Las vueltas en la rueda de la fortuna fueron un momento para recordar para siempre y gran parte fue gracias a Blake. Me encantaría hacerle una radiografía a mi corazón en ese momento, saldría el nombre de Blake latiendo a mil por hora y aún no entendía por qué, antes de este viaje no sabía que podría llegar a ser alguien en el que no podía dejar de pensar.
Nos bajamos y luego fuimos a comprar algo para beber, tenían malteadas de chocolate con oreo y un topping de dulces de gomitas de colores y (por supuesto) así que nos animamos a probarlas. Nos sentamos en unos banquillos que daban hacia el mar de Santa Mónica, aunque ya el cielo estaba oscuro, se podía oír el mar a lo lejos y podíamos ver las olas reventar.
-Juguemos -le dije a Blake, que me miró con sorpresa luego de beber de su malteada.
-¿A qué quieres jugar? -enarcó una ceja y me miró profundamente tratando de leerme, tan profundo que me revolvió el estómago. Blake siempre tenía esa forma de mirar, nunca se cohibía ni bajaba su mirada, mantenía el contacto visual y creo que sabía muy bien lo que estaba haciendo.
-Te digo dos mentiras y una verdad de mí y tu adivinas cuál es la verdad- sonreí.
-Me parece. ¿Vamos a apostar algo? El que gane decide a qué atracción vamos después.
-Si ganas y me haces ir a algo que me de vuelta de cabeza, te mato.
-¿Te da miedo perder?
-Yo nunca pierdo, Hyde.
-Lo sé, no te estoy subestimando, Ross – e hizo una mueca que hizo que el corazón me llegara al cuello. Dios.
-Está bien. Te tengo mis tres afirmaciones: Cuando pequeña me encantaba jugar con serpientes, mi mayor sueño es vivir en un lugar que haga frío todo el año y me encantaría actuar en una película de terror.
-Me la pusiste difícil, Via. Me encantaría conocerte más para adivinar esto sin titubear, pero ya llegaremos a eso- me miró fijamente y desvié mis ojos hacia el suelo, avergonzada- Pero creo que puedo estar seguro de que odiarías actuar en una película de terror.
Abrí los ojos sorprendida y él sonrió. Mierda. ¿Tan fácil era de leer? Acertó sin saber nada de mí.
-Sabía, voy a evaluar el ponerte de cabeza. Tal vez no hoy – se aclaró la garganta y le pegué en el hombro.
-Ni siquiera voy a contestar a eso y sí, elegiste bien. Suerte de principiante. Vamos, dime a mí.- Se rio con más ganas. Esa sonrisa me iba a destruir, estaba segura.
-A ver...Una vez fui a la cárcel por romper toda una barra de alcohol en Berlín, no he sido novio de una chica hace tres años y me gustaría poder visitar cada país del mundo.
-Vamos, está muy fácil.
-¿Ah, sí? ¿Cuál es entonces, señorita melassétodas?
-Me gusta ese apodo porque es real. Es obvio que es mentira lo de que no has sido novio de una chica en tres años- hubo un silencio.
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Olivia Ross
Teen FictionTe culpas por haber confiado en él. Te culpas por haber confiado en el amor, te culpas por haber jurado que estabas destinada a estar con él. ¿Y qué hizo él? No es tan fácil de explicar. Antes que nada todo comenzó gracias a algo...Una sonrisa, una...