The Hobbit (Mi historia)[1era Parte]

Capitulo 5 Rivendell

El camino hacia Rivendell había sido agotador, los enanos se encontraban muy cerca de allí.

-Gandalf- le susurra Dömin- espero que no se acuerden de mi
-¿Porque deseas eso?- dijo Gandalf extrañado
-Ellos pensaran que soy su amiga, cuando no lo soy- dijo señalando a los enanos- y...¿si me echan de la compañía por eso?
-¿Por tu pasado?
-Si...- asintió Dömin con tristeza
-Dömin, tu pasado tiene la intervención de ellos, por necesidad, pudiste morir sin ellos, los enanos no te despreciaran por eso- dijo Gandalf colocando una de su su manos en el hombro de Dömin, quien asintió no muy segura del comentario del mago y se dirigió cerca de Bilbo

Dömin había quedado encantada con el paisaje, cuando ella era pequeña solamente podía recordar unas montañas a lo lejos, con algunos prados, pero nunca recordó el camino hacia Rivendell. Cada paso que daba, le hacia recordar lo sucedido 60 años atrás, las luchas que tuvo que pasar con su hermano, las heridas y el sufrimiento producido, el único recuerdo de Rivendell, que ella todavía conserva era la amabilidad de aquellos elfos y del mago, si no hubiera sido por ellos, estaría muerta. Los pasos, le costaban mas cada vez, su respiración era mas agitada de lo normal, su corazón comenzó a latir cada vez mas fuerte, y con ellos sus ojos comenzaron a humedecerse, pero ella solo continuo, no quería mirar hacia atrás, no quería ver hacia adelante, quería estar en su casa, buscando aventuras cerca de allí. La caminata se fue cortando, ya que su destino estaba a muy cerca de ellos, cuando Dömin se encontró en la puerta de Rivendell, de sus ojos comenzaron a caer unas pocas lagrimas que recorrían su mejilla, pero logró controlarlas, antes de que el rey Elrond y su gente llegara tocando el mismo cuerno, que escucharon al entrar en la cueva, ella alzó su mirada para contemplar al rey elfo, quien un día había salvado la vida de su hermano y la de ella. Cuando Elrond llegó a las puertas de Rivendell, en donde se encontraban los enanos, este observó a todos y cada uno de ellos, pero vio que entre todos ellos había una joven enana, quien le resultaba familiar, el rey había notado la presencia de Gandalf, quien lo saludo con una reverencia.

-Señor Elrond- dijo Gandalf con una reverencia, el rey elfo le contesto con una pequeña reverencia hacia el mago
-Los orcos nunca se aventura por mis tierras, algo o alguien debió atraerlos- dijo Elrond dirigiéndose a Gandalf y a su gente
-Capaz que fuimos nosotros- contestó Gandalf mirando a la compañía, Elrond al notar la presencia de Thorin le dedico una reverencia, quien agradeció y respondió igual
-Gandalf, veo que trajiste a una mujer contigo- dijo Elrond dirigiéndose a Dömin, quien comenzó a ser observada por todos los presentes
-¿No la reconoces?- dijo el mago algo sorprendido- recuerda hace 60 años atrás, lo que sucedió aqui en Rivendell- dijo nuevamente, pero esta vez Dömin se sintió avergonzada, ya que había revelado un poco su edad
-...Es ella...- dijo Elrond con una sonrisa en su rostro- que alegría de verte nuevamente- dijo el rey, mientras lo enanos la continuaban viendo, en especial Thorin que no paraba de mirarla, pero ella se encontraba con una sonrisa delicada que observaba al rey- ven aquí, Dömin- dijo haciendo un gesto para que se acercara
-Esta bien- dijo al abrirse paso entre los enanos, quedando frente al rey
-Estas hermosa- dijo Elrond- creciste mucho desde la ultima vez
-Muchas gracias señor Elrond- dijo Dömin tranquilamente haciendo una reverencia- pasaron demasiados años- termino de decir Dömin al rey, quien le contesto con una sonrisa
- Les ofrezco comida y baño para que tengan mas comodidad ( comento en idioma elfico ) - dijo el rey hacia Gandalf y los enanos
-¿Se ha burlado de nosotros?- dijo Oin
-No, lo contrario, les ofreció comida y baño- dijo Gandalf,quien observaba a los enanos platicando entre si, finalmente aceptaron la invitación del rey

Todos comenzaron a entrar en Rivendell, cada uno a su ritmo y con su humor, Dömin no se encontraba muy bien, por el repentino saludo del rey, ni tampoco con las miradas que los enanos le habían dirigido, uno a uno fueron entrando en el comedor, con excepción de Dömin, quien se encontraba con el rey en el pasillo