Fate •JungKook•

Capítulo 19 (2/2)

Profundos pensares
...

Pov Jaeahn

JK: Hueles a otro hombre.

Clavó sus feroces ojos en mí. Incluso noté un brillo rojo.

JK: ¿Por qué hueles a otro hombre? —ay, Dios, no. No me gustan los celos posesivos— ¿te hizo algo?

Ensanché mis ojos.

También puedo ver calidez en sus ojos.

Mis mejillas se tornaron rojas e inconscientemente sonreí.

—Le di su merecido.

Acarició mi mejilla e inesperadamente me dio un beso en los labios.

No hay nadie aquí. ¿Por qué hace esto?

—Date vuelta y bájate el kimono. Voy a tratar tus heridas.

Ahora mi rostro está ardiendo.

Se giró, lentamente fue bajando la parte superior de su kimono y...

¡No puedo ver más!

¡Ah! ¡mi nariz!

Si la vida me da la espalda que sea la de JungKook, por favor. Mis manos ni siquiera son suficientes para cubrir sus anchos hombros.

Mis ojos han sido bendecidos otra vez.

Creo que lo golpeé muy fuerte. Su espalda está roja.

Saqué los materiales para curarlo.

—Lo siento... —dije apenada.

Carcajeó.

JK: Eres muy linda cuando te avergüenzas.

Agaché mi cabeza.

Que bueno que me está dando la espalda porque no soportaría hacer contacto visual.

Alto. ¿Los vampiros no se curaban rápido? Y la linterna debió romperse con el impacto. ¿Qué pasó? ¿no come?... ¡agh, no! ¡mejor no pienso en eso!

—Terminé.

Se dio la vuelta, lo miré por unos segundos e inmediatamente aparté mi vista.

Le volví a colocar su kimono.

—Hace frío —sonrió cálidamente—. Ya-ya puedes irte a descansar —le extendí el termo—. Es manzanilla podrás conciliar mejor el sueño.

JK: Gracias.

—Gracias a ti por soportar todo este show —me atreví a mirarlo—. Fue muy sofocante ¿verdad?

JK: Valió la pena.

Mi corazón dio un brinco.

Intentó acercarse y besarme nuevamente, pero lo detuve colocando mi mano en su hombro.

JK: ¿Qué sucede?

—No tienes que hacer esto cuando estemos los dos solos.

No dijo más.

Perfecto. Yo sola me quedo con la vergüenza, pero al menos estoy anteponiendo tus sentimientos sobre la atracción y eso es más importante.

Me giré para guardar las cosas.

JK: Con que era eso —habló irritado—. Preferí no pensar que era esa tontería, pero debí esperarlo; eres tú, siempre piensas tonterías.

¿Me rio o me ofendo? Reír, para no matarlo.