Prólogo.

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Orígenes

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Orígenes.

En los inicios. La oscuridad dominaba todos nuestros alrededores; fuerzas oscuras y destructivas nos guiaban. Los humanos nunca han sido dignos de llamarse a si mismos "bondadosos", por suerte para nosotros, los dioses son más bondadosos de lo que creemos. La diosa de la vida Gea; es tan poderosa como bondadosa, madre diosa de todos los demás dioses, la original, de ella descienden toda la vida del mundo. Nosotros incluidos.

Ella la madre de los espíritus los envío al mundo mundano y les pidió nos enseñaran a vivir. Para que luego los espíritus pudieran volver sin su forma física al Olimpo. Descansar.

Los espíritus de la tierra; los gigantes, viajaron a las llanuras y enseñaron a los humanos cercanos a ellos su magia, los enseño a cosechar y agradecer los frutos de la tierra, la diosa les dio dones a dichos humanos. Los llamaron maestros.

Los maestros de la tierra tenían dos dones en particular. Podían controlar el movimiento de la tierra y sus derivados, volcanes, montes, valles y llanuras. Todo lo que de tierra existiera los obedecía. Otro don, era que podían crear vida, transformar una tierra estéril en tierra fértil; podían hacer que un tronco seco diera frutos, que una semilla naciera sin una pizca de agua. Incluso se decía que podían curarse entre ellos. Eran dadores de vida. Por lo tanto la valoraban.

El espíritu del aire viajo a los bosques, donde encontraron una comunidad de hombres y mujeres a los que les enseño a escuchar. Este espíritu es el único que no tiene forma física concreta, él es omnipresente. Él les enseño la recolección.

Los maestros del aire, esa comunidad de humanos adquirió también dos dones; podían controlar el elemento de aire, hacerlo según su voluntad, pero también podían ver y escuchar el futuro. El aire siempre ha representado el futuro y la prosperidad, avanzar; eso es lo que les enseño a sus maestros. A ver el futuro.

El elemento de agua, el Nokk, viajo a las costas, a los fiordos y archipiélagos, a sus humanos les enseño el arte de la pesca.

Sus maestros manipulaban el elemento y sus variantes, como el hielo y las nubes, todo lo que implicará el agua era suyo. Pero fieles a la profecía que cuenta que el agua tiene memoria; sus maestros también pueden recordar, son guardianes del pasado, pueden verlo, pueden oírlo. Ese es su don.

Nosotros por otro lado, somos miembros del clan de los maestros de fuego. Originarios de las tierras altas, de las montañas.

Nuestros ancestros aprendieron a controlar el elemento de fuego, sus facetas y descontroles, somos los más "inestables" según muchos, se nos describe como bestias rebeldes, pero a mí siempre me ha gustado decir que somos más libres y apasionados.

Maestros Elementales. Tadelsa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora