A:
Ella me miro atentamente.
—¿Qué? —dije ya fastidiado.
—Me dijiste que no la lastimarías. Y lo has hecho. —la mire de arriba abajo.
Joder, como odiaba cuando me cuestionaban mis planes.
—Han cambiado los planes —abrí una cerveza—. Lo necesito a él.
Ella volvió a mirarme. Arqueó una ceja, estaba confundida, había hecho un plan nuevo y sin ella. Por Dios, ella creía que tenía que estar enterada de todo lo que yo hacía o dejaba de hacer; odiaba tener niñera.
—Y no te incluyen —agregué—. ¿Por qué no la vas a cuidar?
Se puso enfrente mío. Le pasaba por dos cabezas. Me tenía que agachar cuando hablamos y me dolía un poco el cuello.
—No puedes tocar a Marieth —me puso la mano en el pecho.
Creo que estaba ebrio cuando le pedí que me ayudara con este plan, ya la quería lejos, ella no ayudaba mucho, o sea, siempre decía que no cuando quería ver a Marieth y eso me ponía de mal humor. Ella pensaba que aún era una niña, por Dios, es una mujer, hecha y derecha.
—Ya no es una niña, es una mujer. Ya no comprobé.
Ella abrió la boca, pero la cerró rápido.
—¡¿Le has puesto una mano encima?! —exclama levantando sus brazos—. Dime que no lo hiciste.
Alcé mi botella y la llevé a mi boca.
—Lo hice —murmuré cerca de sus labios—. Lo disfrute, ella lo disfruto. ¿Cuál es el problema? Ya somos grandes.
Ella se giró y le dio una patada a la mesa, así rompiéndola. Me encogí de hombros. Lleva años tratando de separarme de Marieth, pero al final de cuentas no pudo, porque yo siempre obtengo lo que quiero y ya la obtuve. Me vuelvo a imaginar de como la obtuve, de cada gemido, de cada movimiento que hacía con sus caderas. De cada vez cuando le daba una embestida más brusca que la anterior, me enterraba las uñas. Al final ella no cumplió con su tarea y yo terminé follando a Marieth.
La dejé sola, no quería que termináramos en una discusión y yo matándola.
Fui abajo del sótano y vi a mi presa. Sara Williams estaba ahí. Llena de sangre, sus manos atadas a una cuerda. Yo estaba cazando al pueblo, estaba matando a cada persona, ¿por qué? Porque me divertía haciéndolo, era algo común en mí. Vi sus manos, ya no tenía uñas, se las había arrancado, si ella solo fuera dicho algo que una persona que necesitaba información, sus uñas seguirían ahí. Vi como con sus dientes intentaba arrancar la cuerda.
—¿Tienes afán de salir? ¿No te quieres divertir conmigo? Quédate un rato más, ¿sí?
Ella me escupió en la cara. Pase mi dedo por la saliva que estaba en mi cara y la lleve a mi boca.
—Te portas mal —dije saboreando su saliva. La jale de la cadena que tenía en el cuello—. No seas tan perra con tu amo.
Había raptado a Sara como a diferentes personas, pero Sara estaba en un mal momento, si ella no fuera pasado por ese callejón y no fuera dicho que si necesitaba ayuda, no estaría aquí. Ella me iba a dar información sobre la policía del pueblo, cuántos son, si son bueno o malo. Pero es muy zorra, no quiere jugar a mi juego.
Ayer la había metido a una bañera llena de agua fría con cubitos de hielo, pero logró salir de ella. Antier le había quitado las uñas, pude disfrutar sus gritos y su sangre. Era exquisita, gloriosa. Me encantó. Y hoy, bueno hoy tenía un juego que sabía que le iba a encantar.
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KEIN
Mystery / ThrillerDeinden un pueblo no muy visitado, solitario en pocas palabras. Todos se conocen. Deinden está alejado de la civilización y eso hace que sea más peligroso. A su alrededor está cubierto de bosque, árboles grandes, lagos que te pueden atrapar. Ada una...