Capítulo 19: Vuelta a la adolescencia

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Capítulo 19: Vuelta a la adolescencia

Midori esperaba un taxi en el aeropuerto, era la segunda vez que viajaba a España y no estaba segura de hacer lo correcto. Cristopher no la había pedido que lo hiciese, pero ella al fin había conseguido su ansiado amor, no quería perderlo de nuevo. Mientras estudiaba en el intituto le había conocido. Iban a la misma clase y junto a ellos estaba su amigo Robert, que habían sido uña y carne, algo que no duró eternamente. Aún lo recordaba, el bochornoso momento en el que había intentado declararse a él. 

Flashback

Midori estaba al lado de la puerta, vio como se acercaba Cristopher en primer lugar seguido de Robert…No entendió cómo era posible que al chico que le extendía la carta no fuese Cristopher si no su otro amigo que le miró con una mueca desagradable.

-       ¿Qué haces? – cogió la carta que Midori intentó rescatar – “Me gustas” – leyó en voz alta - ¿Estas de coña? – no consiguió decir ni una palabra, esas palabras no iban para él, iban para Cristopher.

-       Yo…no…

-       Vamos a ver, que te quede bien claro, jamás saldría contigo, no podrías gustarme ni en un millón de años. Maldita mocosa amarilla. — Robert arrugó el papel y se lo tiró a la cara, sin embargo no le dio a ella sino al pecho de Cristopher.

-       ¿Qué pasa contigo? Pensé que era tu amiga…

-       ¿Mi amiga? Ni de coña. Voy con ella por ti, tío. Esperaba que algún día te dieses cuenta del error de ir a su lado, pero veo que no puedes. ¿Quizás sea que te gusta? – Su tono junto a un pequeño golpe con el codo en sus costillas hizo que Cristopher no se tomase bien su pequeña broma personal.

-       No, no me gusta, pero es mi amiga y jamás le diría algo que pudiera dañarla. – Sin embargo Cristopher no sabía que ya lo había hecho, ya la había hecho daño diciendo que no le gustaba.

Midori sintió como su corazón se partía y las lágrimas empezaron a inundar sus mejillas.  Cogió el papel que Robert le había tirado y se marchó corriendo sin que Cristopher pudiera hacer nada. En realidad él no había sido totalmente sincero con su hasta entonces amigo, había empezado a sentir algo por aquella pequeña de pelo sedoso y sonrisa perfecta, pero le daba vergüenza reconocerlo delante de ellos dos y más después de saber que su apenas creciente amor no era correspondido. Una pequeña punzada de dolor le atravesó, no quería ver a esa chica mal y menos por alguien al que creía su amigo. Pensó en ir en su busca pero imaginó que ahora deseaba estar sola.

-       Tienes suerte de que sea una persona pacífica, si no ya te habría partido la cara y créeme, tengo muchas ganas de hacerlo.

-       Paso de ti y de esa china mal formada, estáis los dos igual de locos… - Casi no pudo terminar la frase cuando un puño atravesó su cara. No tuvo tiempo de defenderse, no pudo evitar caerse al suelo por la fuerza ejercida por Cristopher que después de asestar el puñetazo se masajeó los nudillos.

-       Te la avisé.

Tras aquellas palabras, después de dejar a Robert en el suelo, escupiendo un poco de sangre y visiblemente afectado por el golpe, casi desorientado, se marchó de aquel lugar. Por hoy había tenido suficiente, perder a la chica que le gustaba y a su mejor amigo en el mismo momento había sido doloroso, solo tenía ganas de llegar a casa, encerrarse en su habitación y poner la música a tope. Y así lo hizo.

Mientras Midori había llegado a casa, sin parar de llorar. Su madre estaba demasiado ocupada como para darse cuenta de las lágrimas que iba desprendiendo su hija, dejando un imperceptible caminito mojado en el suelo desde la entrada hasta su habitación. Se encerró en su cuarto y se tumbó en la cama, amortiguando sus gemidos de dolor con una almohada y quedándose dormida cuando ya no podía más.

¡Miyavi-desu!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora