Tu eres mi canción

12. La fiesta

Capítulo 12 (parte I)
Ethan Babcock

Me llene de valor y mirándola a los ojos respondí -No, si lo es. Sé que he sido un idiota muchas veces, pero eres una gran persona y quiero decirte que te quiero...

En ese preciso instante una parte de mi descubrió que aquella chica enojona de ojos color miel se había vuelto en mi forma de escapar de este mundo. Éramos solo ella y yo en una gasolinera a mitad de la noche, su cabello ligeramente despeinado, sus mejillas rojas y la dulce sonrisa tímida que esbozaba con cada estupidez que yo hacía. Si, tal vez esto sería un error, todo es un error cuando se trata de mí... mierda.

Antes de treparme por su ventana pasaron muchas cosas, una de ellas fue la llamada de mamá.

Eran las cuatro de la tarde, estaba tirado en medio de la sala de música mientras oía algunas canciones de Coldplay y Cigarettes after sex. El silencio de la habitación hacia que el momento se sintiera un poco triste, un pequeño rayo de sol atravesaba la cortina y mi mente jugaba con mis sentimientos de forma cruel.

Al llegar a la escuela hice amigos muy rápido, puedo decir que era uno de los más populares en tan solo dos meses, ¿pero de que me serviría todo eso?, puedo tener más de 100 mensajes de personas invitándome a salir, a beber y drogarme hasta que la luz del sol vuelva a salir. Pero de que me sirve eso si ni un solo mensaje pregunta como estoy, si me encuentro bien o si tal vez necesito una puta compañía para llenar esta inmensa casa de mierda.Bienvenidos a la vida de un pijo adinerado que lo único que quiere es volver a ser niño y no preocuparse por la cantidad de cosas que están a punto de caer sobre mí.

Gire lentamente y me quite los audífonos, me levante apoyando mis manos sobre el suave tapete color crema y empecé a caminar con dirección a la cocina para tomar un vaso con agua hasta que el sonido chillante de mi celular me detuvo a mitad del camino, regrese y sostuve el celular con mis dos manos, llamada entrante de mamá.

-Hola...-titubee.

Había pasado mucho tiempo desde que hablamos por llamada, siempre fueron mensajes de texto o correos por parte de su secretaria. En diciembre del año pasado decidí mudarme para otro país después de todo lo que sucedió en Francia, mama accedió con ciertas reglas claramente, ella mando a Paola y Laura (sus secretarias) a ayudarme en todo el proceso de mudanza y así es como llegue a este lugar. Por último Sarah Babcock (mi madre) contacto a la escuela Warrol directamente para darme la facilidad de ingresar sin problemas de trámite por mi nacionalidad, ahí es cuando me entere de mi tutora, la señora que vería por mí durante mi estadía en Virginia Wáter, Clarice Becher la dueña de dicha escuela.

-¿Cómo estas Ethan?-pregunto mamá de forma monótona.

Trague fuerte -Como toda mi vida lo estuve para ti, perfectamente bien.

-Sabes que tu sarcasmo es de pésimo gusto para mí, de todas formas solo tenía una noticia que darte- entonó con severidad su voz.

Respire profundo para no salirme de mis casillas - Soy todo oídos.

-Sabíamos que tu estadía en ese pueblucho no duraría mucho...

Interrumpí-¿A que te refieres con no duraría mucho?- mi pecho se comprimió inmediatamente.

-Al terminar la secundaria regresaras inmediatamente a Francia a continuar tus estudios superiores como contador, sabes que la empresa lo necesita y eres tu quien ocupara ese puesto.

-¿Enserio?, quieres que me la pase contando el dinero que tus queridos abogados cobran, o más bien... roban a personas desesperadas en busca de ayuda- la furia que sentía en ese momento fue tan grande que lagrimas brotaron de mí.