A la mañana siguiente ya estaba de pie muy temprano y salí a trotar por la orilla de la playa. No había pegado un ojo en toda la noche, quería saber qué hacía Blake llegando a esa hora y por qué todo era tan extraño. Pensé en preguntarle pero no me diría nada y en verdad no me apetecía siquiera intentar hablar con él.
Después de un rato me senté en la arena y miré el amanecer. Me encantaba la playa, me calmaba aunque mi cabeza fuera un remolino de pensamientos: mi carrera, Ian, extrañar a mi madre y lo que quedaba de esta semana en Malibú, porque hasta ese día no había sido muy agradable.
Me levanté y caminé lentamente a la casa, proponiéndome ignorar a Blake y hacer de este viaje algo divertido. Ojalá se fuera en su motocicleta la mayoría del tiempo, sin tener que molestarme o seguir juzgándome.
-¡Oye, sirena!
Levanté la mirada y Jayden venía saliendo del mar, con su cabello castaño revuelto y mojado, sus ojos grises brillaban y cuando sonreía podías ver el piercing en su lengua. Era muy guapo, que suerte tenía Aris, maldición.
-Son las 8:30 de la mañana y vienes saliendo del mar, valiente es poco.
-Es la mejor manera de despertar- le guiñó.- ¿Y tú? ¿Te despertaste hace poco?
-No, llevo dos horas trotando y caminando- dije un poco desganada.
-Conozco ese timbre de voz, y aunque no nos conocemos...¿Te pasa algo? Puedes contarme.
Dudé seriamente en hablar con Jayden, era el mejor amigo de Blake y no sé si era un buen movimiento, pero traté de esquivar el tema.
-Tengo mucho en la mente, solo preocupaciones del futuro, como todos.
-Te entiendo. Pero, aunque sé que suena fácil solo decirlo, trata que lo que queda de esta semana sea divertido, sin preocupaciones, tienes mucho tiempo para pensar en eso y no tiene que ser ahora que recién saliste de vacaciones.
-Sí, tienes razón. Es solo que..
-No te lo has pasado bien hasta ahora- me sacó las palabras de la boca. Lo miré confundida.- Obvio que me di cuenta, Blake anda muy extraño, pero te prometo que es solo que le cuesta adaptarse. No confía mucho en nadie, en general.
-Sí, ya lo puse en su lugar. Pero le podrías decir que se ablande un poco y deje de tener un palo metido en el culo con esa actitud tan desagradable- Jayden se rio y pude jurar que se paró el tiempo.
-Solo piensa que ustedes tienen mucho dinero y siguen vidas muy tradicionales, y como se cree chico malo y eso, tiene que seguir su papel.
-¿Papel de tarado?
-Exacto -sonreímos-. Ahora ánimo, que hoy vamos a la fiesta de Mike Swan, Ian me contó que es un DJ genial.
No había viaje a Carbon Beach sin una fiesta de Mike Swan. Casi siempre era en el hotel Nobu Ryokan de Malibú, ya que lo arrendaba por completo solo para su fiesta masiva de inicio de verano, pero esta vez era en su casa en Malibú. Cada año era espectacular, parecía un concierto en vivo, con alcohol, comida, fuegos artificiales, luces, catering disfrazados de alguna temática en especial y mucho brillo. Al fin había algo por lo que estar contenta, hace mucho no veía a Mike, era un amigo increíble que siempre estuvo cuando Ian más lo necesitó.
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Olivia Ross
Teen FictionTe culpas por haber confiado en él. Te culpas por haber confiado en el amor, te culpas por haber jurado que estabas destinada a estar con él. ¿Y qué hizo él? No es tan fácil de explicar. Antes que nada todo comenzó gracias a algo...Una sonrisa, una...