Capítulo 10

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No sé exactamente cuánto tiempo pasó mientras disfrutábamos siendo un mismo ser, solo sé que ambos caímos ante la sensación abrumadora de un fantástico orgasmo, que de no ser por el hechizo que lanzó en la habitación juro que habríamos despertado a todos en la mansión. Exahustos, quedamos desplomados sobre las sábanas, uno al lado del otro, sudorosos, jadeando aún y con una sonrisa de oreja a oreja, ambos volteamos a mirarnos

—Wow, eso estuvo fantástico, no es fácil seguirte el ritmo –le dije sonriendo ampliamente

Soltó una risita adorable
—Te acostumbrarás –me dijo guiñándome un ojo.

Yo me quedé unos segundos apreciando sus facciones, guardando en mi memoria cada rasgo de su perfecto rostro, noté que después de hacer el amor su semblante es totalmente diferente; se veía relajada, feliz y tan natural, tenía ganas de verla justo así, a mi lado, para siempre...

—¡Eren!

Chasqueó los dedos frente a mis ojos y salí del trance

—Lo siento, solo admiraba lo preciosa que luces y pensaba en lo mucho que te amo

Se movió para acercarse y abrazarme, se colocó sobre mi pecho e inhaló profundamente, yo la rodeé también con mis brazos y besé su cabello, quería detener el tiempo y quedarnos así; abrazados, desnudos, sintiendo nuestros corazones latir uno por el otro y aunque sabía que no era posible nos quedamos en silenció un rato, yo estaba mirando el techo, pensando en cuál sería el siguiente paso pero antes de articular palabra ella se adelantó

—También quisiera quedarme así para siempre, ¿sabes? -Me dijo en un suspiro añorante

Por un momento creí que había leído mis pensamientos pero no, solo era algo que ambos deseábamos con el alma y sin necesidad de decirlo resultaba bastante obvio nuestro sentir

—¡Cielos, si tan solo alguien  tuviera magia... Oye espera, tú eres una bruja, solo mueve un poco los dedos y haz lo tuyo! ¿Sí? -le pregunté en un tono suplicante pero divertido

Ella volteó a mirarme, alzó una ceja y luego soltó una carcajada

—Ojalá pudiera, pero no es tan simple, cariño -la risa cesó lentamente al igual que su sonrisa y sus ojos se entristecieron un poco pero continuó —Te dije que al despertar estaba sola, pero no es del todo cierto, Hange estaba conmigo y fue quien me mostró todo lo que sucedió; cuando Ymir terminó contigo y yo quedé inconsciente, antes de tener el mismo destino que tú, llegaron un par de brujas  anunciando que estaban invadiendo Stohess. Todos los hechiceros venían a reclamar lo que creían que debería ser suyo, confiaban en que a esas alturas ya tendrías en tu poder el cetro pero ese día nada salió bien para nadie... Ymir desplegó su primera defensa pero fue demasiado tarde, la invasión era un hecho y para cuando se dió cuenta, Grisha ya estaba ahí frente a ella. Al llegar a la escena y verte sin vida en el suelo se enfureció tanto que estalló toda la torre, así se desencadenó una guerra que aniquiló casi por completo a ambas razas, mi clan me protegió, claramente sin saber que yo misma había sido la perpetradora de todo... -Hizo una pausa en esa parte, yo la estreché más fuerte y besé su frente dulcemente, ella prosiguió —Eventualmente mi clan tuvo que luchar también y del mismo modo perecieron, todas las Ackerman eran fieles a Ymir y por eso dieron su vida luchando por Stohess pero Hange no, ella siempre ha sido demasiado inteligente para suicidarse de una manera tan estúpida, sabía que no había honor en perder la vida  por nada, ya que a pesar de su extraordinario poder, no podría hacer nada por el reino, que a esas alturas ya era prácticamente pérdida total, por el contrario decidió crear un refugio y salvaguardar la vida de todas las brujas que pudiera ayudar, de este modo aseguraba que nuestra raza sobreviviera al final, así fue como me encontró, me cuidó y sanó mis heridas. Cuando abrí los ojos me encontré con los suyos, sus enormes ojos marrones, protegidos tras esas gafas, me explicó todo y también me dijo que conocía toda la verdad sobre quién era yo y lo que había provocado, gracias a su poder especial podía saber todo sobre mi solo con tocarme, en ese momento creí que ella y las demás me matarían, pero no fue así, por el contrario, jamás lo comentó con nadie, ni me reprochó nada, incluso me ayudó a canalizar los pensamientos negativos que acechaban mi cabeza y me atormentaban, gracias a ella comprendí que siempre tendría que cargar con mis pecados y que aún así debía mirar solo hacia adelante en lugar de voltear la mirada hacia atrás, desde entonces me tomó como su protegida y mano derecha, meses después fundó el aquelarre y lo que hoy se conoce como el castillo Rose. Yo me concentré en ayudar a que todo prosperara y con el paso del tiempo parecía que todo marchaba bien, lo mejor que se podía desde lo ocurrido, mis sentimientos por ti seguían intactos pero trataba de seguir las enseñanzas de Hange y dejar el pasado atrás, ciertamente me funcionó por más de un siglo, hasta que una mañana al despertar mi vista se nubló, me sentí mareada y de la nada quedé inconsciente, al abrir los ojos mucho después, me encontré en mi habitación, no tenía idea de qué había pasado, solo sentía una fuerte punzada en la cabeza, la ansiedad era terrible  y la opresión en el pecho no me dejaban tranquila. Hange fue a verme, ella sabía lo que sucedía pero al cuestionarla evadía mi mirada, hasta que después de insistirle por fin pude ver sus ojos, más oscuros que de costumbre, me lanzó una mirada feroz y asintió con disgusto, en ese momento lo supe; habías vuelto.

—¿Vuelto? ¿Cómo? -pregunté intrigado

—Habías reencarnado, al fin, después de tanto tiempo, mi mirada se llenó de emoción y quise levantarme al instante pero Hange no permitió que me moviera, colocó su pesada mano en mi hombro y con la firmeza que la caracteriza me dijo que desechara inmediatamente esa estupidez de buscarte, me prohibió tajantemente el siquiera tratar de saber de ti, recalcando que gracias a la maldición de Ymir sería inútil todo esfuerzo que hiciera en tratar de traerte de vuelta y me hizo elegir, entre una ilusiónd y ella junto al aquelarre y toda mi raza...

Lágrimas rodaron por sus mejillas, el dolor en su expresión era palpable, yo solo quería que dejara de sufrir de una vez por todas, limpié algunos rastros de su llanto con las yemas de mis dedos, después de eso me dijo que estaba bien y continuó

—Luego de hablar conmigo y hacerme entender que buscarte sería en vano, con todo el dolor de mi corazón decidí guardarte en lo más profundo de mi alma y atesorar los momentos que vivimos, entonces le juré que jamás te buscaría, y así lo hice, hasta que tú me encontraste a mi y por más que quise ya no pude resistirme, ahora mírame, justo aquí, tal parece que no soy de fiar, ¿eh? -dibujó una media sonrisa en su rostro con una mueca de ironía en sus ojos y evidente desilusión, yo permanecí en silencio, y ella alzó la mirada, tocó mi mejilla y con voz firme me dijo —No me malinterpretes, Eren... estoy aquí porque así lo deseo, fue demasiado tiempo sin ti y ya no quiero más de eso, Hange me enseñó a aceptar las consecuencias de mis acciones y estar contigo lo vale todo.

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⏰ Última actualización: Aug 04, 2021 ⏰

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