Capítulo 4

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Se podían notar unos cabellos grises moverse de forma agitada, al mismo tiempo que alguien jalaba de estos para estrellarlos contra el suelo, sin embargo, su propietario logro esquivar su agarre con agilidad para poco después dirigir su pierna hacia las del otro, haciéndolo caer de forma rápida aprovechando este momento para noquearlo con un golpe en la nuca, con cuidado de no rasguñarlo con las garras de su mano de tigre. Su contrincante cae sin dar más lucha, de hecho, se puede notar que tiene evidencia de que había estado luchando por un rato antes, así como quien lo hizo caer, aunque este tiene su ropa llena de rasguños y manchas de sangre, aun cuando en sus agujeros se vea su piel regenerada.

Apenas la lucha termina, se pueden escuchar unos aplausos. Si el espectador de esta curiosa escena es atento, vera a un joven sentado en una clase de trono, flotando como si la gravedad no le tomara en cuenta. Su rostro es sumamente delicado pareciendo porcelana, pero en vez de usar esto para tomar una forma inocente, mantiene una sonrisa astuta como la de un depredador al igual que sus ojos que están fijos en su presa, el chico tigre que parece no rendirse a pesar de las ojeras que adornan sus peculiares ojos.

- ¡Bravo, bravo! Mírate, parece que realmente quieres jugar conmigo

-Las vidas no son un juego, Wilde -respondió con seriedad el chico recuperando la respiración mientras el sangrado en su pierna derecha se paraba poco a poco

-Si, sí. Por cierto, no sé si recuerdas, pero en el mundo real, ¡ya casi vamos a cumplir un aniversario! 1 año juntos, viéndote luchar y defender lo que crees correcto aun cuando todos aquí estén en contra tuya ¿Recuerdas cómo nos conocimos? ¡Yo sí, que emoción! ¡Vamos a reproducirlo!

Apenas dicho esto con la emoción de un niño, el hombre levanto sus manos y apareció un cuadro como el de una gran pintura, al mismo tiempo el suelo comenzaba a ser una combinación de azul, morado y rojo absorbiendo al hombre que estaba inconsciente, esto no pasó inadvertido por el agente de la ADA.

- ¡WILDE!

-Tranquilo, el volverá, solo quiero celebrar -comento casi sin prestarle atención ni importancia a su llamado - ¡Oh, oh! ¡Mira, mira! ¡Ahí estoy yo en mi capullo y luego entras tu Atsu-chan!

El de cabellos morados, un poco largos y ondulados, señalo el recuadro que mostraba los recuerdos de los que hablaba, en efecto, se miraba como Nakajima entraba de forma abrupta a este mundo, donde lo primero que vio fue un salón lleno de recuadros y en medio, colgaba lo que parecía ser un capullo azul donde apenas se asomaba un rostro, los ojos azules estaban cerrados, pero apenas el intruso dio un par de pasos, se abrieron.

-Qué raro... Yo no di permiso de que nadie entrara, apenas estaba por buscar a alguien adecuado ¿Tantas ganas tenías de morir que viniste por tu propio pie, muchacho?

- ¿Eres Oscar Wilde? -repuso primero con nerviosismo el de ojos bicolor, al ver que el capullo asintió indiferente apretó sus puños buscando seguridad a través de estos y alzo la voz en un tono seguro -He venido para liberar a las personas que-

-No, no, eso es mentira. Nadie sería tan tonto para arriesgar su vida por algo así, vamos a ver -los ojos azules brillaron al mismo tiempo que el capullo desapareció, la sala llena de recuadros cayo en la oscuridad y pronto, Atsushi pudo ver su propia vida pasar delante de sus ojos en un segundo, literalmente... Segundos después, escucho unas ruidosas risas al mismo tiempo que la luz volvía al lugar, sintiendo unas delicadas pero frías manos en sus hombros, al asomarse se toparía con una sonrisa que parecía sacada del gato sonriente de Alicia en el país de las maravillas -Nakajima Atsushi, un chico tigre con una alma noble que ofreció su vida por las personas de esta ciudad que ni siquiera conoce, o mejor dicho, para salvar a la persona que ama... ¡Que lindo!

Tu Primer Mentira - DazatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora