35. ¿Feliz navidad?

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"Hola a todos, sé que estado un poco ausente y me disculpo por ello, no me he encontrado muy bien que digamos, pero a pesar de todo, no podia dejar de agradecerles por todo su amor este último día del año con un nuevo capítulo. Que lo disfruten. NO OLVIDEN VOTAR Y COMENTAR"

Capítulo 35
Olivia Rotshild

Mis mejillas enrojecidas a causa del fuerte frio que estaba haciendo, indicaban, que la fecha más esperada por el mundo había llegado. Sí, solo faltaban tres días para navidad y apenas, habíamos tomado la decisión de decorar nuestro hogar. Mamá y yo, iríamos por el pino esta tarde, ya que —era nuestra pequeña costumbre— hacerlo cada año con papá; sabíamos que esta navidad sería distinta, él no estaría presente.

—Olivia, no olvides llevar un suéter debajo de tu abrigo— indicó mamá, tanteando con su mano tras la ventana — Está haciendo mucho frío.

—Sí, mamá— contesté, arrastrando los pies hasta el perchero.

Me coloqué el abrigo azul, pausadamente, mientras detallaba con la mirada los viejos relieves del perchero, mis ojos recorrían el viejo madero con aburrimiento hasta que, de pronto, el sonido del timbre llamó mi atención.

Mamá y yo nos miramos desentendidas. Estiré el cuello para observar de quien se trataba; era el castaño parado detrás de la puerta con las manos entrelazadas. Esbocé una sonrisa tonta y volví mi mirada a mamá.

—¿Quién es? — pregunto ella, fingiendo que no me había visto sonreír enamoradiza.

El timbre volvió a sonar — Es…Ethan, nuestro vecino…— contesté inquieta.

—Oh, claro. Al que besaste aquella noche— exclamó directa, haciendo un ademán con su mano.

Mis mejillas se ruborizaron al instante y cubrí mi rostro.

—¡Mamá! — me quejé avergonzada.

—Olivia…— murmuró, tomándome de los hombros — No tengas miedo de abrir tu corazón; conozco a las personas, y sé, que él te necesita tanto como tú, ahora…— mamá beso mi mejilla y estrujo mi barbilla —… Disfruta de este momento. Iré a colocarme el abrigo, y si Ethan quiere, puede acompañarnos.

Asentí sonriente a sus palabras, y sin esperar más, fui a abrir la puerta. Ethan, ya iba bajando las gradas cuando yo llamé a su nombre exasperadamente.

—¡Ethan! — bajé las gradas y lo rodee en un abrazo — Disculpa por tardar en abrir, estaba platicado con mamá cuando me percate del timbre.

—No hay problema — aclaró él, sonriente como siempre — Pensé, que podríamos hacer algo esta tarde.

Le di un beso en los labios y añadí a sus palabras — Bueno, mamá y yo estábamos por ir a elegir el pino de navidad…

—Oh, entiendo— interrumpió decepcionado— Puedo regresar luego, si quieres…

—Tu vienes con nosotras, bobo.

Ethan, relajo la cara, al mismo tiempo, que hacia un mohín de incredulidad.

—¿Hablas enserio? — interrogó, abriendo sus ojos más de lo normal — ¿Ya hablaste con tu madre sobre nosotros?

Estaba a punto de responder a su pregunta, pero la voz de mamá la respondió por si sola.

—Hola, Ethan — habló ella muy serena.

El ojiverde, se congelo por completo, es como si toda su confianza se hubiera esfumado por completo. Y yo, bueno, estaba en medio como siempre.

Tu eres mi canciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora