KEIN

Sinopsis

Toda había cambiado, él era demasiado posesivo, no lo note hasta que... sucedió lo peor. Confiaba ciegamente, tal vez no lo vi, pero fue demasiado tarde. Esa noche nunca la voy a olvidar, él jamás hará que yo la olvidé, esa noche no podía dormir, hacía un frío terrible, mis cortinas se elevaban al aire, me di cuenta que una ventana estaba abierta, era raro. Mis ventanas siempre estaban cerradas, reglas de mi padre.

Me dijeron que me alejará de él, que me fuera de Deinden, pero no podía dejar a mi madre sola, ella me necesitaba más que nadie, con su enfermedad no podía estar mucho tiempo a solas.

-Hola -dije emocionada, hace mucho tiempo no lo veía.

-¿Qué haces? ¿Con quién estabas? -vio mi cuello. Yo sabía lo que veía, pues es mi cuello había un chupetón. Me había olvidado por completo. Tenía que ponerme una bufanda. ¿Cómo pude ser tan estúpida?

-Con nadie -dije nerviosa. No quería que él se enojará. Me vio a los ojos, algo me decía que no me iba a creer, por esta vez -¿Cómo estás? -continué hablando, necesitaba distraerlo de mi cuello.

-No mientas, Ada -su voz era fría, como si no tuviera sentimiento. Había ignorado mi pregunta, eso me dolía-. ¿Crees que soy idiota? Te conozco, eres una gran perra como tu madre -escupió las últimas palabras. Quería llorar, pero me mantuve fuerte-. Es mejor que me digas, porque si descubro que has estado con alguien, lo mataré, preciosa -dijo agarrándome un mechón de mi cabello y lo paso por atrás de mi oreja.

Tragué grueso antes de seguir hablando. No quería mentir, pero si era necesario lo iba hacer.

-Te prometo que no miento -dije. Mi mano derecha fue hacía su cara, lo tenía que tranquilizar-. ¿Por qué no vamos adentro? Está haciendo mucho frío -mis pezones estas erectos. Si no íbamos adentro iba a llorar y él iba a saber que yo estaba mintiendo.

Esa noche... esa noche no entramos, me di la vuelta y solo sentí oscuridad, no podía ver nada. Mi corazón estaba acelerado, pensé... pensé que iba a tener un infarto. Pataleé, rasguñé, pero eso no fue suficiente. ¿Sabes por qué? Porque personas como yo no somos tan fuertes, o eso pensé yo.