Capítulo 20 " Si el río suena..."

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— Linda... Perdóname, pero luces terrible, ¿Qué tienes? — Mirko llegó de sorpresa a mi agencia y vaya que el insomnio ha pasado factura, además el estrés ha estado más presente en mi vida.

— Mucho trabajo, es todo — Intento empatizar con ella, pero me encuentro de muy mal humor. Dejo unos papeles a lado y Mirko toma asiento —. No me gusta la vida de adultos.

— Creo que a nadie, linda — Ella toma mi mano con suavidad y sonríe —. Vamos a cenar y te quedas en mi casa, ¿Sí?

— ¿En serio te atreverás a salir con una chica con cara de putrefacción?

— No digas estupideces, linda. Eres una maldita Diosa — Ella se levanta y deposita un beso en mi coronilla. Me hace sentir mejor su comentario, pero de pronto caigo en la otra realidad de mi vida; donde encubro a mi hermano y básicamente me está pisando los talones.

— Pasaré por ti en la noche, princesa.

No puedo contestarle porque mi teléfono suena y tengo que contestar inmediatamente. Es mi hermano, preguntando por mi padre y mis planes con Miruko. Se lo cuento todo y este me amenaza una vez más.

— ¿Regresarás el mismo día?

— No.

¿Cómo demonios se enteró de que me vería con ella?, me levanto de mi escritorio y comienzo a revisar minuciosamente cada maldito rincón en busca de micrófonos; claro está que pueden residir en cualquier lugar, pero eso no será impedimento para encontrarlo.

— Ok, nos vemos luego hermanita — La última palabra la pronuncia con repulsión y no me queda de otra más que reírme de todo esto. Como mecanismo de defensa. Como última opción.

Pasan más de 2 horas y por fin encuentro aquellos micrófonos, los cuales arranco con furia. Estoy segura de que lo tendré al otro lado del teléfono molesto. Pero ya no me importa.

— ¿Señorita Liyah? — Mi asistente entra por la puerta. Puedo mirar su esbelta figura, pero algo la hace lucir aún más linda y tierna. Aquel pequeño bulto de 8 meses hace que toda la atención se pose ahí.

— Se supone que deberías estar en casa, ¿Qué haces aquí? — Me molesta un poco su falta de cordura, tiene un embarazo un poco riesgoso.

— Lo siento, pero tengo los cuidados suficientes — Con ello me da a entender de que no se irá a casa a menos de que sea algo muy urgente.

— Necesito que me consigas un modulador y bloqueador de señales — Ella frunce el ceño.

— Claro — Ella se queda ahí esperando. No comprende la situación y su silencio me pide explicaciones.

— Nada que temer, tu tranquila y por favor... Vete a casa antes de que te despida — Ella levanta las manos y sale de mi oficina. Miro el reloj y casi es mi hora de salida. No tengo ánimos de salir, quiero estar en casa. Así que hablo con Mirko y le propongo hacer una cena juntas, algo que ella acepta alegremente.

Esta vez prefiero llegar a pie a mi casa, no me siento apta para manejar. Sujeto mi cabello y dejo que el aire se estampe en mi nuca. Tiene semanas que no veo a Hawks, al parecer se encuentra lo triple de ocupado, pero tengo que admitir que es extraño.

— Liyah — Un auto se coloca a mi lado y dentro de este está mi padre con su pareja, quien me sonríe alegremente —. Sube, necesito hablar contigo.

— Hola, preciosa, ¿Cómo estás?, ¿Tienes planes? — El siempre trata de relajar el ambiente, algo que agradezco enormemente.

— ¿A dónde irás, hija? — Aquella pregunta me pilla desprevenida y simplemente les digo que me iré a ver con unas amigas, ¿Amigas?, preguntaron, me sentí patética.

A fucking Slave/ Miruko x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora