«Algo suave rozó mi cabeza y alcé mi cara para averiguar de qué se trataba. Solo cuando vi las decenas de plumas de oro cayendo del cielo como una lluvia dorada, comprendí que estaba soñando. Y no solo eso, de nuevo estaba soñando con él»
Estrella R...
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El discurso del tío Aiden fue hermoso. En realidad él no era nuestro tío de sangre como Jared y Loan, pero era parte de la familia y todos lo queríamos como si lo fuera. Tanto a él como a su esposa Enid, así que les decíamos tíos de cariño.
Cuando fue su turno mamá dio un paso al frente y se colocó frente a Eira con una delicada corona de oro, enredaderas y flores en sus manos. La reconocí de inmediato, era la que los forestnianos hicieron para la abuela Amira hace ya tantos años. Mamá de vez en cuando la utilizaba para reuniones de Sunforest, aunque ella solía preferir su distintiva corona de cuarzos.
Aiden se colocó a un costado con su usual expresión que derrochaba calma, felicidad y tal vez una pizca de picardía, como si a pesar de su edad siguiera siendo un niño tierno y travieso en su interior.
—Si les parece bien, iniciaré con los juramentos —comunicó, a lo que mamá y Eira asintieron al mismo tiempo—. Eira Rey, ¿aceptas gobernar Sunforest y protegerlo con tu vida?
—Acepto —respondió la aludida con una voz moderada y suave, pero segura.
—¿Estás dispuesta a convertirte en una de los representantes del bosque y tomar las decisiones que sean necesarias durante tu reinado?
—Sí, estoy dispuesta.
—¿Estás lista para ser nuestra reina?
—Estoy lista.
El orgullo desbordaba de los ojos del tío Aiden, pero su única indicación fue mirar a mamá y hacerle una seña para que ella prosiguiera.
—Mi dulce Eira —dijo ella con un inmenso cariño—. Yo, Ada Rey, te ofrezco esta corona como símbolo de tu compromiso, para que la portes con orgullo y como un recordatorio de lo que hoy eres y en lo que te convertirás. Que tu reinado sea tan bondadoso, tenaz y excepcional como tú. A partir de este momento, yo te declaro reina de Sunforest. Y estoy segura de que serás extraordinaria.
Eira se inclinó lo suficiente para que mamá pudiera coronarla con gracia.
—Yo, Eira Rey, acepto esta corona y el compromiso que implica. Prometo siempre serte fiel a ti y a Sunforest hasta el fin de mi reinado. Y mucho más allá.
Mamá hizo una reverencia final, antes de que Aiden se dirigiera hacia Aleph y el tío Jared para hacer exactamente las mismas preguntas. Una vez tomado el juramento, el rey de Sunforest procedió a entregar su corona.
—Yo, Jared Rey, te ofrezco esta corona como símbolo de tu compromiso, para que la portes con orgullo y como un recordatorio de lo que hoy eres y en lo que te convertirás. Que tu reinado sea tan honorable, perseverante y amoroso como tú. A partir de este momento, yo te declaro rey de Sunforest.
