Dulce venganza

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Autora: Albani_Perez

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Mi vida nunca fue fácil, vivir tantas experiencias negativas me ha vuelto un ser insensible incapaz de poder amar, el único amor que tuve era de mi familia y desapareció el mismo día que los vi a todos asesinados en la sala de nuestra casa, no era lo suficientemente valiente para verlos degollados, descuartizados y mutilados sólo recuerdo ver el piso lleno de sangre y huellas zapatos de hombre en ella.

El dolor de una pérdida era horrible pero que toda tu familia lo asesinaran el mismo día y verlos tirados desangrando no tenía comparación.

Era un dolor horripilante.

Mis ojos se posaron en mi hermanita pequeña de 6 años, Emilia quien desde hace un par de horas disfrutaba de ir al parque y correr al aire libre junto a mis hermanos, llena de inocencia y juventud. Su cuerpo estaba inmóvil en la cama de la habitación, su pequeño cuerpo desnudo y con señales de violencia en su cuello, brazos, piernas y su pequeña intimidad.

¿Por qué a ella y no a mí?

Era lo único que pensaba, con el corazón hecho pedazos, las lágrimas no eran lo suficiente para tanto sufrimiento que tenía, salí de ese trágico lugar a llamar a la policía cuando me percaté de que había una identificación en el suelo de la entrada, era de un hombre de más o menos unos 40 a 50 años, su rostro parecía de un terrorista o mafioso así que hice clavos para darme de cuenta que posiblemente haya tenido que ver con la muerte de mi familia.

La policía llegó a inspeccionar el lugar y yo guardo la identificación porque sabía perfectamente que no harían nada al respecto, quería resolver esto por mi cuenta, necesitaba resolverlo, necesitaba vengar la muerte de mi familia y eso es lo que haré.

A la semana siguiente me mudé junto con mi mejor amiga Samantha quien me ha dado su apoyo incondicional, sin ella nunca seguiría adelante con mi vida. Duermo con ella en su habitación, sus padres también sabían la situación que había pasado y decidieron dejarme vivir ahí un tiempo. No podía comer, tenía muchas decaídas y bajaba de peso de una manera impresionante por la poca comida que ingiero. Todo se volvía gris al paso de los días, me la pasaba casi todos los días en el dormitorio de Sam.

Un día decidí bañarme ya que he tenido días en que no me bañaba ni me arreglaba, no tenía sentido lo pensé en eso que busco mis cosas para irme a la ducha se me caen las cosas junto con mi bolso, estresada las recojo y veo que Samantha entra y decide ayudarme cuando recoge algo en particular y se levanta, yo termino de recoger las cosas y cierro el bolso, me dirijo a ella quien veo que tiene una identificación, era la identificación del asesino.

—Dame esa cosa, por favor —se lo supliqué y en eso ella arqueó la ceja, pensó que sucedía algo raro.

—¿Por qué tienes una identificación de un desconocido? —pregunta, yo no sabía que decirle exactamente así que le conté la verdad.

—Ese señor es el asesino de mi familia —Samantha queda sorprendida por la gran acusación que le dije en eso ella corre a cerrar la puerta de su habitación. —Y no me cansaré hasta verlo muerto frente a mis ojos —mi declaración era fuerte pero Samantha lo entendía, era incomparable este dolor que sostenía desde ese días, mis ojos lo único que reflejaban era dolor y venganza.

Lo quiero muerto.

Tal vez eso no me traiga paz o a lo mejor no me resuelva esa depresión que cargo por su culpa pero lo necesito, la ira, la impotencia, las ganas de verlo desangrarse así como vi a mi familia desangrar son o que me impulsa a hacer esto.

—Emma —me llama Samantha, al parecer tenía algo que decirme—. Posiblemente esta información se te haga de utilidad —mis ojos se posaron en ella y en saber qué era lo importante que me tenía que decir.

—¿Qué es? —Me acerco a ella y se muerde los dientes—. Dime, por favor —Le suplico y ella parece dudar—. Si tiene que ver con la muerte de mi familia necesito que me lo digas, Sam —Ella baja la cabeza y se pasa la manos en ella.

—Está bien —Suspira levemente y se sienta en su cama—. Ese sujeto de la identificación... —Se calla por un segundo pero luego sigue—. Es mi tío.

—Me estás jodiendo ¿verdad? —Entre risas, no podía creer lo que estaba escuchando y cuando vi lo seria que estaba Sam mi risa desapareció— ¿De verdad es tu tío? —ella asiente avergonzada.

—Lo siento —fue lo único que pudo decir.

Mi rabia intensificó, al saber que el asesino de mi familia era familiar de mi mejor amiga me dejó desconcertada, en eso me siento junto a ella en la cama y la abrazo ya que no tenía la culpa de lo que sucedía solo quiso apoyar en un momento difícil y enterarse de que su tío tenía que ver con tal homicidio la dejó más desconcertada que a mí sin duda. Pero necesitaba que me ayudara, a pesar de ser familia no podía perdonar el hecho de haber causado tal purgatorio a la mía.

—Sam, necesito tu ayuda —me poso frente de ella después del abrazo y ella asiente.

—Por supuesto —dice Sam terminando de secar algunas lágrimas que derramó— ¿En qué?

—En matar a tu tío.

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