Una Vida Contigo [SasuNaru] [9M2] EDITANDO

XVI

[...]

Narra Sasuke

Realmente los nervios me estaban comiendo por dentro, hace menos de 5 minutos que me encontraba frente a la puerta de su casa, pero no me atrevía aún a tocar el timbre.

¿Debería mejor irme?

No, Uchiha Sasuke jamás se retracta ante sus palabras, ahora debo hacerlo.

Mi corazón poco a poco comenzó a acelerarse sin control alguno, incluso mis manos llegaron a temblar y mis piernas me querían fallar.

La primera vez nadie fue, era turno de tocar una segunda vez, la verdad no quería presionar a nadie pero, en verdad necesitaba verlos, a los dos...

Y justo en ese momento, abrieron la puerta, pero mi vista se fijó en un niño pequeño no mayor de 7 años.

Sus ojitos parecieron brillar al momento en que me vió, y podría jurar que tiene esa misma esencia que Naruto, no puede ser.

Este niño se parece en exceso al de mi sueño, por favor.

Así que es hijo de Naru.

- ¡Papi Sasuke! - Me dijo.

Literalmente quedé sorprendido y no podía reaccionar.

Unos pasos presurosos se escuchaban cada vez con más fuerza llegar hasta lo que supongo es la sala principal.

- Minato, ven aquí por favor, con silencio ¿De acuerdo? -

Levanté mi vista y justamente estaba él.

Mi hijo, mío y de Naru.

- ¿Menma? -

Pero él no se atrevía a verme, se veía que estaba nervioso y evitaba el mirarme, su vista simplemente se enfocaba en el pequeño Minato, quien abrazaba con fuerza mis piernas.

- Menma ven a saludar a papi Sasuke - Se alejó un poco de mi para mirar a su hermano.

Un adolescente se encontraba a su lado igual, sólo que tenía su cabello blanco y ojos color ámbar, pero parecía no entender lo que ocurría.

- ¡Mamá! ¡Mamá! ¡Papi Sasuke está aquí! ¡Él volvió! -

- ¡Min silencio! -

Se dijeron ambos, y ante eso, al momento se escuchó un fuerte estruendo en una de las habitaciones lejanas.

Menma y el otro chico fueron corriendo, supongo que algo le pasó a Naruto.

Quería ir a verlo, pero el pequeño Minato estaba tan aferrado a mi.

- Min, ¿Dónde está mamá? -

- En la cocina -

- ¿Escuchaste el fuerte sonido? Tal vez le pasó algo a mamá, ¿Me enseñas dónde es? -

El pequeño azabache me sonrió, y con rapidez me guió hasta la cocina.

- ¡Naruto! - Grité buscándolo con la mirada.

Y ahí estaba él, hecho bolita en una esquina de la cocina... Eso no es bueno, cuando éramos adolescentes él lo hacía cuando le habían hecho algo, o sus ataques de pánico; parece que este era uno.

Quería ir con él, poder abrazarlo pero, eso no me correspondía, no después de dañarlo tanto pero, no podía dejarlo ahí.

- Mamá tranquilo, por favor - Decía con suma tranquilidad.

A él le gusta que lo abracen así.

- ¿Está bien? - Pregunté tratando de acercarme más.

- Min, por favor sacalo de la cocina - Y ante eso sólo me detuve.