Cap34- Al Descubierto

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Señora Regina

Estoy aquí en una habitación sola y oscura, amarrada con cadenas.

Está cabaña es grande, y por dentro tiene como diez habitaciones y dos sótanos ocultos.

La pregunta ¿Cuál de los dos sótanos estoy?

Estoy segura que estoy en la del escondite. Así nunca me encontrarían

Ese desconocido... estoy mal, cada noche veo mi vestido.

Un vestido rasgado por las ataduras del maltrato.

Me castigaron.

¿Por qué? Por lo que le hize a Elena.

Él cree que es un héroe.

No era mi intención, de verdad, no lo era.

Pero mi impotencia, mi ira, la rabia... Y sólo marcar unos cuantos números... Solucionaría mi trabajo. Pero esa no es la idea.

Me dí cuenta que Elena no tenía nada que ver.

Me equivoqué, llegué fondo.

Pensé que era él, y ahora ya no lo conozco.

Esta versión de él es nueva y llena de ira.

Elena

Harol me baja despacio cuando se me ocurre que…

– ¿Mamá trajiste tu cartera de mano?

– No hija, disculpa.

Ví su rostro, cada detalle, cada expresión en falso lo veía, y lo sabía, mi mamá nunca sale sin su cartera, es lo que decora y resalta en ella.

Ví a Harol que su brazo estaba cortado.

Una herida.

Una herida recién.

Recuerdo que cuando llegué, corté el brazo del enmascarado.

¡Harol eres tú!, yo lo sé, yo venía por tí, porque sé que fuiste tú.

De pronto llega un auto oscuro y se baja…

¿Dexter?

– Llegaste rápido, ¿qué pasa?– dijo Harol desconcertado.

– ¿Qué? ¿Elena está aquí?– me observó con confusión.

– Sí, que más ya la encontré– dice él con una mirada extraña.

Dexter se ve confundido, su rostro contenía una expresión pensativa.

–¡Oh no!–dice Dexter observando todo su alrededor.

–¿Qué pasa?, ¿qué pasa Dexter?–su voz sonó desesperante.

– ¡Ella está aquí!

– ¿Quién?

Vi a Kassidy esconderse entre los árboles.

Él se dio cuenta y me lanza a dentro del auto corriendo apresuradamente a conducir.

Disparos desde arriba empezaron a estremecer el lugar, tomo la manilla y la abro.

Harol me observó y rápidamente abre.

Corro pero mis pies estaban heridos y marcados por el nudo de aquellas cadena, estaba muy herida, mis piernas no tenían tantas fuerzas, estaba débil.

Me tropecé con el charco que estaba en todo el terreno, giro y él está detrás de mí, siguiéndome velozmente.

La puerta principal está abierta, tomo la puerta y la cierro con seguro.

Corro para mover cuando una voz grita:

– ¡Ayuda, por favor ayuda!

¡Qué!

Hay alguien más, pero la puerta sonaba, Harol estaba detrás de ella
intentando abrir.

Tomo el sofá y la coloco en esa puerta de madera.

Giro mi rostro, cuando un chico con una funda negra está detrás de mí,
tratando de tomar mi cintura.

– ¿A dónde vas Elena?

Su voz era inquietante pero él no era mi acosador.

Me muevo drásticamente pero él me tomó fuertemente.

– ¿Qué te pasa Elena? Deja de actuar, y haz caso a mi voz– ordenó.

Mi cuerpo seguía batallando, pero sus manos tocaban fuertemente mi
abdomen, mis piernas se movían, fijé mi mirada en la mesita que tenía un jarrón de cristal decorando unas grandes flores, pero estaban lejos de mis alcances, él se movía.

Él pudo apoderarse de mi cuerpo, giré y tomé su cuello acercando mi boca y mostrando mis dientes, mordí esas venas que reflejaba su cuello, él
me suelta dejándome en el suelo, me arrastraba cuidadosamente pero se
dió cuenta.

Me apresuré, mis manos temblaban y tomé el jarrón, le di en su rostro, enterrando con fuerzas en las partes de su mejillas, él grita, y grita sin parar haciendo que me levante y lo empuje con la ayuda del cuerpo de Tae que está a su lado, hizo una caída más fácil, me levanté y corrí a una de esas habitaciones.

Una habitación oscura.

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