Violaciones, robos, secuestros, extorsiones, asesinatos, entre otros. Eran los crímenes que Gon buscaba erradicar.
Lo supo desde el momento en el que su madre perdió la vida, y su padre fué secuestrado, todo a causa de una "deuda" con la mafia.
Para él, todo lo que tuviera algo ilícito de por medio era nefasto, odiaba a quienes pertenecían a ese mundo.
Es por ello, que Freecss, había escalado desde muy joven a un puesto tan alto en el FBI con tan solo 19 años, actualmente trabajaba como detective privado, fundó su propia empresa, la creciente NGL, todos esos méritos los recibió a su actual edad de 25 años. Era un monstruo destructor de la delincuencia.
Este detective, era conocido por tomar incluso el más mínimo delito como un caso de seriedad, jamás pasaba por alto crimen alguno, y es que su olfato para la detección de cualquier sustancia o incluso el aroma, sobrepasaban a los de un perro de caza.
En otras palabras, Gon, era un detective perfecto para cualquier situación presente.
Cualquier crimen que se presentase el lo resolvería, jamás tendría mayor problema...
¿O tal vez si?
—Buen día, detective Fruck— saluda la joven recepcionista, Pozu, era la única que mantenía su nombre original en el trabajo.
—Buen día Pozu, ¿Algo nuevo por resolver?— cuestiona el de ojos ámbar con una sonrisa.
—Hay uno, el de un asesino de paga que ha atacado a varios detectives de la ciudad en esta última semana, recomiendo que no se entrom—...
—¡Dime los detalles, investigaré ahora mismo!— casi grita, golpeando ambas manos contra el escritorio de la temerosa chica que tras el impacto contra su mesa pega un pequeño brinco.
Con un suspiro, desiste de intentar ser la voz de razón en su jefe, nadie era capaz de quitarle una idea de la mente.
—Su forma de matar, es algo curiosa, ya que las heridas se asemejan al zarpazo de un león— lee con cierta preocupación —poco se conoce de él, y varios detectives lo han catalogado como un caso imposible de resolver sin perder la vida—.
Pero Gon lo hará, el detendrá a ese desalmado criminal y le hará pagar por cada vida que tomó y cada lágrima que de alguien arrancó.
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Freecss mira de un lado a otro en aquel edificio abandonado, según varios reportes, ese era el escondite del temible Narukami (como había sido nombrado por la gente), varios lo describían como algo inhumano.
Cabello blanco y piel casi carente de color.
Es lo que se puede apreciar en la única fotografía que el caso killer cat ha logrado conseguir, una fotografía en la que el individuo se encuentra en movimiento, se nota a simple vista que es veloz.
