Hoy como los días anteriores estaba tomando por él, eso a pesar de todo lo hacía sentir feliz, ese amor para Yoongi nunca fue un juego, hoy También se embriagaba por su recuerdo. Sabía que sufría por Jimin pero no importaba, él solo quería que regresara.
Tomó nuevamente su vaso con whisky y lo bebió de un tirón, su vista no se despegaba de la entrada del bar. Era su día de descanso y aun así estaba en el bar con la esperanza intacta de que su bello rubio apareciera.
Minutos después la botella que tanto esperaba llegó, la tomó e intentó abrirla pero sus ojos no enfocaban bien, sus manos torpes no podían abrirla. Unas manos tomaron la botella abriéndola y sirviendo un poco de alcohol en el vaso de Yoongi y otro poco en otro vaso.
Min levantó la mirada y miró a aquella persona sentada aun lado de él con confusión.
—Salud —mencionó su acompañante y bebió un poco de su vaso—
—¿A qué viniste? —preguntó Min con las palabras atropelladas y tratando de enfocar al castaño—
—Vine a ver a mi pianista favorito, pero vaya desilusión me lleve al saber que hoy descansabas. Así que me quedaré con las ganas de escucharte esta vez —respondió el castaño mirándolo con una ligera sonrisa—
—Bien sabes que días descanso —mencionó Yoongi y desvió su mirada hacia la puerta de nuevo bebiendo de su vaso——Me atrapaste — sonrió el castaño siguiendo la mirada del más bajo— ¿Aún lo esperas?
—¿Quién dice que espero a alguien? —volvió a beber de su vaso limpiando una lágrima traicionera—
—Todo el mundo Min, ¿acaso no escuchas? Todos aquí saben tu historia, saben el motivo por el cual siempre te sientas en la misma mesa a beber mirando hacía la entrada. Podría decir que debido a ti este lugar se siente...—calló un momento y prosiguió— tenso, deprimente, tú te ves deprimente.
—¿Viniste a juzgarme o a convencerme de firmar contigo Seokjin?
—Ninguna de las dos, hoy vengo como un amigo, solo vengo a escucharte y a acompañarte —lo miró por un momento y después desvió su mirada de nuevo a la puerta bebiendo de su vaso, el castaño solo le sonreía tratando de reconfortarlo—
Ambos se quedaron ahí sentados bebiendo hasta que la botella se acabó, mejor dicho hasta que Yoongi terminó la botella. El pelinegro se levantó tambaleándose y comenzó a caminar en dirección a la salida, Jin en seguida dejó pagado todo y salió detrás del más bajo tomándolo, pasando su brazo de Yoongi por sus hombros mientras que con su brazo Jin lo tomaba por la cintura para ayudarlo a sostenerse, al salir del bar se toparon con Namjoon, este iba a decir algo pero un gesto de Jin lo calló y los dejó irse.
El castaño lo llevó a su casa, bajaron del auto, lo ayudó a salir y de nuevo lo ayudó a caminar. Una vez dentro de la casa del menor lo sentó en la sala a petición del pálido.
Solo se sentó ahí con los brazos y la cabeza recargada en el respaldo del sofá, cerró sus ojos. Jin fue a la cocina y preparó un poco de café, después regresó con dos tazas y las puso sobre la mesa frente a ellos.
Yoongi al oler el café se enderezó y llevó la taza de café a sus labios dándole un sorbo con cuidado. Otro sorbo más y otro. Dejó la taza de nuevo en su lugar y volvió a su posición. Después rompió el silencio asustando a Jin
—No se a donde pudo haber ido, no tengo ni la menor idea del por qué se fue, ¿acaso ya no me amaba? —calló al sentir el nudo en su garganta, carraspeo— no sé qué pude haber hecho mal, la noche anterior todo estaba bien, me sonrió y me dijo cuánto me amaba antes de dormir, incluso al amanecer todo marchaba bien —la voz se le quebró y ya no hacía falta aguantarse más, dejó salir las lagrimas que tanto le quemaban por dentro— No…no entiendo, siento que ya nada de lo que haga tiene sentido, me siento perdido y solo; por qué nadie entiende mi sentir, nadie intenta ponerse en mis zapatos, ellos solo me juzgan como si hubiera hecho el peor de los pecados, cuando lo único que hice fue enamorarme como un loco y entregarle mi vida entera a un hombre que se fue sin más —tapó su cara con sus manos, se encorvo, recargo sus codos en sus rodillas y sollozo, sus hombros temblaban violentamente por el llanto desgarrador que soltaba el menor, su pecho dolía, quemaba. Las lágrimas que salían por sus ojos le ardían en lo más profundo de su ser—
Jin le sobaba la espalda como consuelo, no sabía de qué otra manera ayudarlo, le preocupaba de sobremanera ver a su amigo desmoronarse y llorar como un niño, le rompía el corazón, más que cuando supo que estaba con Jimin, aquél joven de hermosa sonrisa y encantadora actitud, quiso odiar a Jimin por arrebatarle el amor del pálido, pero no podía al ver lo feliz que hacía a Yoongi. Muchas veces pidió que Yoongi lo dejara y fijase sus ojos en él. Por que notara solo un poco el amor que le tenía. Ahora que Jimin ya no estaba, tampoco lo notaba por qué Yoongi seguía enganchado a su recuerdo, debería estar feliz por qué por lo menos ya no estaba el otro chico en medio de ellos. Pero no podía, no podía cuando Yoongi estaba en ese estado, no podía por qué él veía lo roto que el otro chico lo había dejado. Cuanto se arrepentía por haber accedido a ese estúpido plan. Ahora haría hasta lo imposible por ver a Yoongi feliz y si para eso tenía que regresarlo a los brazos de ese rubio lo haría.
—¡¿A dónde carajos fuiste, Jimin!? —gritó el más bajo sacando de sus pensamientos al castaño— ¿A dónde fuiste? —y siguió llorando, sacando todo el dolor que sentía dentro de él.
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El pianista (yoonmin)
FanfictionEsta es la historia de un pianista con un futuro prometedor, pero con un amor que no lo deja avanzar. Que lo encadena a ese bar, a ese piano y a esa infinita canción que toca todas las noches esperando volver a verlo.