La semana pasó volando, entre los preparativos para el viaje a la playa y distintos eventos de fin de año en la universidad, a los que tenía que asistir, ya era la noche anterior a partir. Entré a mi habitación y mis maletas ya se encontraban completamente listas para viajar. Esto era completamente obra de Noemi, que trabaja con nosotros desde que yo tenía 11 años. Recuerdo haberla visto por primera vez: grandes ojos verdes y el pelo rojizo, lo llevaba liso y corto. Supe desde ese día que sería de mis mayores confidentes. Como mi madre viajaba tanto, me quedaba todos los días con Noemi, de 44 años, que prácticamente me vio y ayudó a crecer en los años más complejos de la vida: la adolescencia.
-¡Noemi! – grité desde las escaleras.
-Dime Olivia, ¿estás bien?- preguntó preocupada.
-Aunque te lo agradezco muchísimo, te he dicho mil veces que no tienes por qué hacer las maletas también, trabajas demasiado.
-Me gusta hacerlo, así que ni una palabra más y descansa, que se te viene un fin de semana de resaca que requiere que hibernes como un oso para recuperar el sueño que te faltará.
Me reí fuerte. Era cierto, Noemi me había visto llegar en estados que no pienso repetir, pero ya se pueden imaginar. Cuando estás en la universidad las fiestas son de otro nivel, más cuando en tu círculo el dinero abunda y todo se vuelve diez veces más apoteósico de lo que esperabas.
***
El sol me estaba llegando directamente a los ojos cuando alguien abrió mi puerta bruscamente.
-¡Levanta tu lindo culo de la cama y vamos que ya casi están todos listos!
Si bien no veía a Aris desde hace una semana, solo me digné a darme la vuelta y cubrirme la cabeza con la almohada.
-Déjame unos minutos más, Aris.
Se acercó y comenzó a hacerme cosquillas, de las cosas que más odiaba.
-¡Ya!-chillé entre risas y enojo- ¡Para! ¡Ya voy! -terminé en el piso de tanto rodar para evadirla-. ¿Contenta?
-Sí- sonrió.
Aris es una de las chicas más hermosas, y no solo lo digo porque fuese mi mejor amiga. Tenía el pelo café con mechones dorados. Los ojos café, que al sol parecían verdes, y una sonrisa tan genuina que le hacía entrecerrar sus ojos.
-¿Quién es ese que va hoy? Los chicos dijeron abajo que estaban esperando a un tal Blake.
-Es uno de los hijos de Luke.
-¿No que tenía un hijo que se llamaba David?
-Es él, solo que David es su segundo nombre.
-Blake suena mucho más atractivo- dijo e hice una mueca.- ¿Qué fue esa cara? Te conozco, ¿está guapo? Acuérdate que aquí está tu amiga soltera y libre para todo lo que venga.
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Olivia Ross
Teen FictionTe culpas por haber confiado en él. Te culpas por haber confiado en el amor, te culpas por haber jurado que estabas destinada a estar con él. ¿Y qué hizo él? No es tan fácil de explicar. Antes que nada todo comenzó gracias a algo...Una sonrisa, una...