IV

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Había pasado una semana entera desde la última noche que lo vio. Cada que el sol salía Louis entendía que eso significaría otra larga espera hasta que la luna se hiciera notar en lo alto del cielo. Estaba viviendo con la incertidumbre de si, otra vez, el insomnio sería su compañero de noches; o si Harry ocuparía su lugar.

Tal vez estuviera idealizando un poco, pero al momento de dejar ser sus sentimientos no dudaba ni un segundo en que necesitaba volver a sentirlo consigo. El contacto le alborotaba los sentidos, y aquella voz le hacía encogerse para tomar una postura pasiva inconscientemente. Y no es que fuera fácil que Louis se volviera dócil ante una persona, pero este era un caso diferente.

Cada noche que el insomnio dejaba de apresarlo y abría paso a los sueños, imaginaba cómo se sentiría la mirada de Harry sobre él. Se preguntaba si sus ojos serían tan verdes como los que aquella vez su imaginación recreó. Y de vez en cuando, al despertar de forma abrupta por alguna pesadilla, el sentimiento de seguridad al pensar el Harry le permitía volver a caer en un cálido descanso hasta la mañana siguiente.

Por otro lado, unos ojos verdes se dedicaban a vigilarlo desde lejos cada noche, controlando que el pequeño ojiazul se encontrara seguro en su hogar; fuera de peligro. Pero como si de una cadena se tratara, el padre de Harry vigilaba a ambos; y con un sentimiento de rabia en su pecho, no tuvo más remedio que actuar sobre las circunstancias.


֎֎֎


Era noche de viernes y Louis había quedado con Gigi para asistir a una fiesta en casa de Liam por su cumpleaños. Iría toda la escuela, ya que era un chico muy popular allí. Así que se preparaban para excesos con adolescentes drogados, ebrios y exaltados por todos lados.

Louis estaba en su casa esperando a que Gigi llegara. Había tomado un chupito y tenía la música a tope en el living mientras iba a tomar una ducha y estaba atento al llamado de su amiga.

Al dirigirse a su habitación a comenzar a colocarse un buzo negro de unas tallas mayor y unos pantalones beige sueltos, recibió un mensaje de Gigi comentándole que había conocido a un chico que se ofreció a llevarla a la fiesta. Louis suspiró y le envió otro mensaje diciéndole que no se preocupara, que se encontrarían una vez lleguen a la casa del evento.

Salió de su cuarto y tomó la botella de alcohol de la mesa del living para servirse su segundo trago de la noche. Los parlantes reproducían "Look after you" - The Fray, y la angustia comenzaba a invadir su cuerpo.

Al terminar el trago, y como si sus deseos fueran ordenes, esa voz se hizo escuchar en el ambiente.

—No deberías tomar tanto si vas a manejar.

Y ahí estaba otra vez, ese sentimiento de docilidad y alegría que lo hacía sentir más ebrio que el puro alcohol.

—¿Por qué entras a mi casa y me asustas cuando te apetece?

—Porque soy un maldito vampiro y puedo hacerlo cuando tenga ganas—murmuró cerca de su oído izquierdo.

Louis se tensó de inmediato. Así que, era cierto... era un vampiro. Cerró los ojos sintiendo la lenta respiración de Harry marcando un camino desde el lóbulo de su oreja hasta lo largo de su cuello.

» —Además, luces complacido más que asustado.

Ese comentario dibujó una sonrisa genuina en el rostro de Louis. Inmediatamente, tomó valentía y añadió: —Déjate ver... si eres valiente, claro.

ᴱⁿʲᵒʸ ᵀʰᵉ ˢⁱˡᵉⁿᶜᵉ » ˡᵃʳʳʸ ˢᵗʸˡⁱⁿˢᵒⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora