6. La verdad

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Llevo meses sin saber de Kyle. Después de aquella noche empezó a evitarme y se le daba bien. Los lunes tenemos matemática a primera hora, pero él se sienta a metros de mí y ni siquiera me mira. Intenté llamarlo millones de veces y le envié muchísimos mensajes pero nunca hubo respuesta. ¿Por qué insiste tanto en alejarse?

Por otro lado está Bruno, se unió al equipo de football, no anda ya con nosotras y apenas nos mira, tenemos clases juntos, pero también me evita.

Ben se hizo muy cercano a nosotras, almorzamos juntos, viene a mi casa a ver pelis, salimos, vamos a fiestas, la verdad es que es un chico genial cuando lo conoces.

Me he fijado que tiene un crush con Clara, pero ella no lo sabe o más bien quiere hacer de cuentas que no sabe.

—Hoy daré una fiesta en mi casa. Van a venir, ¿verdad?

Estamos almorzando en la cafetería de la escuela y Ben suena muy emocionado por esa fiesta.

—No lo sé Ben, los exámenes están cerca y tenemos que estudiar— soy idiota, lo sé, pero de verdad me preocupan los exámenes.

Una cosa es odiar la escuela y otra cosa es no estudiar para los exámenes.

—No seas aguafiestas, si vienes te prometo que nos pasaremos el resto de la semana empollando— Ben hace puchero y la verdad me da mucha gracia.

—Sabes que no es cierto— lo acuso.

—¡Claro que sí!

—¿Qué más tienes para ofrecer?— digo alzando una ceja.

—Te doy mis cheetos— extiende su mano para ofrecérmelo y yo me hago la desinteresada.

—Mmm no lo sé, no me convence.

—Vale, vale. Te compro dos tabletas de chocolate.

—Que sean seis y tenemos un trato— estrechamos las manos para sellar el pacto. No me culpen, soy adicta al chocolate.

—Parecen...dos...niños— apenas se entiende lo que dice, Clara está muerta de risa.

Cojo un cheeto, se lo arrojo y le da justo en la cara.

—¡Hey!

Ben y yo empezamos a reír como locos, la cara de Clara no tiene precio, y al final se nos une a la fiesta de carcajadas.

Después de unos minutos más riéndonos, nos vamos a clases. Mi celular suena y una notificación aparece en la pantalla.

Bruno: Tenemos que hablar, nos vemos a la salida de la escuela.

Su mensaje me deja aturdida. ¿De qué quiere hablar ahora? Llevamos meses sin hablarnos. ¿Por qué ahora? Estoy tan concentrada en el mensaje que no noto que alguien viene en mi dirección y chocamos.

Siento como una mano fuerte me agarra por la cintura evitando mi patética caída.

—Perdón, estaba distraído y no te vi. ¿Estás bien?

Es un chico alto, de pelo largo y rubio, tiene los ojos verdes más lindos que he visto y ¡santa virgen de los abdominales! ¿por qué bendices tanto a los hombres que me rodean? El chico es fuerte, no tanto como Kyle, pero madre mía. Espera, yo lo conozco, es el mismo de aquella noche cuando Kyle me acompañó a casa.

—Sí, no te preocupes, yo también estaba distraída.

Me acuerdo del sms de Bruno, pero no quiero pensar mucho en eso.

—Soy Matteo, por cierto— dice extendiendo su mano.

—Ro— digo y le devuelvo el gesto.

—Tienes un nombre muy bonito, Ro— sonríe y unos adorables hoyuelos aparecieron en su rostro.

Un beso bajo la lluvia [✔] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora