Los Diez Años En Los Que Más Te Ame (adaptación al Mewgulf)

🌼🌼Capítulo 39🌼🌼

La persona que conducía el auto era un miembro vip del club de vehículos caros más famosos en Londres, y también, era sobrino de un oficial en jefe de alguna región militar. El niño rico bebió un poco de alcohol y fue a encontrarse con su amante, pero en su paseo mató accidentalmente a un hombre. ¿Cómo se puede tratar a un criminal como a los civiles? Un montón de aduladores hacían cola para resolver su problema. Pero debido a su influencia, el accidente automovilístico ni siquiera provocó una onda.

No fue hasta dos días después que Mew supo lo que le sucedió a Arm. En el momento en que escuchó la noticia, sintió que todo se detuvo, incluso los latidos de su corazón. No tenía una relación demasiado profunda con él ya que lo consideraba una mascota con fines de entretenimiento. Pero la noticia aún así fue un shock muy fuerte.

Mew había ganado tanto dinero a través de los años que sería una mentira decir que nunca se manchó las manos con sangre. No se sentía culpable ni triste por la muerte de Arm. Aunque tampoco se sentía bien con eso; fue como un tic en su pecho. Nunca esperaría que el joven al que salvo muriera a fin de cuentas. Comenzaba a entender que la vida humana no podía ser manipulada por ningún hombre.

Más tarde, descubrió porque se sentía tan mal; era la soledad derivada de su extremo dolor. La muerte de Arm le recordaba a Gulf.

A pesar de saber que su esposo tenía leucemia, nunca se atrevió a pensar que algún día moriría. Solo quería recuperarlo, tetarlo bien y nunca volverlo a hacer sentir mal. Quería estar con él hasta las eternidades.

Pero la realidad era que no todo en este mundo iba a su antojo. Mew cerró los ojos con desánimo. Ahora entendía lo que era la impredecible muerte.

La boda de Saint se celebró según lo planeado. Saint quería posponerlo hasta que su amigo se calmara y recuperara a Gulf, era solo que el abuelo del novio no se había sentido bien en los últimos días y su mayor deseo era ver a su pequeño nieto casarse con un buen hombre.

El ojinegro asistió a la boda de todos modos. Él mismo preparó un paquete rojo bastante grueso. Fue un gran día; quería poner una cara feliz pero era difícil. Se notaba que estaba en malas condiciones por sus mejillas demacradas y la oscuridad debajo de sus ojos.

— Saint lo acompañó en persona y puso su brazo alrededor de su cuello. Fue considerado de su parte no preguntar nada. Mew, sin embargo, no podía soportar otro par de ojos compasivos — Ven a conocer a mi novio y las damas de honor, para que puedan brindar por ti.

— El negó con la cabeza y sonrió — No es necesario. Deja que tú abuelo haga los brindis. Solo estoy aquí para felicitarte — Saco el paquete rojo y se lo tendió — Una muestra de mis mejores deseos.

Mew fue generoso con sus amigos como siempre. Los ocho mil del paquete eran sólo un símbolo de buena suerte; lo que contaba era la tarjeta dentro de la pila de dinero.

— Saint no estaba al tanto de las acciones de su amigo. Lo tomó con bastante alegría y le dedicó con una cara sonriente — Muy bien, es bastante grueso.

— Con los ojos más suaves, Mew sonrió de vuelta — Es de ambos, Gulf y yo.

— Saint hizo una pausa y lo miró por un momento, sintiendo pena por él — Mew... — Dijo luego con voz suave, pero su tono se llenó de amargura y tristeza — Puedo ver cabellos blancos creciendo en tus sienes.

Joss se fue la misma noche que llegó. Conocía a su hermano, así que no perdió tiempo en persuasión adicional. Sabía que era mejor si se mantenía al margen. ¿Cuánto tiempo podría durar la vida de un paciente con cáncer que rechazaba la quimioterapia? Fallecería en menos de un año. ¿Y cuánto tiempo se puede recordar a un fallecido? Menos de un año. Creía que su hermano podía esperar. Calculó que podría servir como una lección de vida para él.

La condición de Gulf empeoró. Su cuerpo estaba cubierto de hematomas e incluso en la peor parte por un edema. Se podía ver un pequeño hoyo cuando se presionaba en una hinchazón pero lo que no se podía ver era el punzante dolor.

Gulf se sentía letárgico todos los días, tenía mal apetito y estaba demasiado débil para caminar. Pero no quería molestar a nadie, es por eso que se guardo el severo dolor para si mismo. Recientemente, quedó fascinado por el gran balcón que se posaba fuera de las ventanas francesas en el segundo piso. Mirando hacia abajo, las plantas del doctor crecían muy rápido en el jardín. Parecían crecer cogollos y si mirabas un poco más lejos, se encontraba una capilla junto a un pequeño lago en la plantación de té. Era una vista agradable.

Bright se sentía muy preocupado por el pelinegro ya que se mantenía con alfileres y agujas en sus brazos todos los días. Resultó ser más terco de lo que pensaba, no solo se mantuvo alejado de la medicina para el tratamiento, sino que también dejó de tomar analgésicos y pastillas para dormir.

Este día, Gulf volvió a tener fiebre, una que lo torturó hasta la noche pero a diferencia de lo habitual, se durmió temprano.

Bright acarició con mucho cuidado su rostro utilizando una toalla tibia y no pudo evitar besarlo desde entre las cejas hasta el borde de los labios, luego se acostó junto a él y lo abrazó.

Lo abrazaba mucho estos días cuando no podía dormir por la noche. A Gulf no le gusto el frío. No importa qué tan alta esté la temperatura del aire acondicionado en las noches, todavía estaría demasiado frió para él. Bright tenía un cuerpo cálido así que sostenía la totalidad del pequeño cuerpo en sus brazos y le daba palmaditas en la espalda como si fuera un niño. A medida que pasaba la noche, Gulf podía dormir mejor pero Bright no conciliaba el sueño.

Así que esta noche, un pequeño sonido que hizo Gulf lo despertó. Lo había escuchado lloriquear en un tono silencioso. Encendió la lámpara de mesa, descubriendo que Gulf aún no se había despertado. Tenía una fina capa de sudor en la frente, lo que indicaba que estaba sufriendo en su sueño.

Lavó una toalla y volvió a limpiar el rostro de Gulf. Las manos le temblaban mientras veía como unas huellas translúcidas de lágrimas recorrían sus mejillas. Lo besó en las pestañas y rezo para poder dormir tranquilo esa noche.

De repente, Gulf abrió los ojos y lo miró sin comprender. Aturdido, hizo una pregunta que salió totalmente de la nada:

— El anillo... ¿Dónde está mi anillo?, ¿Has visto mi anillo?

Bright se sintió muy confundido, pero pronto descubrió que los ojos café de Gulf estaban nublados por completo, como si una pesadilla se hubiera apoderado de él.

Lo convenció para que se acostara. Echó un vistazo a los dedos del pelinegro, en su mano y vio una marca ligera, debido a demasiados años de llevar una argolla, en su tercer dedo.

Si alguien es importante para ti, con el tiempo, dejaría una marca en tu corazón. Sin importar que la persona se tenga en mente o no, la marca simplemente nunca desaparecería.

Bright lo cubrió con las fundas sintiendo tristeza. Todo lo que quería hacer era mirar las plantas que había cultivado para Gulf.