Capítulo 6

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Abrí los ojos al instante pero me encontraba solo, ¿Cómo era posible si hace tan solo un momento la escuché replicar en mi cabeza?

¿«espera un poco más»?

¿Qué significa eso? ¿Qué tengo que esperar exactamente? Las dudas incrementaron y el hecho de que parecía nunca haber llovido era de lo más extraño, el suelo estaba seco y no había indicios de lluvia por ningún lado, incluso el cielo estaba despejado, ¿Acaso imaginé todo? ¿Podría ser posible que mi mente perturbada me estuviera jugando una broma cruel? En cualquier caso tenía que regresar a la realidad.
Pasaba de la media noche ya, no tenía respuestas, ninguna bruja capturada y mucho menos había cumplido mi misión, ésta incluso pasó a segundo plano cuando me quedé observando a Ackerman como un idiota.
Soy un cazador, no un adolescente imbécil que sucumbe ante los encantos de una bruja, ¿entonces qué diablos fue esa emoción al verla?

Sacudí mi cabeza pero mis ideas seguían sin aclararse, en este punto debía volver a la mansión Reiss con las manos vacías, de nuevo... Frieda ya sospechaba algo y Ackerman seguía siendo un enigma para mi, la situación no pintaba nada bien.

Decidí volver a la mansión y reportar que había tenido contacto con Annie quien pronto me guiaría a Ackerman, quizás así estarían en calma unos días hasta que el panorama se aclarara.

De regreso en la mansión todo estaba en calma, parecía que no había nadie despierto así que me dirigí a mi habitación, ya hablaría con Rod por la mañana, pensé.
Abrí la puerta de mi habitación lo más silencioso que pude, no quería despertar a nadie. Al entrar coloqué el cerrojo, y comencé a desvestirme, hasta quedar en ropa interior, estaba exhausto, solo quería tirarme en la cama y dormir por días, en eso estaba cuando escuché un ruido, encendí las luces rápidamente y casi me caigo de espaldas cuando la ví;

-¿Siempre te quitas la ropa a oscuras? -preguntó con un tono divertido

-¿Qué rayos haces aquí? -repliqué tratando de cubrirme con mi gabardina mientras buscaba mi daga

-Relájate, si quisiera asesinarte lo hubiera hecho desde la primera vez que nos vimos, solo vine a hablar -alzó una ceja con una mueca algo pervertida en su rostro mientras me miraba de arriba hacia abajo, ¡Dios, era tan sexy!

No podía creer que la tenía frente a mi, sentada sobre la cama en mi habitación, justo en la mansión Reiss, era la oportunidad perfecta para capturarla y cumplir la misión, pero yo solo podía pensar en cuan emocionado estaba por verla de nuevo. Aproveché la ocasión para perder mis ojos en su boca, en su cuerpo, ¡Deseaba tanto poder tocarla! Moría de ganas por danzar entre sus exquisitos labios una vez más, pero también necesitaba respuestas.
Sonrojado me coloqué la gabardina, ella se volteó discretamente como "dándome" privacidad pero conteniendo una risita. Cuando terminé de incorporarme le dije

-¿Te das cuenta de en dónde te metiste? Si alguien descubre que estás aquí nos matarán a ambos.

-Tranquilo, lancé un hechizo en esta habitación, nadie escuchará lo que pase aquí, así que podemos hablar tranquilamente.

Parecía realmente honesta, así que la dejé continuar

-Está bien, te escucho

-Siendo un cazador supongo que te contaron sobre las brujas, pero estoy segura de que no sabes nada sobre nuestra historia realmente... Hace 200 años nuestra suprema Ymir fundó el 1° aquelarre. En aquel tiempo todo se regía por reinos entre razas que vivían en armonía; brujas, hechiceros y humanos.

¿Ah? La interrumpí para preguntar

-¿Hechiceros? Nunca escuché hablar de ellos y tampoco tenía idea sobre esa supuesta armonía

-Eso se debe a que solo te contaron ciertas partes de la historia, partes convenientes para sus propósitos...

-¿A qué te refieres con eso? -volví a cuestionar intrigado

-Aún no llegamos a esa punto, pon atención; los reinos coexistían entre sí pero cada uno tenía su territorio y a su gobernante o supremo; nosotras teníamos a Ymir en Stohess, los humanos eran gobernados por Uri Reiss en Shiganshina y los hechiceros tenían a Grisha Jaeger en Trost.

-¿Qué estás diciendo? ¿Alguien de mi clan gobernaba a los hechiceros? Debes estar bromeando -repliqué exasperado

-Nunca bromeo y aún no he terminado, ¿me dejarás continuar o seguirás interrumpiendo? -Contestó algo molesta

¡Mierda! Creí que a estas alturas tendría ya algunas respuestas pero las dudas seguían en aumento y ahora estaba más confundido que antes, ¿Un Jaeger entre los hechiceros? ¿Qué sigue?

Su voz interrumpió mis pensamientos

-¿Y bien? El tiempo corre y no tenemos toda la noche

-De acuerdo, sigue -le dije en un tono más afable

-A pesar de la supuesta paz entre las tres razas, estás no convivían nunca, simplemente se limitaban a existir y prosperar sin atacar a los otros reinos, sin embargo los humanos no se sentían a salvo pues les intimidaba que ambos reinos vecinos pudieran aniquilarlos en un abrir y cerrar de ojos, tanto era su temor y desconfianza que Uri Reiss ideó un plan para enemistar a brujas y hechiceros entre sí, de este modo la raza humana sería la única dominante al final. Uri sabía que Ymir al ser la suprema ostentaba un poder impresionante, tanto que tuvo que canalizarlo en un cetro de cristal que resguardaba bajo estricta vigilancia, fue así como este mismo se convirtió en la manzana de la discordia; Uri a base de engaños convenció a Grisha para robar el cetro de Ymir, derrocarla y subyugar a todas las brujas para apoderarse de Stohess.
Grisha entonces le ordenó a su hijo, uno de los hechiceros más poderosos que enamorara a una bruja para que robara el cetro por ellos. Así fue como un Jaeger comenzó a cortejar a una súbdita de Ymir; una Ackerman, pero pronto el plan de Grisha tomó un rumbo distinto, ya que ambos jóvenes quedaron perdidamente enamorados uno del otro. Ellos sabían que a pesar de la armonía que existía entre sus razas, ningún supremo aceptaría su relación y sacar su amor a la luz provocaría su muerte inminente y en el peor de los casos se desataría una guerra. Jaeger en un intento desesperado, guiado por la presión ejercida por su padre quien le exigía cuentas debido al tiempo que había pasado desde que se puso en marcha el plan, le propuso a su amada Ackerman robar el cetro para erradicar la amenaza entre reinos, lograr la paz absoluta y de esta manera poder vivir su amor libremente, pero nada estaba más lejos de la realidad.

LA BRUJA Y EL CAZADOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora