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Al momento del impacto del camión en su vehículo, pensó que allí terminaría todo para él, de no ser por unos brazos que envolvieron su cuerpo un poco antes de quedar inconsciente.

Todo sucedió muy rápido cuando estuvo consciente y pudo divisar, por primera vez, a Harry. El chico lo zamarreaba y le hacía preguntas que no pudo escuchar bien debido al estado de shock en el que se encontraba. Intentó mantener los ojos bien abiertos para poder apreciar al ojiverde; lo tenía justo en frente de él, el sentimiento se hacía cada vez más real. Se sorprendió al ver que su imaginación no lo había engañado, que esos ojos verdes eran reales, ese pelo enrulado, esos labios rosados; eran palpables, estaban ahí. A los pocos segundos, se dio cuenta de que no podría permanecer de pie por mucho tiempo más; y por segunda vez, volvió a entregarse en brazos de la inconsciencia.

Despertó nuevamente, percatándose de la situación en la que se encontraba: Harry cargándolo al estilo nupcial, con un semblante entre preocupado y enojado que se suavizó cuando Louis abrió los ojos. Estaban en un bosque de altos pinos que hacían extender las sombras, dando un aspecto espeluznante; y a unos pocos metros, se podía observar la carretera llena de patrullas y ambulancias, posiblemente intentando rescatar sobrevivientes o tomando acción al no hallar conductor en el auto.

—Te dije que no condujeras, ¿por qué no me hiciste caso? ¿Eh? —habló Harry tensando la mandíbula y clavando la mirada en Louis, quien se sintió terrible e inmediatamente sus brazos rodearon el cuello del ojiverde.

—Oh por dios... eres real. Puedo verte, estás dejando que lo haga.

Harry, que quedó sorprendido por el atrevimiento del ojiazul, se calmó un poco y agregó: —Hey... ya puedes verme, Louis—lentamente fue desplazando sus manos hacia su espalda, para finalmente fundirse en un cálido abrazo.

»—No volverás a desobedecerme —con una mano agarró el mentón de Louis, haciendo que lo mirara a los ojos—, ¿De acuerdo, pequeño?

El menor, con los ojos llorosos a punto de desbordar sus lágrimas, terminó asintiendo mientras sorbía su nariz.


֎֎֎


Su día concluía en su casa. Harry, quien aún se encontraba con él, lo ayudó a alistarse para dormir.

—Harry—llamó el ojiazul, quien se encontraba sentado en el borde de la cama. El más alto se dio vuelta y esperó, atento, a que prosiga.

Al no oír respuesta, Harry se fue acercando, despacio, con una mueca de arrogancia en su rostro. Se acomodó de manera tal que encajó entre las piernas de Louis, lo tomó por la mandíbula para alzar su mirada y con el dedo pulgar inició pequeñas caricias en su mejilla.

—Mírame. Estoy aquí, soy real—el chico asintió, aún embobado ante la situación—. Adelante, puedes tocarme; siénteme.

Alzó una mano para llegar a una de las mejillas de Harry y éste, por pura inercia, acercó el rostro. Al sentir el suave toque de esas pequeñas manos, cerró los ojos y disfrutó el sentimiento.

—No desaparecerás, no de nuevo—dijo, tratando de convencerse.

—No de nuevo, Lou—Estaban tan cerca que podían sentir el aliento del contrario golpear en sus semblantes.

—Duerme conmigo, por favor. Solo esta noche—murmuró Louis.

Harry asintió, tomó la mano de Louis y lo llevó hasta el otro extremo de la cama. Se recostaron en una posición que los dejaba enfrentados; Louis teniendo a la vista solo unos pocos detalles de la cara de Harry, y éste último, pudiendo admirar cada detalle del sublime rostro del más pequeño; gracias a los destellos de luz que la rellena y radiante luna brindaba.

ᴱⁿʲᵒʸ ᵀʰᵉ ˢⁱˡᵉⁿᶜᵉ » ˡᵃʳʳʸ ˢᵗʸˡⁱⁿˢᵒⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora