Commander and Princess (Traducido al español)

Capitulo 24

POV Lexa.

La comandante se inclinó sobre el mapa, sus ojos recorrieron cada rincón del territorio expuesto mientras su mente hacía todos los planes de emergencia para una salida inesperada.

- Heda, podemos usar el puente en lugar del río. - Ivo del clan Zamura habló en su lengua materna.

- No, no podemos - dijo Lexa de manera exasperada - el puente fue destruido en la explosión provocada por la gente del cielo, voy con el grupo principal al otro lado del río y les dejamos el rastro para que intenten encontrar este campamento. y luego Indra los rodeará.

Lexa miró a sus guerreros alrededor de la mesa, la mayoría de ellos tenían miradas decididas, pero su postura delataba lo tensos que estaban por tener que luchar con algunos de los suyos. Maldita sea, no quería tener que luchar contra la Nación del Hielo ella misma, tenía mucho más en juego esta vez. Lexa sabía que muchos de sus guerreros estaban confundidos y por eso les dio total libertad para irse antes de que comenzara la batalla, pero sorprendiéndola totalmente: ninguno de ellos se fue. Aún.

- Así que ya está, salgamos en unas horas, esta reunión se acabó. —Dijo Lexa con su voz pensativa.

Gradualmente, los guerreros se dispersaron y la comandante finalmente pudo estar a solas con sus pensamientos. Se acostó en su hamaca y se masajeó la sien, con un dolor de cabeza que la roía desde que dejó la sala del trono después de su conversación con Lila. Desde que salió del pueblo, Lexa trató de no pensar en lo que le había dicho la mujer, la joven comandante nunca tuvo miedo a la muerte porque sabía que su espíritu elegiría a la próxima Heda, la muerte no era el final. Pero ahora se sentía incapaz de pensar de esa manera, morir significaría perder a Clarke, y eso no era algo que Lexa aceptara fácilmente, especialmente cuando ni siquiera tenía a la chica. La chica del cielo era resbaladiza, siempre se escapaba cuando Lexa decidía mostrar sus sentimientos, y la única vez en su vida que la comandante finalmente decidió arriesgarlo todo en nombre de sus sentimientos, apareció una amenaza de muerte. El destino tenía bastante sentido del humor.

[...]

Lexa dejó que el cansancio del día la adormeciera en un sueño ligero, demasiado ligero y vacío para siquiera ser llamado sueño, un ruido de cascos golpeando el suelo y el relincho de los caballos la despertó abruptamente. La mujer se sentó en la hamaca y miró a su alrededor, sus instintos inmediatamente en alerta, su oído buscando identificar cada sonido fuera de su tienda y pronto buscó el olor del fuego, su corazón martilleaba en su pecho y se dirigió hacia la salida. la tienda esperaba lo peor, el ruido inesperado en el campamento la inundó con recuerdos de la última vez que algo había salido terriblemente mal. Cuando llegó a la salida de la carpa se levantó la tela que le servía de puerta, Lexa actuó por puro instinto y pronto tuvo una daga en el cuello del invasor.

- ¡Lexa! - dijo Clarke asustándose por la recepción de la otra.

Lexa abrió los ojos con sorpresa, dio unos pasos hacia atrás y se metió la daga en la cintura.

- Lo siento, Clarke. - se disculpó rápidamente, finalmente mirando a Clarke.

La comandante sonrió para sus adentros ante la visita sorpresa de la chica del cielo, no es que realmente creyera que la rubia escucharía sus órdenes de quedarse en el Campamento Jaha, pero también estaba agradecida por eso, sería una mentira descarada decir que la presencia de Clarke no la relajaba. siempre, una gran diferencia en su estado de ánimo.

- f-frío - fue lo primero que dijo la chica después de unos minutos de silencio.

Lexa dio un brinco cuando escuchó la voz temblorosa de Clarke y se acercó a la hamaca para buscar una manta, se la entregó a la chica y miró hacia otro lado mientras la rubia se quitaba la chaqueta y la camiseta para usar una camiseta, sus pantalones no se veían. tan mojado por la nieve que cae. Lexa miró hacia arriba y encontró una de las vistas más hermosas que había visto en su vida: Clarke temblando y agarrándose a la manta como si su vida dependiera de ello. La comandante no se sorprendió, en el espacio no debería hacer tanto frío y era la primera vez que nevaba desde que la gente del cielo llegó a la Tierra.