Capítulo 6: "Dos seres"

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El simple hecho de tener los ojos vendados provocaba miles de nervios, los cuales se veían reflejados en mi cuerpo a través de un pequeño temblor, el auge de la situación se clavaba en mis tímpanos cuando escuchaba esa maldita voz tan conocida. Unas fuertes manos me levantaron para así atarlas a una cruz, mis piernas quedaron lo suficientemente separadas para así dejar casi todo a la vista de cualquiera, en esa posición me sentía muy vulnerable, pero a la vez me excitaba un poco.

— Tu falta de indisciplina merece ser atendida — Miroku se escuchaba lejos de mí.

No contesté, no me había dado la palabra y no quería acrecentar el castigo que me esperada, un frío tacto invadió mis pechos, lentamente dibujaron con sus dedos un camino hacia mis clavículas y de forma desapacible los mismos invadieron mi boca provocando arcadas y lágrimas lo cual al parecer lo incitaba a ejecutar un vaivén más brusco.

Mi pecho se inflaba lentamente ante el panorama, me mantenía un poco lejos fumando un cigarrillo, la bebida que tenía en mis manos cantaba con el tintineo de los hielos, esa niña estaba más que vulnerable ante Aizawa y ella no lo sabía, mis firmes pisadas se aproximaron a Aaliyah, la cual giró su cabeza, mis palabras fueron "Tu falta de indisciplina merece ser atendida", esta no contestó y suspiró lentamente. Miré a Shouta, incliné mi cabeza para darle luz verde y que este comenzara con lo mejor sabía hacer... Los castigos. La sonrisa que soltó me indicó su satisfacción y excitación. Tomó unas pinzas y las colocó en sus pezones, ella se removió un poco con lo que fue castigado con un fuerte tirón, ella gimió de dolor y de un momento a otro me sentía embelesada ante tal acción. Me alejé un poco y coloqué una silla para darme el lujo de admirar todo con detalle y comodidad... La botella a mi lado me pedía a gritos que tomara aquel líquido que te calienta la garganta, a lo cual me di el lujo de llenar mi vaso. La flagelación dio comienzo, Aizawa la azotaba con la fuerza que le caracterizaba, sus brazos tensos indicaban que el tormento no iba cesar en lo absoluto.

La chica respiraba pesadamente tratando de ahogar el dolor que claramente le hacían enloquecer de rabia, era palpable lo que sentía... Algo que me excitaba, ahora quería tomar el mando... Quería deshacerme de él para seguir yo con el maldito castigo... Una mano en mi hombro me hizo volver en sí y olvidarme un poco de lo que pasaba.

— Así que tienes a tus favoritos...

— Él me lo pidió, no se contuvo a ofrecerme un trato para que el ejecutara dicho caso.

— ¿Fue improvisto, Miruko? — Un poco de enfado se presentaba en su voz.

— Sí, ¿Estás enojado?

— Se supone que nadie la iba tocar hasta que yo lo hiciera.

— Bueno pues se dieron las cosas así, puedes deshacer el trato.

— Eso jamás.

— Entonces, ¿De qué te quejas? — Lo miré a los ojos —. No seas tan ansioso, pronto la tendrás en tus manos.

Aizawa nos miró, había concluido con la primera parte; su entrepierna estaba más que hinchada. Con los mismos ojos me indicó lo que quería ejecutar a lo que yo asentí suavemente.

— ¿Qué mierda hará?

— Ya cállate, déjame disfrutar lo siguiente, la puerta está abierta.

— Me quedaré aquí — Tomó un vaso y lo lleno del alcohol.

Aaliyah fue liberada de la cruz de San Andrés, su verdugo se inclinó y colocó otro juguete doloroso en su zona íntima. Dio media vuelta y colocó una silla en el centro del sótano.

A fucking Slave/ Miruko x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora