Día 14. Perla de amor

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Día 14.

Atsushi Nakajima era un chico que vivía cerca de la playa, en una isla llamada Yoko, con su abuelo Tatsuhiko Shibusawa. Su hogar era una cabaña de dos pisos, una perfecta combinación de lo que la flora y el lugar, y algo de modernidad.

Shibusawa era un escritor famoso que prefería recurrir a su espacio.

Atsushi se había quedado sin padres desde muy joven debido a un incendio, el mayor no dudó en llevarlo consigo.

Desde muy joven, el pequeño Atsushi adoraba salir de la cabaña y andar por la playa; los demás habitantes también amaban ir a la playa; así que entre todos se llevaban muy bien.

A la temprana edad, Atsushi comenzó a surfear después de la escuela, días libres, y a veces hasta antes de la escuela. El mar era parte de su vida y jamás lo dejaría.

El verano de sus 18 años había comenzado, sabía que debían disfrutarlo en grande así que ¿Que mejor forma de hacerlo que con sus amigos?

Tanizaki Jun'ichirou junto con su hermana menor Naomi Tanizaki, y su amigo Miyazawa Kenji.

Atsushi terminaba de hacer su maleta cuando su abuelo le miró — Atsushi, ¿irán a navegar?

— si, usaremos el bote ¿está bien no?

— empieza el verano, recuerda que es impredecible

— estaremos bien abuelo, todos sabemos las precauciones

— de acuerdo pero no te pongas a nadar con delfines de nuevo, recuerda que los tiburones huyen de ellos

— si abuelo — le sonrió. — me divertiré mucho

— eso espero.

Atsushi besó su cabeza y salió de la casa alegre, alcanzó a sus amigos quienes subían todo en el bote — ¡CHICOS!

— Atsushi, apresúrate

— el mar está Perfecto

— las olas son únicas

— vamos a bucear mucho

Atsushi sonrió, amaba los días con sus amigos.

La costa no era mala, el viento era suave pero daba movimientos en las olas. El sol daba una sensación cálida más no un calor fuerte.

Los chicos terminaron de desatar el bote, Naomi se encargaba de las velas. Tanizaki tomó el mando, era el que sabía conducirlo.

Arrancó el bote y todos disfrutaron de la brisa, pronto habían entrado a mar abierto, buscaban un arrecife donde quedarse o una isla cercana, no tardaron mucho en encontrar una.— oigan chicos, ¿esta isla esta bien? — preguntaba Naomi

Los chicos la miraron un momento. Era una isla con forma de delfín, algo que los chicos conocían — no pasa nada Naomi. — afirmó su hermano mayor

— pero las leyendas...

— Naomi, te juro que hemos venido mucho aquí, las sirenas son solo leyendas — miró al albino — excepto por Atsushi, el es una

Todos rieron, aunque Naomi siguió viendo la isla. Quizá sólo era su imaginación.

La isla con forma de delfín estaba deshabitada, algunos de la Isla Yoko solían ir por frutos o solo a inspeccionarla pero usualmente se perdían.

Nadie podía entrar a la isla de delfín, se decía que era por que las sirenas distraían a los que llegaban.

Claro que los chicos les gustaba nadar alrededor, creían que eran cuentos de los adultos para que no llegaran tan lejos, aún así ellos jamás habían ido más allá de aguas claras y profundas, mucho menos puesto un pie en la isla.

95 días de verano || BSDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora