XXIV

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[...]

Habían pasado ya unos días desde aquella reunión familiar y cabe recalcar que la relación que mantenía Menma con sus padres había cambiado ligeramente, claro más con el azabache, sólo que todas sus emociones las retenía y poco a poco las soltaba, pero se desquitaba un tanto con el joven Víctor, quien trataba de adaptarse al cambio que sufría su amigo.

Era difícil para ambos.

Una parte un tanto positiva si le podríamos decir así, es que el azabache comenzó a ir con una psicóloga, que para su "mala suerte" le decía que lo que sus padres experimentaban nuevamente no estaba mal, después de todo querían intentarlo y todavía tomaban en cuenta sus sentimientos.

Claro que para él era llevarle la contraria, y si juntamos a un Uzumaki y un Uchiha que piensan tener la razón ¿Qué podemos esperar de aquello?.

Razón por la cual también dejaba salir sus emociones con su peliblanco amigo, quien lo escuchaba pero al mismo tiempo le daba comentarios acerca de ello, aunque era muy sutiles, ya que quería evitar que se enojaran entre ellos.

Pero dejando de lado un poco a Menma, la relación que llevaban los adultos comenzaba a mejorar considerablemente, pues el azabache se encargaba de regalarle pequeños detalles o visitas ligeramente esperadas.

Pero bueno, retomemos nuestro día.

Hoy, el hermano mayor azabache había fingido estar enfermo, una técnica que funcionó por completo con su padre rubio, pues claro que tomaba más importancia a la salud de su hijo aún cuando éste estuviera enojado con él.

Por lo que el ojiambar había avisado al orfanato y a la familia Uzumaki que iría a visitar a Menma, por ambas partes accedieron.

Y ahora, el adolescente se encontraba frente a la casa de su "enamorado".

Ante ese pensamiento él mismo se sonrojó y negó con la cabeza, todavía no podría decirle que le gustaba, porque si, ya había aceptado sus sentimientos por el ojiazul.

- ¡Víctor-chan! Que bueno que hayas llegado bien - Dijo sonriente el Uzumaki mientras dejaba pasar al menor.

- Gracias por aceptar mi visita Naruto-San - Respondió igualmente.

- Naruto, Minato se quedó dormido nuevamente, pero me tengo que ir a trabajar - Habló un azabache que bajaba las escaleras, más se sorprendió al ver al adolescente en la casa del blondo.

- Víctor-Kun, que bueno volverte a ver - Se dirigió al menor que seguía en la puerta principal.

- Igualmente Sasuke-San, me alegro que se encuentre bien -

Y después de unas cuantas palabras intercambiada entre los tres, el azabache estaba listo para irse de aquel cómodo hogar para cumplir con su trabajo, claro que no se fue sin antes dejar un beso en la mejilla del rubio, quien se sonrojó al notar la mirada del menor en ellos.

- Nos vemos -

Naruto sonrió bobamente y suspiró, pero el único dueño de aquello era el Uchiha que tanto quería.

- Se ve más feliz Naruto-San -

- ¿Qué cosas dices querido? - Respondió nervioso invitándolo ahora si a pasar a la casa recibiendo una ligera risa del contrario.

- ¿Puedo pasar con Menma-Kun? - Preguntó un tanto nervioso con aquel ligero color rosado en sus pálidas mejillas.

- Claro Víc-chan, está en el jardín - Respondió con una sonrisa - En momentos voy para ver si necesitan algo ¿De acuerdo? - El de cabellos blancos asintió y se dirigió donde su amigo, quien se encontraba sentado en una pequeña banca hasta el fondo del jardín.

Una Vida Contigo [SasuNaru] [9M2] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora