Magia

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⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀𝖯𝖮𝖵 Arimi

"¿Qué ha sucedido entre esos dos?"
Desde hace siete días no puedo parar de preguntármelo.

Estamos abordando el barco "Centella del mar" en la ciudad de Calista, después de recorrer más de cinco días entre nieve y montañas.

Ellos caminan juntos delante de Feng y de mí.
A momentos la joven mira a Hayate, luego él a ella.
Cuando se cruzan sus miradas no se ven nerviosos o cohibidos; se estudian en silencio y luego siguen andando.
Nunca, en estos casi veinte años de conocerlo he visto que mire así a alguien.

—Pasaremos a comer algo antes de ir a la cabina.

Le escucho decir a Hayate una vez que estamos en la cubierta.
Es realmente extraño que se preocupe por detalles como esos.
De los tres, siempre es Feng quien organiza los tiempos de comida o descanso. Sin embargo, cuando miro de soslayo a mi compañero me sorprende verlo sonreír. Observa a Hayate como si estuviese orgulloso de él.

¿Cómo puede estar tan tranquilo?
¿Acaso soy la única incómoda con esto?
Mientras vamos de camino a la zona de comidas, yo me dedico a vigilar de cerca a esa muchacha.

A Violet.

¿Cómo es que Hayate supo su nombre?
Se lo he preguntado varias veces en estos tres días.

"Sólo lo sé" fue su respuesta, después de subir los hombros con desinterés.
Y cada vez que ella se aleja, que la pierde de vista, que quiere ofrecerle algo, la llama por ese nombre.
Ella responde. Se acerca. Acepta lo que le da.

Fui amable con esta mujer porque pensaba que era trascendental en la ascensión de Iskel, y, por ende, en la de Hayate en el futuro.
Aún ahora considero que abandonarla o ponerla en riesgo es un gran error.
Pero el sentimiento de preocupación y lástima que tenía por ella ya no está.

Ahora me da miedo.

¿Qué es en realidad?
Hayate es de las personas más afectuosas que he conocido con quienes ama. Sus hermanos, Feng y Yo; pero nunca lo ha sido con desconocidos.
Mucho menos con mujeres.

Arimi ¿Me estás escuchando?

Sacudo la cabeza un momento, tratando de concentrarme.
Hayate se ve fastidiado.

Te preguntó dos veces qué deseas comer—Feng trata de ayudarme y noto preocupación en su mirada.

Pero él sabe mis gustos—sobre la mesa hay una pequeña pizarra. Ahí pueden leerse los platos del día—. Ravioles con verduras.

Lo bueno de estar en una ciudad con un Ascendido neutral como lo es Calista, es que cuenta con estos servicios para esclavos. Varias veces hemos tenido que viajar en estas embarcaciones sin ningún otra comida que pan de semillas y agua, perfectamente racionadas.

Anotan mi orden, Feng pide el mismo plato que yo.
Hayate, por medio de señas, intenta comunicarse con la pelirroja como antes hacía yo.
Debo admitir que es gracioso verlo tan animado.
Pide permiso al esclavo que maneja la zona de comidas para ocupar la pizarra y en ella comienza a bosquejar los platillos del menú.
Había olvidado lo bien que se le da el dibujo.
Violet mira las imágenes por un momento eligiendo la sopa de tubérculos.

Tienes que tranquilizarte, Arimi.

Siento la mano de Feng sobre mi hombro. Habla en voz baja, susurrándome al oído. Seguramente me ha visto mirarlos fijamente.
Al fin me atrevo a preguntarle

¿Te ha dicho cómo supo su nombre?
No. No hemos hablado al respecto.

Caminamos juntos hasta tomar lugar en una de las mesas próximas a la ventana.

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