Prólogo:

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Ángela:

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Ángela:

Mi mejor amigo aun no sale del laboratorio de Física ya que al parecer hoy es de los días en que el profesor está inspirado. Andy con cara de fastidio se voltea hacia la puerta, dándose cuenta de mi presencia. Le hago señas de que lo esperaré afuera, a lo que él asiente.

Camino por los pasillos de la escuela hasta llegar al lobby. Saco mi teléfono mientras espero, donde tengo una nueva notificación.

@estrellasocultas01: Amo tu historia. Me encanta como transmites emociones con lo que escribes. Espero que sigas escribiendo y me hagas deleitarme con otra historia.

Sonrío cuando lo leo. El pecho se me llena cuando recibo estos mensajes. Me es reconfortante saber que disfrutan de lo que escribo con tanto amor.

Tecleo la respuesta, alejándome del tumulto de chicos que se ha formado de pronto.

@mariposa_rosa: Gracias por darle una oportunidad a mi historia. Significa mucho para mi <3. De todo corazón, gracias. No es seguro que haya una nueva historia pronto, pero tal vez lo haga.

Si siguen habiendo comentarios positivos, quizás suba otra de mis historias.

Sin borrar mi sonrisa, estoy a punto de darle enviar al mensaje, pero una voz potente me sobresalta:

—¡Vamos, dispérsense! ¡El lobby no es aula espera! Espérenlos fuera de la escuela —grita la directora de la escuela, dando un par de paramadas para enfatizar lo dicho.

Como si se tratase de una estampida, se escuchan los apresurados y pesados pasos de los estudiantes mientras bajan las escaleras. Yo espero a que el tumulto disminuya para poder bajar. Le doy enviar al mensaje mientras camino hacia las escaleras.

—¡Oye ga-gaga, abróchate los cordones!

Ignoro a Michael, quien se cree el rey del mundo por siempre encontrar el punto débil de los demás y burlarse.  

—Mírala como la que se hace que no es con ella —se ríe y sus secuaces hacen lo mismo. Las manos me tiemblan porque quiero defenderme y decirle algo, pero les estaría dando más material para burlarse—. ¿Quieres llorar A-ange-gela?

Y entonces algo sucede. Mi pie se dobla en uno de los escalones y veo todo en cámara lenta. Las carcajadas escandalosas de Michael y sus amigos, los demás alumnos bajando las escaleras sin inmutarse demasiado, mi mochila que impulsa mi caída. Con un brazo intento amortiguar la caída pero eso no quiero decir que no duela. Aterrizo sobre un escalón y mi espalda choca con el otro, haciéndome soltar un quejido de dolor.

Quiero levantarme y salir corriendo de aquí, pero mi cuerpo no me obedece. Lágrimas calientes se deslizan por mis mejillas mientras escucho las risas de todos retumbando en mis oídos.

Algunos me miran con pena pero luego siguen su camino. El resto lo único que hace es reírse mientras me miran. Carcajadas exageradas, burlescas y odiosas resuenan en mis oídos, dándome dolor de cabeza y más ganas de llorar.

—¿Estás bien? —me pregunta una voz ronca la cual parece sacada del cielo.

Creo haber soñado esa voz hasta que alzo la vista y enfoco a quien me habla.

Por todos mis crush de Wattpad.

Una intensa mirada se cierne sobre mí. Delante de mi tengo a un chico alto, delgado y castaño. Es hermoso y lo que más me ha cautivado de él son sus ojos. Son grises y son los ojos más lindos que he visto en toda mi vida.

Estoy a punto de responderle que sí, aunque sea una vil mentira, pero algo llama mi atención. Tiene una mano extendida hacia mí. Con duda se la tomo. Espero que en vez de ayudarme a levantarme me haga quedarme en el suelo pero sin embargo no hace eso.

Con firmeza me impulsa hacia arriba haciendo que me ponga de pie como si yo me tratase de una pluma.

—Gra-gracias —apenas soy capaz de articular y me regaño mentalmente por tartamudear.

Bastante he luchado como para seguir haciéndolo.

—¿No te duele nada? —me pregunta amable el precioso chico que tengo al frente, inspeccionándome de arriba abajo.

Ahora que puedo verlo mejor noto que tiene unos cuantos lunares regados por su precioso rostro. Sus labios son de un tono rosado claro súper tentador y se los humedece mientras me mira.

—No —respondo tratando de no volver a distraerme con su apariencia.

Mi mirada se dirige a los demás que me sigue mirado con burla. No puedo seguir aquí.

Qué vergüenza.

Siempre me tiene que pasar cosas así. Y de seguro este chico que me ayudó solo lo hizo por pura caridad. Debe pensar que soy patética. No puedo seguir aquí.

—Me tengo que ir —murmuro muy bajito, de seguro que ni siquiera me oyó.

Apresuradamente bajo las escaleras a la vez que limpio la humedad de mi rostro de forma brusca.

—¡Eh! —escucho detrás de mí, pero no me volteo.

Estoy a punto de salir de la escuela, pero una mano en mi hombro me hace voltear.

Miro confundida al chico de antes hasta que me fijo en lo que tiene en sus manos.

—¿Es tuyo? —pregunta extendiéndome mi teléfono.

—Si —cojo mi teléfono—. Gracias o-otra vez  —articulo con nerviosismo.

Su mirada me pone nerviosa.

—Soy Lester —se presenta regalándome una media sonrisa encantadora, que me hace olvidar un momento lo que acaba de pasar—. ¿Cómo te llamas?

Tomo aire antes de hablar, asegurándome de sonar segura y de no trabarme.

—Ángela.

—Bonito nombre —se acerca más a mí, provocando que contenga la respiración—. Supongo que nos veremos después, Ángela.




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Nota de la autora✍🏻: ¡Hola! ¿Como están el día de hoy? Estoy muy contenta de por fin comenzar está historia, la cual espero que disfruten mucho.
Besos grandotototes
Clau💖

Lester (Lester & Ángela #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora