Los Diez Años En Los Que Más Te Ame (adaptación al Mewgulf)

🌼🌼Capítulo 50🌼🌼

Mew fue al cementerio de Doncaster un día antes de irse. Durante media hora, se arrodilló ante la tumba de los padres de Gulf y quemó papel moneda para ellos.

Aplastó todos los billetes y los arrojó al fuego. Sus dedos temblaban sin control. Parecía haber envejecido 10 años en un instante. El adelgazamiento patológico de sus mejillas y sus ojos cansados nuestra relación llegaría hasta este punto, nunca me habría acercado a Gulf desde el principio.

Si tan solo se hubiera alejado de él, podría haber tenido una mejor vida. Sería admitido en una gran escuela de medicina, conseguiría una novia y se convertiría en un doctor después de graduarse.

Aunque Gulf no podría no estar feliz con ello, pero al menos, Mew no sería la causa de su infelicidad.

Él sabía que no lo merecía pero él fue egoísta. Ya que después de haber sido alagado durante tanto tiempo, pensó que se merecía todas las cosas nuevas y llamativas que quería. Así que se volvió loco y se convirtió en un casanova que no recordaba su hogar, pero se arrepiente de ello ahora, si no tenía a Gulf a su lado desde el principio hasta el final, no era nadie, nada.

— Cuando extendió la mano en su billetera y no hubo algún billete más por agarrar, se dio cuenta de que había quemado todos lo que tenía. Volvió a la realidad y se inclinó ante sus tumbas — Sé que lo han extrañado. Pero, por favor, se los ruego. No se lo lleven demasiado pronto — Mew no quería eso para Gulf. A pesar de que él ya tenía predicha una vida corta. La vida de Gulf fue difícil cuando fue amado, y cuando esta mejoró, ya no había nadie que lo amará. Sabía que nunca podría compensar todas las cosas que Gulf había perdido, pero haría todo lo que pudiera. Y lo demás, lo compensaría en la próxima vida.

Hay 350 kilómetros de Liverpool a Londres. Y en cada centímetro, te extraño, Gulf.

Si de verdad amas a alguien, no importaría si terminan con resentimiento o desesperación. Ya que cuando tus recuerdos vuelven, mientras estás en una escena en particular, todo lo que podrías pensar sería en las deliciosas comidas que había preparado para ti, la nieve que habían visto juntos cuando estaban tomados de la mano y el gran ramo de flores que él te había regalado con una sonrisa.

No eran sus frías palabras o su violencia lo que recordarías.

No se trataba de si lo habías superado. No se trataba de si era un amor sin sentido o de suplicar amor. Siempre era el instinto de todas las criaturas vivientes buscar el beneficio y evitar el daño.

Gulf se calló de repente como solía hacer. Bright también dejó de charlar y condujo en silencio.

En ese momento, se escuchó un sonido de su teléfono que indicaba la llegada de un nuevo mensaje de texto. El móvil estaba junto a su mano así que abrió el buzón mientras conducía.

Después de darle una mirada al mensaje, se puso serio. Miró a Gulf discretamente, quien estaba mirando fascinado por la ventana.

Era un mensaje de Mew.

Regresare a Londres. No volveré hasta que encuentre la médula ósea correspondiente. Él no se encuentra bien. Deja de llevarlo a lugares solo para evitarme. Por favor, cuídalo.

Bright borró el mensaje y tiro el teléfono al asiento trasero. Estaba muy molesto; se despertaron todo tipo de emociones. Odiaba el tono que uso en el mensaje. Era como si Mew se estuviera haciendo el héroe, y él fuera el que destrozó a la pareja amorosa. Pensó que era divertido. ¿No tenía vergüenza al pedirle que se ocupara de Gulf?

Pero con lo poco que conocía a Mew, se dijo que no volverá, no lo hará. Si había una opción, Bright se mostraría reacio a arrastrar a Gulf por el camino a Oxford.

El coche se detuvo en el jardín de té. Abrió la puerta del auto y extendió sus brazos para cargar a Gulf, pero mientras lo cargaba en sus brazos, sintió que estaba más delgado que antes. Sus omóplatos y clavículas sobresalían, delgados e incluso inquietantes. Los moretones desde el cuello hasta el pecho se extendían por todas partes y casi se juntaban.

Hacía mucho viento. Gulf estaba débil y tosía en sus brazos.

— ¿Tienes frío? — Bright estaba en la puerta mientras que el otro estaba abriendo la puerta con su huella digital.

— Gulf le respondió en voz baja — Ni me importa el frío. Solo no puedo soportar la humedad.

— El médico lo llevó al sofá y se puso en cuclillas para cambiarlo por unas zapatillas acolchadas de algodón — Quédate aquí y mira la televisión, ¿Esta bien? Iré a buscar el deshumidificador y algunos abrigos más.

Gulf asintió con la cabeza obediente. Cuando miró hacia abajo, vio el par de ojos negros que eran suaves y tiernos como si estuvieran encantados y sin poder evitarlo acarició el cabello de Bright suavemente.

— Este se sorprendió un poco; luego tomó su pequeña mano y se puso de pie, besándolo en sus mejillas — Bueno, ¿Has aprendido a seducirme?

— Gulf se sonrojó y apartó la mirada con torpeza —. En realidad... es más como seducir a un cachorro.

— ¡Entonces te morderé! — El gruñido de Bright lo hizo reír.

— Rápido, ve a buscar las máquinas — Gulf frunció el ceño un poco mientras reía, lo que se apoderó por completo del corazón de Bright — No puedo soportar la humedad.

— Bright fue a buscarlas con obediencia y las encontró poco después. Las llevó a la sala de estar y las colocó alrededor de Gulf a una distancia adecuada — Descansa aquí. Iré a prepararte algo de comida.

— El menor tenía un cojín en sus brazos, mirándolo — ¿Ya no vamos a Oxford?

— No. Si nos vamos ¿Quien cuidaría de los jazmines? — Se dio la vuelta y fue a la cocina, dejando su voz a sus espaldas — Ahora tú eres lo más importante, no te preocupes demasiado. Estoy aquí para ti.