El inicio

220 46 37
                                    

 —Yoongi, Seokjin aún espera tu respuesta, mínimo deberías llamarlo y decirle que estás considerando su propuesta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

 
—Yoongi, Seokjin aún espera tu respuesta, mínimo deberías llamarlo y decirle que estás considerando su propuesta. 
 
—No lo haré.  
 
—Joder, Yoongi ¿puedes ya recapacitar? Esto es por lo que tanto tiempo has luchado, no peleaste con nuestros padres y te fuiste a buscar tu vida cuando eras sólo un crío de 14 años para que al final eches todo a la basura por un cabrón que sólo jugó contigo. 
 
Yoongi se levantó de la mesa de golpe, ni siquiera lo podían dejar desayunar en paz, estaba enojado, harto, porque no podían referirse a su amado de esa manera, tampoco podían meterlo en todos sus problemas. Si bien era cierto que él no aceptaba la propuesta de trabajo de Seokjin porque aún esperaba verlo para recibir de él una explicación y todo volviera a la normalidad. Pero eso no significaba que podían echárselo en cara todo el maldito tiempo, suficiente tenía con su jodida mente que se lo recordaba a cada puto minuto. 
 
— ¡A él no lo metas en esto! ¡Es mi maldita decisión no aceptar la oferta de Seokjin, es mi puta vida y yo sabré qué hago con ella! Si quiero ahogarme en el maldito alcohol lo haré, si decido tocar en el bar toda la mi jodida vida de igual manera lo haré, si decido dejar todo e irme a vivir debajo de un puto puente ¿Qué crees? También lo haré carajo, porque puedo y quiero. No por que Jimin se haya largado y me haya dejado con el puto corazón hecho pedazos.  
 
Miro a Suran dándole una mirada de disculpa y salió de aquella casa. Caminó y vagó por las calles sintiendo chocar el aire con su rostro. Llegó a un parque, el cual solían frecuentar él y Jimin , se sentó en una banca justo frente al pequeño lago que había .  
 
Suspiró y miró al cielo, después cerró los ojos dejándose llevar por lo único que le quedaba del rubio y que atesoraba más que a su vida. Los recuerdos con él. Como la noche que lo conoció y sintió que por fin había encontrado a su otra mitad.  
 
Esa tarde era como cualquier otra, llego al bar de su hermano, tomó una cerveza y se subió al escenario a hacer lo que más amaba en la vida, aunque fuera algo en lo que sus padres no lo apoyaban él no se rendía, él esperaba tocar alguna día ante una audiencia diferente y conocedora, por el momento lo haría frente a sus clientes habituales que siempre esperaban por él. 
 
Prendió un cigarrillo antes de comenzar y echó un vistazo a su alrededor, mesas con clientes bebiendo acompañados de amigos o pareja, disfrutando del momento, ya sea riendo o llorando, en la barra las personas que más querían perderse, estaban solos, buscaban una charla con alguien y que mejor que el barman que siempre tenía una palabra de aliento para aquellas pobres almas en pena que sufrían por amor o por problemas de cualquier índole. Siguió mirando hasta que justo frente a él en la mesa del rincón había un chico muy lindo que le sonreía y levantaba su cerveza para brindar con el pianista.  
 
Yoongi en cuanto lo vio quedó prendado de su hermosa y brillante sonrisa, la amo desde el primer momento. Con un leve sonrojo en sus mejillas hizo la misma acción que el chico rubio que no le quitaba la mirada de encima.  
 
Terminó su cigarrillo y comenzó a tocar una melodía que a todos los clientes les encantaba. Quería dejarse llevar como las veces pasadas pero esta noche era diferente, sentía una mirada profunda sobre él que lo ponía nervioso. 
 
Toda la noche, todo el tiempo que estuvo tocando, aquél chico rubio no le quitaba la mirada de encima, tampoco dejaba de sonreírle coqueteándole, los tragos enviados por el rubio no se hicieron esperar. Yoongi estaba ansioso por terminar su turnó para ir hablar con aquél hermoso chico y así poder escuchar su voz, conocer el nombre del hombre que le había robado el corazón. 
 
Yoongi nunca fue de relaciones, tampoco de acostones, él simplemente no estaba interesado en el amor. Pero estaba seguro que no era normal que al ver al rubio acercarse a él su corazón latiera como loco como si quisiera salir corriendo de su pecho. Podía sentir las mentadas mariposas en el estómago, pero él estaba seguro que eran dinosaurios peleando por la intensa sensación.  
 
Jimin estaba igual que Yoongi, sólo que él siempre buscaba a su alma gemela para estar con ella por toda la vida. Aunque a veces se equivocaba y terminaba con personas que se aprovechaban de él o lo engañaban.  
 
Varios días atrás, él ya había visto este bar, incluso algunos amigos se lo recomendaban para pasar un muy buen rato bebiendo y deleitándose con las hermosas melodías que el pianista prodigio del bar tocaba todos los martes, jueves y sábados. Hoy por fin se había animado a venir y lo hizo sólo, al no lograr convencer a sus amigos de acompañarlo a beber.   
 
Cuando el chico rubio vio a Yoongi por primera vez sintió que su mundo se paralizó y todo a su alrededor dejó de existir, en ese momento eran solo él y el chico del piano, una corriente eléctrica le recorrió desde los dedos de los pies hasta la cabeza, las mariposas aparecieron justo en el momento que cruzaron miradas. Jimin estaba perdido escuchando la melodía que Yoongi tocaba maravillosamente bien.  
 
—Disculpa, ¿sabes a qué hora termina su turnó el pianista? —preguntó Jimin al mesero que le había traído otra bebida— 
 
El mesero miró su reloj y después contestó a Jimin 
—A las diez termina, justo en una hora. 
 
Jimin agradeció y espero con ansias poder entablar una conversación con aquél chico pálido. 
 
Después de unas cuántas melodías y unos cuántos tragos Jimin miró su celular y eran justó las diez, el pianista terminó su canción, Jimin supo que era el momento y sin pensarlo mucho se levantó y caminó hacia Yoongi. 
 
—Hola, tocas de maravilla, ¿te gustaría tomar un trago conmigo? — preguntó el rubio un poco tímido y nervioso de que el chico frente a él lo rechazará—  
 
Yoongi sonrió y asintió yendo a sentarse con el rubio a su mesa.  
La noche pasó entre platicas, sutiles coqueteos por parte del rubio y bebidas.  
 
Para ese primer encuentro Yoongi había quedado más encantado de esa hermosa sonrisa y deseaba poder coincidir con el hermoso chico los días siguientes y de ser posible se diera algo más entre ellos, por que esa conexión y atracción que sentía por el rubio sabía bien que era mutua. 


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El pianista   (yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora