Cap33- Buscando Respuestas

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Kassidy

– ¿No íbamos a la cabaña?– pregunta Henry.

– No, primero tengo que ver la casa de los Maldonado.

– ¿Qué tiene que ver los Maldonado?

– Tengo una sospecha

Últimamente el clima está fuerte, siempre veo la imagen de mi papá en mi mente, en la manera de como
murió. No era justo.

Llegamos a la casa.

Estaba Dexter en la puerta hablando con un auto de color negro, de vidrios
empañados, me apresuro para ver quién era, pero el carro se había
retirado, Dexter estaba nervioso.

– Dexter– dije.

Él no quiso fijar su mirada en mí, estaba ignorando mi voz ante su
llamado–¡Dexter!–insistí

Él entra a su casa cuando tome la puerta.

– ¡Dexter!

– Oficial Kassidy, en que la puedo ayudar

– Hace rato llamaba ¿acaso no escuchabas?

– Tengo música en mis oídos, aquí están mis audífonos, disculpe por
no haberle respondido antes, dígame encontró algo de mi madre.

– No de su madre, es lamentable pero quisiera hablar contigo, será que me permites– señalando el interior de su casa para poder entrar.

– Claro esta bien, puede pasar

Su casa era grande, y por las escaleras está bajando Coraline con un gran vestido de color escarlata.

– Tan elegante señorita Coraline, ¿a dónde ira?- mantuve mi ironía

– Gracias ofisial Kassidy me lo compró papá, para la reunión de Hanna

–¿Esta de cumpleaños la señorita Hanna? pregunté pasando mis
manos por la mesa que decoraba aquella sala.

– Si debo acompañar a mi amiga

– ¿En plena desaparición?, la gente está desapareciendo– alce mis cejas.

– Pero que mas se puede hacer, mi amiga necesita mi apoyo, así me
despejo de la desaparición de las personas y en especial mi madre,
me preocupa

– Vine por si sabían algo más de la desaparición de su madre.

– No ya le dijimos todo, salió temprano y no volvió, ella es de avisar, y no sería normal con tantas personas que se desvanecen de
la noche a la mañana–dijo Dexter

– Si eso le dijimos a Elena

– ¿Elena?– preguntaron ambos al mismo tiempo

– Si Elena, se dió la noticia hoy, ¿no escucharon?

– No, para nada, ¿cómo está?, ¿en donde la encontraron?- preguntó
Caroline

Observaba sus reacciones, los dos coincidieron con la misma
expresión.

¿Qué es esconden?

– Ella está bien, la encontramos sana y salva.

– ¿Y como?–preguntó curiosamente Dexter

– Me alegra– evadiendo la pregunta de Dexter, expresó Coraline

Me aseguré de su gesto, ella lo miró de manera nerviosa y él le responde con seguridad.

¿Qué ocultan hermanitos Maldonado?

– Bueno pensé que podían decir algo mas o si sabían algo, para ayudar con la búsqueda de su madre, gire mi muñeca señalando la puerta para retirarme.

La acompaño oficial Kassidy–cordialmente dijo Dexter.

Me giré y Dexter me esperaba con su brazos extendido para darme la
mano para despedirse.

#

Llegué al auto

– ¿Qué encontraste?

– Nada, solo esperemos

– A que...

– Listo

– ¿Listo? – preguntó Henry pasándose su mano por su cabellera.

– Shh–pase su mano por su boca.
Dexter estaba saliendo  apresuradamente con el celular en su oído, su voz desde aquí se sentía con mucha prisa.

Llegó un auto, y se montó.

Encendí el auto y mi mente se repetía– Dexter llévame donde están los demás.

No tan rápido, ni tan lento, para que no se dieran cuenta.

Nos estamos dirijiendo al lago, al mismo lago que asesinaron a Patch.
Desde lejos se ve como si estuviera una cabaña.

Una cabaña lujosa y bien fabricada, dónde cualquiera disfrutaría de unas vacaciones sin estrés y sin preocupaciones.

Ahí debes estar Elena, voy por tí y cumpliré mi promesa.

Coraline

Debo estar resplandeciente, es lo único que importa, ya nada importa.

¡Dios que estoy haciendo!

Nada es normal.

Nada es felicidad por siempre, todo lleva un costo.

Un costo muy alto, te arriesgas o mueres en el intento.

– Estoy hermosa y radiante– dice mi mente frente a mi espejo. Un espejo de... ¿Qué es eso?

Un sonido en la parte de atrás me hizo desvíar de mis pensamientos.

Lentamente me moví. Y giré mi rostro

– No te muevas y no saldrás herida– su voz es escalofriante.

– ¿Quién eres? Mi voz tembló.

– ¡Eso no te importa a tí! Si haces todo lo que digo, todo te saldrá bien–dijo aquella voz ronca y gruesa, sosteniendo un arma.– La señora Regina le gusta jugar a las escondidas ¿Cierto?

– No sé de que hablas–dije.

– Le salió mal la jugada

– ¿Qué te hace pensar que queremos jugar? ¡Ah!

– Niña eres más lista de lo que piensas pero no subestimes al verdadero rey del juego.

– No sé...– aclaré mi garganta– de que hablas.

– Regina hizo un trato conmigo

– Vuelvo y te repito, no sé, cómo te llames.

El desconocido– interrumpió.

– ¡Qué! Eso no es posible.

– ¡Sorpresa!

Un pañuelo... Un pañuelo color ¿rosado, verde, rojo o negro? No sé, ya no veo bien, no distingo bien.

Todo esta borroso y negro.

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