SOUR: el pasado y el presente

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-Ma -dijo Savannah asomándose a la puerta de mi habitación.

-Decime, cielo.

-¿Qué música escuchabas cuando eras chica?

-¿Por qué ese repentino interés por lo que escuchaba tu madre a tu edad?

-Nada, tengo que hacer una investigación sobre la música de antes para un trabajo de música y me pareció más interesante saber qué escuchaban papá y vos que buscar en internet.

-Vení, Sav -le dije dando unas palmaditas en el espacio vacío de la cama. Puse la computadora en la mesa de luz y cuando mi hija se sentó junto a mí nos cubrí con la manta que estaba a los pies de la cama.

-Dale, ma. Contame o voy a preguntarle a papá.

-Bueno, bueno. Cuando tenía tu edad, más o menos, estábamos en eso que te había contado hace bastante, ¿viste?

-¿Cuarentena?

-Exacto. Ese tiempo me sirvió mucho para mejorar mi gusto musical. Toda la vida fui fanática de Ed Sheeran. Es más, en nuestra boda sonó una canción de él.

-Mamá, te estás yendo de tema -reprochó Savannah.

-Sí sí, te decía que, si bien era fanática de Ed Sheeran, la cuarentena sirvió para mejorar mis gustos musicales. Descubrí a Alec Benjamin, empecé a escuchar a Justin Bieber, Shawn Mendes, Taylor Swift, One Direction y sus respectivos miembros (Zayn y Niall eran mis preferidos), Joshua Bassett y... Olivia Rodrigo.

Al instante se me activó un recuerdo. Lo podía sentir como si habría pasado el día anterior.

Era sábado dos de junio y me había despertado bastante tarde. Le mandé un mensaje de buenos días a Jere, mi novio, y me puse a ver TikTok. A los pocos minutos recibí respuesta:

Él: Bonjour, mon amour

Yo: Jajaja, van bien las clases de francés?

Él: Parfait, cómo está mi princesse?

Yo: Muy bien la verdad

Él: Bueno, eso me pone muy feliz

Yo: Te quería pedir un favor...

Él: A ver...

Yo: Podés cortar conmigo por 34 minutos y 46 segundos?

Él: Qué? A qué se debe esto?

Yo: Quiero escuchar "Sour", el álbum de Olivia Rodrigo con el corazón roto, para entenderla

Él: Bueno...

Él: Eliana no sé cómo en algún momento se me ocurrió estar en una relación con vos: sos el ser humano más tóxico del planeta, sos más empalagosa que el dulce de leche, sos una desgraciada, manipuladora, celosa que no me deja hacer nada. No logro comprender para qué me metí en este juego, tal vez fue porque sos muy linda, eso no lo voy a negar, pero fue el error más grande en estos 20 años que van de mi vida. Me arrepiento de haber sido tu novio Eliana.

Él: No me escribas, no me hables ¡Nada! Chau, Eliana.

Con ese mensaje me bloqueó. Algo se rompió en mí. Sabía que lo hacía porque se lo había pedido, pero parecía que sentía todo lo que había dicho. Insegura, salí del chat y me puse a escuchar Sour. Cantaba a los gritos, con lágrimas cayendo sin pausa, sintiendo las letras con todo mi ser.

Ya había escuchado las once canciones y me limitaba a esperar. El mensaje de Jeremías llegó un largo rato más tarde:

Él: Estuvo bueno el álbum?

Yo: Ajá

Él: Nos juntamos hoy a la tarde?

Yo: Dale

Él: Eli, estás bien?

Yo: Sip, nos vemos en el café de siempre

En realidad no estaba bien. Yo sabía en mi interior que todo lo que él había dicho era de verdad, que eso era lo que sentía realmente. Esa tarde terminamos. Dos años de mi vida desperdiciados, para colmo yo pensaba que era el amor de mi vida.

-¿Ma? ¿Alguien más?

-Eh... no. ¿Querés que te muestre algunas de las canciones?

-Dale, quiero escuchar qué tan mala era la música que escuchabas.

-Sos cruel, Savannah -dije riendo y comencé a hacerle cosquillas a mi hija.

-¡Mamá, basta! Escuchemos tu música, dale.

-¿Por qué cantante empiezo?

-Por Olivia Rodrigo, es la única que conozco, quiero escuchar sus canciones viejas.

-Che, viejas no son, tu madre solo tiene cuarenta.

-¡Dale, mamá! -se quejó Sav entre risas.

-Bueno, bueno -accedí levantando las manos en señal de rendición. Tomé la computadora, la apoyé en mis piernas y busqué "Drivers License", le di play y comenzó a sonar al instante. -Esta fue su primera canción conocida.

Como si otra vez tuviera quince años, canté "Sour" a voz de grito. Esta vez no con el corazón roto, sino que feliz. Creo que este álbum fue lo que me hizo terminar con Jeremías; hecho que después me llevó a conocer a Matthew, casarme con él y, más tarde, a tener a Savannah. "Las cosas pasan por un motivo" pensé mientras le pasaba un brazo sobre los hombros a mi hija invitándola a cantar conmigo. Como si hubiéramos ido a un concierto, las dos quedamos afónicas.

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