Los Diez Años En Los Que Más Te Ame (adaptación al Mewgulf)

🌼🌼Capítulo 14🌼🌼

Maratón 3/5

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Al día siguiente, cuando Gulf se despertó, Mew ya se había ido. Se sentó en la cama fría y masajeó su delgada cintura ya que se encontraba muy adolorida, lo hizo durante un rato antes de levantarse. Hoy necesitaba ir al hospital y recibir la quimioterapia.

Cuando salió de la habitación, se sorprendió al descubrir que el castaño había alimentado a los gatitos y además preparó el desayuno para él, incluso había dejado una nota para recordarle que colocara la comida en el microondas antes de comerla.

El ojicafé sacudió la cabeza y tiró la nota a la papelera. Se agachó para acariciar a los cuatros felinos peludos y jugó con ellos durante unos momentos. Luego tomó sus medicinas y se cambió de ropa, con la intención de ir al hospital.

Esta vez se miró cuidadosamente en el espejo y se aseguró de que no hubiera ninguna marca obvia en su cuello, incluido hombros, antes de salir por la puerta. Estaba agradecido por la pequeña amabilidad de Mew, aunque su piel debajo de la ropa se encontraba llena de moretones.

Mantuvo la calma de camino al hospital. Sin embargo, cuando se bajo del autobús y vio la gran edificación frente a él, se comenzó a sentir nervioso. El doctor le había dicho que debía ser hospitalizado durante la quimioterapia, pero se negó sin dudarlo en ese momento. Incluso se negó a conocer las terribles secuelas y efectos secundarios causados por el tratamiento porque temía hundirse en el miedo y quitarse la vida directamente.

Gulf nunca esperó sufrir tanto durante la quimioterapia. Se sintió en el infierno cuando tuvo una fuerte sensación de dolor de cabeza y náuseas, cada fibra de su cuerpo le dolía como si hubieran numerosos insectos arrastrándose por sus vasos sanguíneos, mordiendo su carne y trayendo un dolor insoportable. Él tenía mucho miedo al dolor, pero esta vez tuvo que soportarlo en silencio. Se mordió los labios con tanta fuerza que le comenzó a salir sangre, y su piel estaba húmeda debido al sudor frío.

Bright le pidió a un médico que lo cubriera antes de que fuera a acompañar al pelinegro. Su corazón dolió cuando vio al pequeño temblando del dolor, no podía caminar así que sostuvo al pobre chico en sus brazos y secó la cara sudorosa de Gulf con ternura.

— Doctor Vachirawit — El ojicafé estaba en un estado de miedo inconsciente. Tenía un rostro hermoso, pero ahora estaba fantasmalmente pálido por el dolor incesante, e incluso su labios se estaban tornando blancos — No me dijo que la quimioterapia dolería tanto.

— Bright le dio una suave palmada en la espalda y lo calmó — Todo esta bien, estarás bien. Lo hiciste.

— Gulf luchó por curvar sus labios en una leve sonrisa y susurró con una profunda expresión de tristeza en sus ojos — Estoy sufriendo tanto, el dolor es insoportable ¿Qué pasará si no lo aguanto?

Al pelinegro le dolía demasiado caminar después de la quimioterapia así que por esa vez, no rechazó a Bright cuando esté le tomó la mano para ayudarlo a descansar en la camilla de su oficina. Ambos guardaron silencio, pero el doctor fue atacado fuertemente por un sentimiento indescriptible en el corazón que se volvía cada vez más fuerte. Estaba seguro de que había perdido su corazón por Gulf.

— El rostro del menor se encontraba tan pálido como las sábanas blancas de aquella cama, sus ojos café estaban apagados e inanimados. Bright se sirvió una taza de agua caliente y dijo — ¿Quieres un poco de agua?