Kitsune
Criatura cambiante o mutante. Ada creó a un único ejemplar, al que puso como guardiana de su Templo en Tara. Éste, con la llegada al nuevo mundo, continuó su linaje dando vida a otros especímenes como ella. Actualmente dirige el tercer refugio, Breith. Su aspecto humano es fruto de una transformación. Su verdadera forma es de un zorro blanco de nueve colas.
Puntos fuertes: Puede metamorfosearse en cualquier cosa. Invoca fuego fatuo.
Puntos débiles: Como cualquiera, no pueden vivir sin su cabeza o sin su corazón.
Características especiales: Sus ojos ambarinos son lo único que no cambian.
***
Inconscientemente seguí a Alec hasta mi habitación. Durante el proceso me centré en mirar el suelo mientras mi cabeza parecía un hervidero de información que intentaba procesar de golpe. La visión, la preparación de un baile que sabía que iba a terminar en guerra, la piedra prestada como indicador del tiempo de mis visiones... La palpé por encima del bolsillo para hacerlo más real. Y casi funciona, pero no del todo.
Al llegar a mi habitación, el dhampir me tiró de la mano y lo miré extrañada.
―Lara, ¿me has oído?
―Esto... no...―Dije con vergüenza. Alec clavó sus ojos color miel ferozmente sobre mí con desaprobación. ― Perdona, estaba pensando en... ―Resoplé buscando una enumeración concreta, pero era inútil. ―todo.
Dibujó una media sonrisa de comprensión en sus labios y me abrazó.
―Moira te ha dado qué pensar, ¿eh?
Me arrancó una risita que su pecho amortiguó a medias.
―Básicamente...
<< Entre otras cosas...>>
Alec me acunó la cara con ambas manos y su mirada se suavizó con una sonrisa.
―Sea lo que sea lo que te haya dicho, no te preocupes. ―Me dio un beso en el pelo. ―Sólo te estaba diciendo si querías ir a ver a Ana y así ves cómo está y le cuentas tu visión a Fredy.
Lo pensé por unos segundos. Era verdad, había quedado en hablar con Fredy después de vaticinar que Daven aún seguiría vivo. No sabía si se lo habría dicho ya la directora, pero quería contárselo yo personalmente. Y Ana... Esperaba que estuviera sana y salva como el lico prometió.
― ¿Seguro que estará Fredy con ella?
Sonrió divertido.
―Muy seguro.
Suspiré. No quería pensar en el motivo de su sonrisa. Debía ser evidente que se quedara con ella por ser el alfa de la manada, aunque no entendiera mucho de eso. Más le valía no sentir nada por ella, Ana era toda una rompecorazones. Sí, me preocupaba más la integridad de los sentimientos de un hombre-lobo que de mi mejor amiga. ¡Hasta ese punto estaba convencida de que resultaría en un desastre cualquier escarceo amoroso entre ellos dos!, sobre todo después de ver la responsabilidad de Fredy para con la seguridad del refugio, la manada, de Ana... ¿La verdad? Él se había ganado mi respeto. No quería que ella se encaprichara de él y luego se aburriera dejándolo a un lado. Él se merecía a alguien que fuera capaz de dar el mismo nivel de compromiso.
Tampoco lo conocía. Podía ser la horma de su zapato y ser también un mujeriego. Pero aquella actitud seria con las demás (Sejmet, Roxan...), y la sonrisa tras la broma hacia Ana parecían apoyar mi hipótesis. ¿Y el comentario de Alec? Lo confirmaba.
ESTÁS LEYENDO
Al Anochecer: La diosa y el mestizo
FantasyHace más de dos mil años, en una dimensión totalmente diferente a la nuestra, una explosión rompió la barrera que separa su mundo del nuestro. Sus habitantes fueron absorbidos durante el incidente y se vieron obligados a esconderse de los humanos en...