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Pandora no pudo decir que no al huevo de chocolate que Hermione se había ofrecido a compartir con ella. No al menos después de su carrera matutina por los terrenos de Hogwarts. No había podido dormir bien después de la visita a Hogsmeade el día anterior. Además, no había sabido nada de Draco ni de su misión. Se había saltado el desayuno y había pasado directamente a lo que sabía que la ayudaría a despejar su mente, aunque fuese durante un rato.

- ¿Dan de estos en el desayuno? – preguntó Pandora mientras lo devoraba y Hermione la observaba con la misma cantidad de culpa que de curiosidad.

-Me los ha mandado la madre de Ron – respondió Hermione – como no he ido a pasar las vacaciones allí... - añadió – aunque creo que Pigwidgeon ha tardado más de la cuenta porque en realidad no estoy con mis padres – se mordió el labio.

Estuvieron un rato en silencio. Ninguna de las dos sabía que decir. No había mucho que decir en realidad.

-No era mi intención juzgarte – se atrevió a decir Hermione finalmente.

-Lo sé – respondió Pandora.

Hermione pensó que le costaría mucho más ganarse su perdón después de la forma en que Pandora se había ido del restaurante del hotel la noche anterior. Suspiró aliviada al ver que su compañera no parecía molesta.

-Es solo que... - dijo – no quiero que te haga daño. – Pandora desvió la mirada – su familia es horrible y han hecho cosas terribles. Y Malfoy... - parecía que no se atrevía a decirlo.

-No somos una canción de amor Hermione – repuso Pandora sin inmutarse mientras Hermione la miraba confundida – Somos un imposible. Y, ¿sabes lo más gracioso? -preguntó más para sí misma que para nadie más – Aunque mi sangre fuese la más pura, no habría lugar para un nosotros.

- ¿Te refieres a si estalla la guerra? – preguntó Hermione con amargor.

-Es imposible que no lo haga – sentenció ella.

- ¿Crees que si las leyes fuesen distintas...? ¿Si alabar la pureza de sangre no estuviera permitido...?

- ¿De qué serviría? – respondió Pandora negando con la cabeza.

- ¡Lo cambiaría todo! – exclamó Hermione – No podrían sembrar el odio y dividirnos desde dentro como Voldemort hace – añadió mientras un escalofrío le recorría la espalda después de pronunciar su nombre, aunque no temiera lo nombrado.

Pandora dejó escapar una risa desesperanzada de sus labios.

-Y si no fuese él serían los nuestros – dijo señalándolas a ambas refiriéndose a los muggles – ya nos persiguieron y echaron a la hoguera una vez. Apuesto a que volverían hacerlo. Todos desean que la magia exista. ¿No los oyes? "Ojalá pudiera chasquear los dedos y..." – imitó el gesto Pandora – pero a la hora de la verdad no están preparados. La temen. Parece imposible que podamos mostrarnos sin que quieran usarnos o nos teman. Es solo que... - dijo desanimada – me gustaría que las cosas fueran más fáciles. No tener que elegir siempre. Poder integrar mis dos partes aun conservando el secreto.

-Menuda mierda – suspiró Hermione mientras Pandora la observaba un tanto ajena a lo extraño que era ver a Hermione Granger siendo políticamente incorrecta.

-Menuda mierda – asintió ella.

Anduvieron hasta que llegaron a las puertas del castillo.

- ¿Qué te gustaría hacer si la situación fuese distinta? – le preguntó Pandora a Hermione.

-Terminaría los estudios en Hogwarts, buscaría un buen trabajo en el ministerio y tengo varias ideas para la creación de distintas organizaciones.

-Puedo verte como ministra de magia – dijo Pandora guiñándole un ojo.

- ¡La de cosas que cambiaría! – le respondió con un atisbo de entusiasmo en la voz - ¿Qué harías tú?

Pandora se quedó callada y se mordió el labio.

-Supongo que para no escuchar a mi padre terminaría los estudios aquí, volvería al mundo muggle, iría a la universidad con mi plaza comprada, obviamente – dijo con aversión mientras Hermione se horrorizaba ante tal posibilidad - estudiaría empresariales y me limitaría a pasar desapercibida. A encajar – se detuvo – iría a todas esas fiestas universitarias donde me recomendarían al mejor camello para abastecerme de Adderall, me encontraría a mí misma, me uniría a alguna sociedad secreta para no perder la costumbre. – añadió con una risa queda - Me graduaría y me levantaría cada mañana para sentarme en una carísima silla que no me he ganado en la empresa del gran Ivan Dobrev. Fascinante, ¿no? – preguntó con ironía.

-Sin duda – objetó Hermione – pero, ¿qué te gustaría hacer?

-Cantar – respondió Pandora sin poder reprimir los destellos que bailaban en sus ojos.

(...)

- ¿Para qué quieres mi libro de pociones? – preguntó Ron confundido mientras terminaban de desayunar en la madriguera.

-He perdido el mío – admitió Harry.

-Nunca fue realmente tuyo – dijo Ginny.

Y estaba en lo cierto. En realidad, Harry no había perdido el libro. Su dueño (ese tal príncipe mestizo) lo había recuperado.

-Pero lo llevabas el día antes de las vacaciones. No te separabas de él, ¿cómo has podido perderlo? ¡Hasta dormías con él! – refunfuñó el pelirrojo. No es que le entusiasmase que Harry durmiera y comiera con el dichoso libro, pero gracias a él sus notas en pociones habían mejorado considerablemente y su madre se había tomado la noticia tan bien que le había prometido comprarle una nueva escoba si lograba mantener las buenas calificaciones hasta final de curso.

-Ya te lo dije Ron – respondió Harry irritado – salí del gran comedor y no me encontraba bien. Me dolía mucho la cabeza y no recuerdo muy bien que hice con él.

-Es mejor así – repuso Ginny en tono solemne – ese libro te estaba cambiando.

Harry no respondió. El profesor Snape había eliminado la pelea con Malfoy de sus recuerdos y no era capaz de evocar ni un solo instante del resto de aquel día.

Fred y George aparecieron de golpe en la cocina haciendo que casi les diera un infarto a los tres.

- ¿Listos para la caza anual del huevo? – preguntaron al unísono.

-La baja de Granger implica que tendremos que turnarnos para que los equipos sean equitativos, pero nos lo pasaremos bien igual – dijo Fred y a Ron se le encogió el estómago de repente mientras sus pensamientos volaban muy lejos hasta Hermione. 

El juramento inquebrantableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora