18. Excusas

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Después de un rato, Kyle se fue para su casa y yo me quedé dormida al instante. No les voy a mentir, pasé la noche fatal y para rematar, mis padres se han pasado toda la mañana repitiendo que Matteo es el chico perfecto para mí, y por más que me negué, al final tuve que aceptar salir con él hoy por la noche.

Siendo sincera, ni siquiera quiero ver a Matteo, no es por él, sino porque implica darle la razón a mis padres, implica fingir que todo está bien cuando en realidad mi mundo se está cayendo en pedazos. Sé que los padres quieren lo mejor para sus hijos, pero ¿por qué tienen que decidir con quién debo salir? ¿Por qué no le dan una oportunidad a Kyle? Desearía que al menos por una vez me dejaran demostrarles lo importante que es él para mí.

Llevo un rato dando vueltas por mi habitación esperando a que llegue Matteo, y cuando el reloj marca las 7:30 pm, siento el timbre de la casa sonar. Bajo las escaleras sin mucho ánimo y al abrir sonrío, se ve muy guapo, la verdad. Lleva un pantalón y una camisa negra elegante, que resalta todos sus músculos.

—Te ves preciosa.

Yo llevo un vestido verde esmeralda que me ha comprado mi madre y el cabello suelto, la verdad es que voy normal, pero no puedo evitar sonrojarme al pensar que le parece bonito.

Porque vamos a admitirlo, a las mujeres nos gusta que nos digan que nos vemos bien aunque sea mentira, o al menos a la mayoría.

—Gracias, tú también estás muy guapo.

Nos subimos a su coche y empezamos el viaje. No me ha querido decir hacia dónde me lleva, dice que quiere que sea una sorpresa, pero llevamos media hora de trayecto y aun no hemos llegado, y créanme que la paciencia no es mi mayor virtud.

Finalmente, detiene el coche en el estacionamiento de un restaurante que nunca había visto y bordea el auto para abrirme la puerta.

—¿Entramos?— pregunta una vez salimos del coche.

Asiento y comenzamos a caminar hacia la entrada. El lugar se ve enorme y extremadamente elegante, no me sorprendería que un helado costara el triple de caro que cualquier comida en las cafeterías que suelo frecuentar.

Sé que el padre de Matteo es uno de los empresarios más grandes del país, pero ¿puede permitirse tanto lujo? Este lugar parece sacado de una película. Entramos al local y una chica preciosa nos recibe en la entrada.

—Sean bienvenidos a Ocean Blue— nos saluda—. ¿Tienen reserva?

—Buenas noches, sí. La reservación está a nombre de Matteo Chambers.

Tengo que reprimir una sonrisa porque la chica se sonroja cuando Matteo le habla, y es demasiado gracioso que él no parezca notar el efecto que provoca en las mujeres, una de las grandes diferencias entre él y Kyle.

Kyle sabe que es condenadamente guapo y lo usa a su antojo, en cambio Matteo, ni siquiera le presta atención a las chicas a su alrededor. Daría lo que fuese por saber qué es lo que piensa.

—Por aquí, por favor— dice la chica de antes señalando una mesa en el fondo y le sonrío en respuesta antes de seguir a Matteo.

Nos sentamos en la mesa que la chica nos indica y nos traen el menú al instante, si me lo preguntan, este lugar goza de eficiencia nivel Dios. Me detengo a mirar el menú unas cinco veces y casi me atraganto con mi propia saliva debido a los precios de infarto, pero Matteo es el que nos pide algo como si fuera lo más natural del mundo y finalmente, decido romper el silencio.

—Gracias por traerme, Matteo. Es un gesto muy bonito, de verdad.

—Lo que sea por verte sonreír.

Un beso bajo la lluvia [✔] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora