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Axel Davis.
LA PRUEBA

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Me levanto de la cama por que mi cuerpo está cansado de estar tirado ahí, y me arrastró al baño para lavar mi cara. El espejo obvio no está, los restos tampoco, mi habitacion blanca con detalles dorados está impecable, como si nunca fuera pasado algo ya que mi hermano mandó a limpiarla esta mañana.

Mis nudillos completamente morados y golpeados me hacen hacerme una pregunta: «¿qué mierda hice?», lágrimas comienzan a cristalizar mis ojos y siento el mismo vacío de ayer, como de soledad y desprecio, como si mi ser estuviera incompleto, solo, abandonado. Me apoyo del lavabo e intento respirar para tranquilizarme y poder pensar con tranquilidad.

«No voy a perder la cabeza, no voy a perder la cabeza, no voy a perder la cabeza, no voy a perder la cabeza».

"Debiste suicidarte ese día".

"Nadie te extrañaría".

"Le harías un favor a todos".

—Callate por favor, solo cállate—suplico al escuchar la voz de nuevo, cierro mis ojos con fuerza y cubro mis oídos con mis manos.

Las lágrimas y sollozos salen de manera callada y sin fuerza inundando a silenciosa habitación.

"Toma la cuchilla".

"Toma la cuchilla".

"Ya sabes que hacer".

Y le haré caso, así me dejará, al final es verdad, nadie me extrañará, nunca tuve la atención de mis padres, ni nunca la tendré, si se supone que ellos son mi familia, y no me aman, dudo que alguien lo haga.

Me levanto con determinación y abro la llave de la tina dejando que se comience a llenar, salgo del baño, el sonido del agua cayendo es lo único que se escucha, limpio mis mejillas con mis manos bruscamente y me dirijo al vestidor, la habitación está casi oscura pero eso no me desconcentra o detiene mi paso.

Al entrar enciendo la luz y tomo la manilla de un cajón donde suelo guardar mi ropa interior, tomó uno azul que esta en una esquina y al desdoblarlo encuentro la navaja que una vez robé del despacho de mi padre.

La tomo y salgo del vestuario, entro de nuevo al baño, mis mirada se siente pesada, pero ya todo parará, ya no tendré que soportar como hasta la mínima atención está en Aarón siempre.

Me sumerjo en la tina, el agua fría hace que un escalofríos recorra mi cuerpo, pero no le doy importancia, recuesto mi cabeza mientras el agua comienza a seguir subiendo de nivel hasta cubrirme.

"¿Que esperas?".

"Hazlo".

"Sabes que tienes que hacer".

Mi respiración se acelera y se torna intermitente, el miedo empieza a invadir mi cuerpo, es como si la voz conociera que me duele y me hace vulnerable para dañarme.

"Klhoe solo quiere sexo contigo".

"Dylan es tu amigo por lastima".

"Todos juegan contigo".

Tomé la navaja y la acerco a mi brazo derecho, mi temblorosa mano apoya el filo en la muñeca y no duda en introducirla en mi piel fuertemente, el dolor me hace gritar pero sigo el movimiento que va de mi muñeca a mi antebrazo.

—No soy débil, nadie me utiliza, todos me quieren—intento contradecir las palabras.

La sangre comienza a salir sin control junto con mis lágrimas, el agua de la bañera se empieza a teñir de rojo y al mirar la desastrosa escena suelto la navaja que se unde en la rojiza agua, ojalá esté sea el final.

𝘈𝘍𝘛𝘌𝘙 𝘈𝘓𝘓 ☁︎ [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora