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Klhoe Miller.
"JUNTO A ELLA"

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—Enserio nunca me cansaré de decirte que te ves hermosa—comentó al bajarse del auto y encontrarme en frente de la verja de mi casa.—Para ti—ofreció un gran ramo de margaritas en un lindo envoltorio color café, y una sonrisa inmediata apareció en mi rostro, estamos comenzando y ya se siente mágico.

—Gracias, Virgen—agradecí dejando un pequeño beso en su mejilla.

—¿Virgen?—cuestionó desconcertado.

—Es tu nuevo apodo—expliqué divertida.—Es imposible olvidar ese día.

Me gusta—acepto sonriente.—Yo también te pondré uno, será "básica"—no entendí al principio hasta que recordé el día en que llegué al instituto y el altercado que tuve con Victoria, lo miré con algo de fastidio pero al final lo acepté.

—Entonces seremos él chico virgen y la chica básica.

—Suena bastante bien—destacó riendo.—Vamos al auto, o se nos hará tarde—informó tomando mi mano a lo que asentí.

Luego de un largo rato de camino seguíamos sin llegar a algún lugar, estoy un poco confundida porque Axel mantiene todo como si fuera un secreto de estado, le he preguntado repetidas veces ¿dónde es? o ¿qué es?, pero simplemente me dice que es una sorpresa.

Estamos en la parte de atras de la camioneta, veo por la ventanilla como dejamos la ciudad atrás, Axel tiene su mano estirada en el espacio que queda entre los dos viendo por la ventanilla al igual que yo, decido imitar la posición de su mano colocándola encima de la de él, cambia la posición y pone su mano encima de la mía entrelazandolas, se gira hacia mí y me regala una sonrisa tierna que me encanta porque hace que se marquen los hoyuelos en sus mejillas.

Pasamos otros varios minutos agarrados de la mano y regalandonos sonrisas, no decimos nada pero el silencio no es incómodo. Veo el carro girar y estacionarse, Axel saca una bandana de seda del bolsillo de su atuendo y hago una mueca.

—Es una sorpresa—aclara ante mi reacción.

Suspiro y me volteo para que pueda ponerla sobre mis ojos, sale del carro y me confundo a un más luego escucho la puerta de mi lado abrirse.

—¿Axel?—pregunto moviendo brazos para localizar quién está frente a mí.

—¿Si?.

—No vas a a secuestrarme ¿cierto?—bromeo finjiendo qué estoy asustada.

—Quizás más tarde te secuestre—susurra en mi oído.

Sonrío ante su comentario y siento sus manos posarse en mi abdomen para ayudarme a bajar de la camioneta, al hacerlo siento que mis zapatos se comienzan a hundir un poco, comenzamos a caminar dándome cuenta que difícil moverse sin saber con que puedes encontrarte de frente, aunque estoy aferrada del brazo de Axel que está guiándome aunque preferiría tener mis ojos para orientarme.

—¿Lista?—pregunta animado.

—Definitivamente no.

Hace un cuenta regresiva que empieza en tres y en cada número que baja mis nervios aumentan. Quita las bandana de mis ojos y parpadeo repetidamente para adaptarme nuevamente, y al ver, una sonrisa se dibuja en mi rostro.

Hay una mesa llena de utensilios para servir la cena, flores que rodean cuatro postes de madera unidos a uno punta que hacen como una especie de tienda descubierta, algunas velas que alumbran lo necesario, y cómodos cojines para sentarnos, todo armoniza increíble, no tengo palabras para describir lo lindo que se ve, el atardecer que ya casi nos deja, termina de dar un toque con sus tenues colores.

𝘈𝘍𝘛𝘌𝘙 𝘈𝘓𝘓 ☁︎ [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora