JACK VENN

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Hace unos años atrás…

Me veía a través de mi ventana a la chica rubia. Sus curvas se marcaban en ese vestido color rojo. Mi color favorito. Su culo era grande y eso, joder, eso me encantaba. Dejé de mirar por la ventana y me fui a la cama. Me estaba imaginando a la rubia en mi cama, su coño húmedo por mí, sus tetas expuestas para mí. Su culo pidiendo que lo rompa con mi polla. Para resumir, quería a la rubia para follarla, para que ella me pidiera a gritos que la embistiera más duro contra la pared.

Escuché un golpe abajo. Bajé las escaleras en dos en dos, ya sabía quién era y joder no quería parecer intenso. Abrí la puerta y estaba la chica rubia. Sus mejillas se pusieron coloradas cuando me miro de arriba abajo. Pequeño detalle que se me olvido decir, estaba completamente desnudo. Mi polla estaba erecta.

—H-hola —saludo tartamudeando—, me dijiste… la otra vez que si algún día quería tener… s-sexo contigo te buscara y yo…

La interrumpí.

—¿Quieres sexo no es así? —enarqué una ceja—. Pasa.

No me importaba si alguien veía mi polla, no me avergonzaba, tenía un tamaño muy grande, y me consideraba afortunado. Ella se adentró a mi casa.

Miro en interior de ella y puedo decir que estaba muy nerviosa. Fuimos directo al sofá, ella se sentó delante de mí. Tragó grueso, su mirada se mantuvo por un instante en mi polla y luego subió a mi mirada, cuando se dio cuenta que todo este tiempo estuve mirándola se volvió a sonrojar.

—Vine… vine porque quiero tener sexo con mi novio…. Pero soy virgen y le he dicho que soy una experta. Yo quie-

La volví a interrumpir. Joder, como me molestaba que hablara tanto, me irritaba demasiado, algo que tenía de malo, según los demás, es que no soportaba a las personas que hablaban mucho, las odiaba.

—Quieres demostrarle que eres toda una experta, ¿eh? —dije divertido.

Ella asintió. Iba hablar, pero mi celular sonó. Como odiaba que me mandaran mensajes cuando estaba a punto de follar a una virgen y eso era un privilegio para mí. Nadie la había tocado, nadie había estado dentro de ese coñito que tenía. De solo pensar que mi polla estaría apretada por un coño virgen se me puso más dura y ella lo noto.

Vi el celular y era Kein.

No lo hagas, Jack. Arruinarás todo”

Le escribí:

No jodas, te dije que lo voy hacer quiera o no. ¡DEJA DE JODER!”

A los segundos me respondió. Ya me tenía harto. Por Dios, apenas soportaba a una persona y esa era mi mejor amigo Kein Miller, pero en este instante no lo soportaba. Me daban ganas de mandarlo a China. ¿Por qué no se podría ir a follar con alguien? Como yo en este instante.

Me gusta aquí y si arruinas mis planes, te mataré”

Lo ignoré. Después de mi follada tal vez le respondiera. Pero si Kein venía arruinarme el momento, le iba a patear las bolas.

Volví a mi conversación con la rubia.

—Entonces deberíamos empezar. Digo, soy un maestro exigente y me gusta que mis alumnas sean las mejores.

No le di tiempo de responder porque la cogí de la cintura. Ella envolvió sus piernas alrededor de mi cintura. No la besé en la boca, eso no era lo mío. Empecé a besarle el cuello. Pero me di cuenta que ella quería complacer a su novio y yo quería complacerme a mí mismo. La tiré a la cama.

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