El guardián de las llaves

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El siguiente en leer, para sorpresa de varios, fue Regulus Black, que le había empezado a coger cariño a la niña Potter y quería saber más sobre ella.

-El siguiente capítulo se llama: El Guardián de las Llaves.

-Antes de que empiece señor Black, después de este capítulo comeremos.- Anunció Dumbledore.

BUM. Llamaron otra vez. Dudley se despertó bruscamente.

-¿Dónde está el cañón?- Preguntó estúpidamente.

-Lo que es.- Interrumpió Sirius a su hermano.

Se oyó un crujido detrás de ellos y tío Vernon apareció en la habitación. Llevaba un rifle en las manos:

-¡Un rifle!- Exclamación horrorizadas varias de las madres ahí presentes.- ¡Con niños delante!

ya sabían lo que contenía el paquete alargado que había llevado.

-¿Quién está ahí?- Gritó.- ¡Le advierto... estoy armado!

Hubo una pausa. Luego...

¡UN GOLPE VIOLENTO!

-¿Tenías que gritar?- Preguntó Severus sentado al lado de su amigo quién casi le deja sordo.

-Está en mayúsculas y con exclamaciones.- Regulus se encogió de hombros y siguió leyendo.

La puerta fue empujada con tal fuerza que se salió de los goznes y, con un golpe sordo, cayó al suelo. Marnie dio un saltado asustada.

Marnie no comentó nada cuando sintió las miradas sobre ella, simplemente se limitó a sentir las caricias de su novio y mirar al pequeño pelirrojo que aún estaba sentado en su regazo.

Severus cada vez sentía más que esa niña podía haber sido... como fue él en su niñez.

Un hombre gigantesco apareció en el umbral. Su rostro estaba prácticamente oculto por una larga maraña de pelo y una barba desaliñada, pero podían verse sus ojos, que brillaban como escarabajos negros bajo aquella pelambrera.

Todos se dieron cuenta de que aquel hombre era Hagrid.

-¿Por qué haces comparaciones tan raras Harry?- Preguntó medio riendo Ron, Harry se encogió de hombros sin saber realmente.

El gigante se abrió paso doblando la cabeza, que rozaba el techo. Se agachó, cogió la puerta y, sin esfuerzo, la volvió a poner en su lugar. El ruido de la tormenta se apagó un poco. Se volvió para mirarlos.

-Podríamos preparar té. No ha sido un viaje fácil...- Se desparramó en el sofá donde Dudley estaba petrificado de miedo.- Levántate, bola de grasa.- Dijo el desconocido.

Los Merodeadores rieron a más no poder y Hagrid se sonrojó.

Dudley se escapó de allí y corrió a esconderse junto a su madre, que estaba agazapada detrás de tío Vernon.

-¡Ah! ¡Aquí está Harry!- Dijo el gigante.- ¡Y ahí está Marnie!

Harry levantó la vista ante el rostro feroz y peludo, y vio que los ojos negros le sonreían.

-La última vez que os vi erais solo unas criaturas.- Dijo el gigante.- Os parecéis mucho a vuestro padre, pero tenéis los ojos de vuestra madre.

-Gracias Hagrid.- Le sonrió Lily al semi gigante.

-Fue la primera vez que nos lo dijeron.- Murmuró Harry a su madre.- La primera de muchas.

Leyendo Harry y Marnie Potter (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora