10. Egoísta

167 29 1
                                        


"¡¿Qué le dijiste?!" Casi tuvo que cubrirse los oídos ante la aguda voz de su amiga.

"Sólo llevamos saliendo dos meses." Se defendió el rubio, levantando las palmas de las manos, preparado para protegerse de algún repentino golpe.

"En una situación diferente, tendrías razón, pero te ha pedido que estés con él mientras sale del armario con su padre. ¿No entiendes la importancia de eso? Sakura estaba cada vez más enfadada y el chico no comprendía el porqué.

Sasuke estaba cansado, llevaban más de una hora en ese restaurante, y más de veinte minutos con Sakura haciendo un drama porque Naruto no quería ir a cenar con la familia de Gaara. Comprendía lo que su amiga quería hacer entender al rubio, pero como el bienestar emocional del mapache le importaba nada y menos, defendía la postura de Naruto.

"Por lo que sé, su padre fue una figura política muy importante en su ciudad hace unos años y se caracterizaba por su actitud conservadora. Tú cómo crees que vaya a tomarse que su hijo le diga que es gay." El mencionado se mantuvo en silencio, pensativo, parecía estar comprendiendo. "Va a ser uno de los momentos más importantes de su vida y te ha escogido a tí para que le acompañes. Y tú le has dicho que no." La chica intentaba no alterarse, pero se notaba que le estaba costando mantener la compostura. "¿Cómo crees que se siente ahora mismo?" Sakura colocó una de sus manos en el hombro del rubio, acercando su rostro. "Gaara siempre ha intentado ayudarte y apoyarte en todo, le gustas desde hace años... si tú no sientes lo mismo, ¿por qué estás saliendo con él?"

El moreno se sorprendió ante lo escuchado. Hasta el momento, no se había preguntado eso. Estaba tan centrado en recuperar la atención de Naruto, que no se preguntó el verdadero motivo de esa relación. Porque su amigo no quería al pelirrojo. Eso era evidente. Así que debía haber otro motivo.

Miró al rubio, que parecía igual o más sorprendido. Aquello no era bueno, Naruto se había percatado de su error y no podía perder la oportunidad de una posible ruptura debido a la inmadurez del rubio.

"Naruto." Le llamó, interrumpiendo el discurso de su amiga. "Sólo lleváis saliendo dos meses. ¿Quieres que se repita lo que pasó con Hinata?" Esa niña, a los pocos meses de estar saliendo, ya estaba planeando cómo sería su futura boda. Y no solo ella, también su familia.

Sakura se mordió los labios, reprimiéndose. Sasuke sabía que no se atrevería a contradecirlo y creyó que la discusión habría terminado, de no ser por la expresión culpable en el rostro de Naruto.

"Comencé a salir con Hinata porque me sentía solo, con Gaara es diferente." Musitó mientras miraba su teléfono. Sakura sonrió ampliamente y le palmeó la espalda, orgullosa por lo conseguido. Sin embargo, aquellas palabras se clavaron en el pecho del moreno. ¿Había olvidado tan rápido lo que pasó la tarde anterior?

Tras la videollamada, charlaron un poco mientras jugaban videojuegos. Naruto se quejaba de lo incómodo que sería cenar con su suegro y Sasuke le daba la razón. Después ayudó a su amigo a sacar los adornos de Navidad y quedaron en montar el árbol después de las compras. Un poco más tarde, el moreno tuvo que volver a casa, pero su amigo le acompañó hasta la puerta para ofrecerle un incómodo "hasta mañana", que en realidad significaba "no te vayas". Al menos, así lo interpretó el mayor, que deseo eliminar los centímetros que le separaban de su amigo, pero prefirió respetar la tensión que se formó tras la llamada. Después de todo, tenía tiempo de sobra para hacer lo que quisiera con su amigo.

Aún tenía el chupetón que le hizo y que malamente disimuló con el cuello de una camisa. Pero el rubio parecía haber olvidado todo, pues comentaba efusivamente los precios de los distintos trenes y buses para ir a visitar a su novio. Charlaba con Sakura sobre cómo lo sorprendería y lo fantástico que sería el regalo que le compraría.

Sasuke no quería estar allí. Ver a su rubio, tan entusiasmado y feliz, por una persona que no era él, dolía. A su mente volvió la pregunta de "¿Por qué estás saliendo con él?" y se repitió de forma enfermiza dentro de su cabeza, pero se negó a formular una respuesta. Naruto no quería a Gaara, sólo estaba aburrido. No quería al mapache, no, al menos, no más que a él.

Observó de reojo a su amigo, que tenía un semblante claramente más relajado que el de ayer. Porque podía notar la culpa en los ojos del chico cada vez que se atrevían a cruzar esos tentadores límites. Sasuke lo sumergía en una insana mentira, tan dolorosa y oscura, que incluso corrompía la natural luz del rubio. Tal vez, debía aceptar la realidad y renunciar a su caprichoso y egoísta anhelo. Tal vez, Naruto sería más feliz en ese limbo que denominó como amistad.

A pesar del dolor que le causaría renunciar, sería lo mejor para ambos. Eso pensó Sasuke, al menos, hasta que notó esos ojos azules mirándole, acompañado de una sonrisa abrumadoramente brillante.

"¡Vamos! Hay regalos de Navidad que comprar. Más te vale escoger algo barato, imbécil." Naruto tiró de su mano y estuvieron así unos segundos hasta que el moreno despertó de ese sueño donde solo existían ellos dos y se puso de pie.

A la mierda la humildad. Ese rubio sería suyo y de nadie más. Que se joda su puta cordura. 

No lo hagasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora