20. Lo que una vez fuimos

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Ya voy un poco tarde a la cita de estudio con Kyle porque me quedé dormida y cuando desperté mis padres no estaban, así que tuve que prepararme el desayuno por mi cuenta. Llamé a Bruno, pero me dijo algo que no entendí muy bien, y conociéndolo, sólo es una excusa para que quede a solas con Kyle. No puedo culparlo, es su hermano al fin y al cabo.

Al llegar a la cafetería busco con la mirada a Kyle y lo veo en una de las mesas al fondo, junto a la ventana. Empiezo a caminar hacia dónde está y tomo asiento frente a él.

—Perdón, me quedé dormida— digo mientras pongo la mochila en el suelo.

—No te preocupes, he tomado un batido mientras te esperaba.

—¿Y? ¿Qué te pareció?— digo con una sonrisa, aquí se sirven los mejores batidos de la ciudad.

—¿Quieres la verdad?— asiento y él continúa hablando—. No están tan buenos.

Hago una cara de disgusto y Kyle se empieza a reír a carcajadas.

—Tenías que haber visto tu cara, era muy graciosa.

—¿Me estabas molestando?— mi pregunta hace que se ría otra vez—. Eres malo, Big Boy. En serio.

—No soy tan malo, sólo me gusta molestarte.

—Ya veo. ¿Estudiamos?

—Por favor.

El resto de la mañana hasta a las 3:45 pm estuvimos repasando el contenido de matemática, y no sé por qué Kyle decía que necesitaba repasar si se lo sabe todo. Después de concluir con el repaso, Kyle ordenó dos batidos para llevar y se ofreció a acompañarme a casa caminando.

Por el camino vamos haciendo todo tipo de bromas y comentarios y tras rogarle por una hora, accede ir a un parque que queda cerca de mi casa, conmigo. Cuando llegamos no hay nadie, así que nos sentamos en los columpios a terminar nuestros batidos.

—¿Qué harás durante las vacaciones?— me pregunta.

—Los chicos y yo planeamos irnos de excursión por el cumpleaños de Amanda. ¿Quieres venir?

—No sé si sea bienvenido— dice levantándose del columpio y se queda parado al lado del mío.

—A Matteo y Amanda no les importará que vengas. Además, Ben es tu mejor amigo y Bruno es tu hermano, conozco a Clara de toda la vida y no se opondrá, eres más que bienvenido.

—¿Y qué piensas tú? ¿Quieres que vaya?— su voz tiene un tono de preocupación que me parece muy tierno.

—Obvio que quiero que vayas, ¿a quién voy a molestar si no vas?

Sonríe de lado y ese simple gesto hace que se me ponga la piel de gallina. He estado deseando tanto que vuelva a ser el Kyle de siempre, el creído, el sarcástico, no quiero a este Kyle vulnerable, inseguro, pero voy a estar a su lado todo el tiempo si eso hace que vuelva a ser el de antes.

En ese momento un trueno cae y por puro instinto salto a sus brazos. Kyle parece sorprendido y yo también lo estoy, por lo que me alejo en dos segundos, no sin antes ponerme más roja que un tomate.

—Será mejor que nos marcharemos ya, va a llover fuerte y parece que le tienes miedo a los truenos— lo último lo dice en tono de broma, pero lo fulmino con la mirada.

—¡Yo no le tengo miedo a los truenos!

Y es la verdad, desde pequeña me ha gustado la lluvia, es el mejor tiempo para pensar y cada vez que llueve me siento mejor que nunca.

—Lo que tu digas, pequeña. ¿Nos vamos?

Asiento y empezamos a caminar. Mi casa se encuentra a unos 15 minutos de aquí, por lo que no debe empezar a llover en ese tiempo, recién se nubló el día, ¿no?

Un beso bajo la lluvia [✔] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora