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Era un domingo bastante nublado. Usualmente Louis se quedaba en su casa leyendo algún libro en el patio—amaba los días grises—, pero sus amigos tenían otros planes. Decidieron, entonces, ir a un parque de atracciones conocido de Castelluccio. Niall lo pasó a buscar ya que el auto de Louis había quedado destrozado en el accidente, aunque recibió el dinero correspondiente de parte de la aseguradora.

 Una vez llegaron al lugar se encontraron con Gigi y Liam; el castaño en poco tiempo se había convertido en un amigo en quien era seguro depositar la confianza; era una persona carismática y amable que nunca juzgaba lo ajeno. 

El parque era una urbanización en medio de un desierto, alrededor no había más que tierra y carreteras. Montañas rusas, norias y demás juegos extremos irradiaban colores neón. Las ferias de comida y juegos estaban iluminadas por focos de luz amarillenta. Desde la entrada del parque se escuchaban canciones peculiares que, al parecer de Louis, su ritmo acelerado se asemejaba al revoloteo de una mosca, algo que le ponía los pelos de punta. Niños felices por doquier, gritando y saltando de emoción. En ese momento el sentimiento de arrepentimiento lo invadió por completo.

—Niall, ¿puedes recordarme por qué acepté venir? —dijo Louis emitiendo un bufido al ver a un niño adelante en la fila haciendo un berrinche a su madre por quién sabe qué.

—Porque adoras a los niños —Louis le dio una mirada de incredulidad en respuesta—. ¡Vamos! Intenta divertirte solo por hoy, mañana podrás ser el amargado de siempre si deseas.

Avanzaron en la fila hasta que llegó su turno. Notaba a Niall inquieto a su lado, palpando con sus manos su ropa, buscando alguna cosa en los bolsillos. Gigi y Liam entregaron sus entradas e ingresaron al parque.

—Louis —dijo Niall tomando la mano del castaño. Éste lo miró confundido—, perdí la entrada. 

—Entrada, por favor.

—No la tengo, lo siento— miró hacia todos lados, excepto al seguridad del parque, intentando tener alguna ocurrencia que lo hiciese zafar de la situación—.  ¿Me dejas pasar a cambio de una cita en la noria con mi amigo?

—¡Niall! —se indignó Louis arrastrando a Niall fuera de la fila.

—¡Apuesto que es el hombre más guapo en todo el parque! —gritó Niall, ya desde lejos, en dirección a la boletería. Ante este comentario, las señoras lo miraron con desaprobación.

—¿Acaso intentas prostituirme por una entrada?

—Por dios, Louis, ¿qué haré ahora? Tendré que vender mis órganos por una entrada. ¡Me quedaré sin dinero para el algodón de azúcar!

Louis rodó los ojos, quería reírse en la cara de Niall pero el rubio corrió hacia la fila de la boletería antes de que una niña le robara el lugar.

Mientras tanto, Gigi y Liam los esperaban en una carpa de mini feria. Liam iba por su tercer tiro y aún no lograba derribar las latas de la pirámide, en su defensa estaban demasiado lejos.

—¿Por qué tardan tanto si venían detrás de nosotros? —protestó Gigi observando cómo Liam iba por su cuarto tiro y apenas derribó dos latas— Deja de intentar, te gastarás todo el dinero.

—De ninguna manera, quiero conseguir un peluche para ti—concluyó el castaño, agotando su último tiro y llevando una mano a su bolsillo para tomar más dinero.

—Dudo que derribes todas las latas, tu precisión es pésima.

Ambos dirigieron la mirada hacia atrás. El hombre que llevaba un rato presenciando la situación habló. Era un tanto mayor, esbelto y con rasgos árabes.

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⏰ Última actualización: Feb 26, 2023 ⏰

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ᴱⁿʲᵒʸ ᵀʰᵉ ˢⁱˡᵉⁿᶜᵉ » ˡᵃʳʳʸ ˢᵗʸˡⁱⁿˢᵒⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora