposaba sobre su bíceps.

El sudor en el cuerpo de ambos se estaba secando, la sensación pegajosa que él mismo sentía era evidencia de ello. La respiración de Hinata era suave y uniforme, no tenía que mirar para saber que estaba dormida.

No importaba, su propia mente estaba en otra parte, reproduciendo los últimos eventos de la noche que los había llevado a aquella posición.

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Cuando cerró la puerta, apenas tocándola con la yema de los dedos, inmediatamente llevó la mano con la que había realizado la acción hacia el rostro de Hinata, sosteniéndolo en su lugar.

Con suavidad la había halado un poco hacia un lado, llevándolos a ambos a dar media vuelta y luego le dio un empujón, pequeño pero fuerte, chocándola contra la pared y provocando que soltara un pequeño gemido mezclado con un quejido de dolor, que la llevaron a abrir los ojos para encontrarse con los de él.

Ambos se quedaron en silencio un momento, solo mirando a los ojos del otro, él, completamente relajado mientras que ella temblaba como una hoja, aunque sabía, no era debido al miedo.

Era algo más.

—Quizás... —rompió Hinata el silencio, su voz una octava más aguda, mostrando el nerviosismo que visiblemente trataba de ocultar tras un tono de deseo. Sus manos, más firmes que todo su cuerpo, se elevaron hasta posarse en su pecho y acariciarlo levemente por encima de la ropa antes de halarlo con el mismo cuidado hacia ella —quizás deberíamos tomar esto a un lugar más... cómodo

Que ella tomara la iniciativa por sí misma era algo sorprendente. En esos meses que la estuvo observando presenció en varias ocasiones como alguien más tenía que ofrecerle algo que ella obviamente quería, ese alguien siendo casi siempre su primo, Neji, quien era la persona que por lo general estaba a su lado en la mayoría de las ocasiones en las que se encontraba fuera de su pequeño negocio.

Sasuke, en lugar de darle una respuesta verbal, tomó una de las manos sobre su pecho y la alzó hasta que rozó con sus labios sus nudillos, manteniendo el contacto sin que sus ojos se apartaran de los de ella, siendo capaz de presenciar el pequeño estremecimiento que sacudió su cuerpo ante aquella minúscula acción.

Cuando el contacto terminó, él llevó sus manos unidas hacia adelante, apuntando con ellas al pasillo en una invitación para que caminara frente a él, hacia la habitación. Ella lo hizo inmediatamente, no sin antes darle una rápida mirada mientras mordía su labio en un acto de seducción.

La veía caminar desde atrás, el movimiento de sus caderas, lento y oscilante, tenía el poder de hipnotizar a cualquier hombre que pudiera presenciar lo que él. Aun estando a su espalda podía ver las arrugas que se habían formado en su camisa, eran pocas, siendo solo una advertencia de lo que iba a pasar. Suficientemente extraño su pelo seguía recto y peinado, ni una sola hebra fuera de lugar, perfecto incluso en los movimientos leves que reproducía al son de su andar.

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