'Whore'
Su cabello largo se meneaba de un lado a otro por la brisa ligera y su caminar, su ceño está fríamente fruncido y sus labios boluptosos firmes. Las miradas en ella abundaban pero ahora mismo no les prestaba atención como otras ocasiones, ahora no tenía tiempo para ello.
Debía encontrar a aquél bastardo maldito.
A metros de ella, risas y besos entraban en una burbuja cariñosa, la espalda del bajo contra el frío metal de los casilleros, acorralado contra ellos por un robusto cuerpo que acariciaba sonriente la piel de su cintura sacándole suspiros.
—Joon... ya tenemos que entrar.
—Mjm como sea.– respondió sin apartar sus labios del cuello blanquecino contrario.– ¿De qué tienes clases?
—Literatura.
—Ugh, la peor materia.
—Si, estoy pensando que debería buscar tutorías, no me va muy bien últimamente.
—Hay un par de chicos que están con eso en esa materia, puedo buscarlos para tí.
—Está bien, eso sería bueno.– habló jugueteando con los botones de la camisa del más alto mientras éste apoyaba su mano al lado de su cabeza todavía.
Alzó la vista para decirle algo más, pero en cuanto lo hizo vió el exacto momento en que una palma impactó con la mejilla de éste apartandolo de sí y haciéndole tambalear.
Se acercó a él preocupado para revisarlo y acariciar su mejilla sobre la mano de Namjoon quién se veía confundido e indignado, la gente se empezó a amontonar al rededor de ellos y Seokjin no entendió sino hasta que volteó y la vió.
—Tú...– murmuró.
—Asi que ahora son noviecitos.
Jin se cruzó de brazos y ladeó la cabeza.—Si. ¿Algún problema?
—Pues si... Namjoon debería estar siguiéndome no rechazándome por ir contigo.
Él frunció el ceño con furia y se acercó más a ella.
—Mira-
—No Jin.– Namjoon lo puso detrás suyo con una mano y lo miró serio haciéndolo temblar.– Es mi problema con ella. Tú quédate amor, o estarás en problemas ¿bien?– volteó de nuevo al verlo asentir con preocupación y se acercó a ella. Su mandíbula estaba tensa y definida por el aprieto de su dentadura, sus puños fuertemente clavando sus manos con sus uñas cortas rasgando la piel y sus ojos en furia. Daba terror.
—Hola Namjoon.– sonrió ella feliz.
—Hye.– respondió seco.
—¿Por qué no haces caso a tu padre? Deberías estar conmigo no con un maldito marica.
—No sabes el significado de un verdadero marica, pero no debería ser el sinónimo de un gay. Si ser marica es ser llorón irritante, tú eres una, él no. Si quieres decirle gay anda, él es gay u homosexual, no son palabras explícitas o que te lleven a la cárcel.– se acercó más hasta que su intimidada y dura presencia casi la rozó.– Pero no lo insultes o sufrirás las consecuencias, tú y quién sea que te apoye. Incluso tu padre. ¿Me oíste? no te metas jamás con él o conmigo o tu maldito padre será la última persona que veas.
Ella tragó, y asintió duramente. Desvió su mirada un segundo hacia Jin, donde sus amigos ya habían llegado con él y lo apañaban pero él respondía diciendo que ningún daño había sido dado, y entonces entendió que no hacía falta dar uno. Quizás perjudicarlos desde la empresa de su padre sea más conveniente que allí en la institución donde le podían poner cualquier sanción que no estaba dispuesta a cumplir.
Los dejaría en paz sí, por ahora.
Sus ojos agua marina se clavaron en el alto de nuevo, y chasqueó la lengua un segundo antes de hablar.—Tú ganas Kim. Los dejaré, pero no te olvides que nuestros padres son socios, si llegas a querer hacerme algo seré mucho peor.
—No soy vengativo como tú, no haré nada tonto.
—Lo veremos.
–
¿Por qué el mundo muchas veces era así de cruel? Seokjin tenía la respuesta exacta.
El mundo era así porque, si fuera bueno con todos, ¿qué habría de interesante? Las personas que son crueles tienen pasados crueles por que aquello los persigue por parte del propio mundo. Si no fueran crueles y todo el mundo fuera bueno con todo mundo, sería estúpido. ¿No es así? Al menos eso pensaba Seokjin.
Según su punto de vista, si esas cosas no pasaran la vida sería una tontería, es decir, ¿qué sería de vivir sin sentir una montaña rusa de emociones cada que las situaciones tanto buenas como malas te chocaban duramente? Si todo fuera pleno y pacífico, no tendría sentido. Experimentar todo tipo de cosas es la mejor parte de vivir.
Cuando recordó el cómo fué su niñez solitaria y sin atención o amor, sus ojos se aguaron entre furia, rencor y dolor. Aquellos no eran sus padres, claro que no podían brindarle el amor de unos verdaderos padres que lo concibieron, pero podrían haberlo intentado. Sin embargo ahí estaba cada día brindando su mejor sonrisa a cada cosa que pasaba, aún que nadie le haya enseñado a darla.
Taehyung y Jimin fueron un gran soporte para él, fueron todo lo que consideró como una familia, ya que él sentía que no tenía una hasta ellos. Pasaban tardes enteras en la gran mansión vacía correteando, viendo películas adolescentes no recomendadas para su edad y comiendo hasta caer del colchón para correr al baño entre risas.
Si, ellos eran su familia.
Pero, una vez conoció a Namjoon, supo que conocería el rencor ajeno más allá. Por favor, era obvio que siempre le gustó, pero el tipo era tan irritante como una alarma a las seis de la mañana. No caía bien que le moleste todos los días existentes de su vida en la preparatoria, bajaba puntos.
Pero ahora que al fin eran... ¿novios? No lo sabía, pero ahora que estaban juntos se dió cuenta de la fachada que manejaba, y que logró quitar al fin. Namjoon era la persona más cursi que conocía, bueno tampoco es que conociera muchas pero así era; se la vivía escribiéndole mensajes de que lo extrañaba y amaba acompañados de fotos o de su rostro o... un poco más abajo tal vez.
Se había encariñado con él, realmente lo había hecho, a estás alturas no podía separarse del idiota y a decir verdad no le disgustaba eso. Él de verdad quería a Namjoon y estaba feliz de al fin sentir amor de ese tipo, pues aún que su par de mejores amigos le habían hecho sentir cariño, Kim le había enseñado a decir adiós a esos rencores que hacían mal a su corazón y ahora sólo podía sentir amor cuando estaba con él.
Editado✓
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ciao, adiós © namjin
FanfictionA Namjoon no le gusta el amor, está demasiado ocupado siendo el perfecto y gran presidente del consejo estudiantil, teniendo las mejores notas y liderando a todo el mundo. Excepto, sus emociones cuando su camino y el de ese pelinegro ridículo se cru...