𝐗𝐈. 𝖼𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗈𝗇𝖼𝖾

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CAPITULO 11

LLEGANDO A POENARI Y REUNIONES

El tren que cogieron en París era una locomotora a vapor, la cual podría tener cierto parecido al Expreso de Hogwarts, si Harrison lo hubiera visto, pero como no era el caso, se quedó un poco fascinado ante tal obra maestra de magia y arte muggle.

Muggle, los muggles habían construido una locomotora hacía bastante tiempo, eso no tranquilizaba mucho al joven nigromante.

Viendo que podría haber muchos problemas para llegar con vida a Rumanía, estuvo constantemente rumiando sobre las invenciones de los muggles y problemas que podrían tener al fallar.

Los Alucard al principio estaban divertidos sobre la fascinación, pero luego dio paso al temor. No habían visto a Harrison de esta manera en... ningún momento si pensaban bien.

- ¿Estás seguro Vlad, que el tren es seguro?

- Sí, Harrison. Es totalmente seguro.

- ¿No hay muggles que lo lleven?

- No, no hay muggles.

- ¿Seguro?

- Harrison, ¿Qué te pasa? No es normal en ti que estés tan... nervioso. Es cierto que el tren fue una invención muggle, pero los magos se apropiaron de él, cuando vieron la oportunidad de viajar a largas distancias sin tener que usar la magia. Encantaron el tren para ese propósito. Los muggles no pueden verlo, ni siquiera sentirlo. Tiene hechizos de amortiguación y ampliación en las cabinas, para que puedas dormir tranquilo. No habrá problemas, ahora entra en el tren.- Ordenó Vlad un poco cansado de tener que asegurar a Harrison constantemente que era seguro viajar.

Reticentemente, Harrison entró en el tren, viendo por sí mismo como la gente mágica guardaba los baúles en las cabinas que les correspondían, gracias a los billetes, previamente comprados.

Harrison fue a su número de cabina, dándose cuenta que dormiría junto con Irina, si fuera casualidad o no, no lo sabía.

- Llegas tarde, Harrison, ya pensaba que no entrarías.- Comentó burlonamente, pero de buen humor la chica pelirroja.

- Sí, bueno, hay que asegurarse que esta cosa es segura.

- ¿Segura? ¿Tienes miedo?

- ¿De una invención muggle? ¿Algo tan peligroso que ellos mismos han creado?- Preguntó dando un bufido, pero ciertamente no podía mentir a Irina, volviéndose para sellar la puerta del compartimento, Harrison echó salas de silencio y salas que le avisaran si había alguien al otro lado de la puerta que quisiera entrar. - Sí, tengo un poco de miedo, pero solo por estar en esta trampa mortal.- Aceptó el hecho de que temía subirse a cualquier cosa que fuera inventada por los muggles.

- Entiendo, pues en el ferri no estabas tan... asustado.

- Cierto. Pero en el ferri no tuve tiempo para ponerme nervioso.- Dijo con una sonrisa recordando su tiempo juntos.

Un gemido de Irina, le dijo que también lo recordó a la perfección, no era algo que pudiera olvidar, ni quisiera hacerlo, pues se divirtieron bastante ese día.

Sacando el baúl de su bolsillo lo puso sobre el suelo, ampliándolo y colocándolo en un sitio que no molestara demasiado, cogiendo un par de libros sobre las artes oscuras.

- ¿Vas a leer?

- No, lo vas a hacer tú. Vas a seguir con el entrenamiento en la magia familiar. Es peligroso con la magia familiar Peverell, pero no con la Slytherin y Gaunt, por ello quiero que te leas estos libros. También tengo que ir a un tipo de reunión con tu padre y tío, no sé lo que querrán, pero imagino que es asegurarse de que te trato bien.

Harrison PeverellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora