Capitulo 11: Lluvia.

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Antes de leer.

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Ora si, enjoy!

(...)

El agua caía con fuerza del cielo, las nubes grises cubrían todas las montañas. Mientras que el agua fría llenaba el bosque con vitalidad.

Izuku jadeaba sonoramente sobre su nido al rubio le importaba poco el hecho de que fueran ensuciadas, ya podrían lavarlas y buscar nuevas después.

—Vamos joven Izuku, solo puje un poco más.- Torino, el Omega curandero de la aldea estaba a los pies del Omega quien tenía las piernas alzada y abiertas mientras pujaba todo lo que podía.

El rostro del Omega estaba rojo por el esfuerzo, habían otro par de omegas en la cabaña y Katsuki sostenía su mano dándole fuerzas verbalmente, todo lo que podía.

Aunque Katsuki estaba allí para ayudar al pecoso, no estaba mejor que él, Katsuki podría jurar que los huesos de su mano habían tronado, sus dedos estaban casi morados y no se ponían mejor cada vez que el Omega tenia una contracción.

—D-Deku cariño, respira profundo y afloja un poco tu agarre en mi mano.- el rubio solo quería que su mano no fuera triturada, y parecía que sería así en cualquier momento, pero el pecoso no se la iba a soltar tan fácil.

—¡Cállate Katsuki, ésto es culpa tuya, maldito pervertido!- Izuku estaba enojado, muy enojado y su cuerpo dolía como los mil demonios, sentía como sus caderas iban anchandose, era como si sus huesos se estuvieran partiendo a propósito.

El pecoso soltó un alarido de dolor mientras seguía tratando de pujar y Katsuki se mantuvo en silencio aguantando su angustia y el dolor de su mano, sabía que ese dolor era insignificante en comparación del dolor que sentía el Omega.

Trataba de que su aroma fuera tranquilizante para el pecoso, la lluvia afuera no había disminuido ni un poco y el ambiente se sentía frío por eso, el sonido del agua al caer hacía que los gritos del pecoso fueran casi nulos y los que estaban fuera de la cabaña no los escuchaban con claridad. 

Torino y los otros omegas se movían de un lado al otro, Denki calentaba el agua en la chimenea, Jirou estaba al lado del Omega pasándole mantas y estando al pendiente.

Katsuki tomó un pañuelo y secó el sudor que se escurría por la frente del pecoso, podía notar el temblor en su cuerpo, más en las piernas era lo que más le temblaba al Omega.

—Vamos Izuku, tú eres fuerte puedes hacerlo—. el rubio trató de animar más al pecoso para que diera su mejor esfuerzo e Izuku trató.

Un par de horas, más o menos, Izuku respiró hondo y dió un fuerte alarido, el silencio inundó la habitación por unos segundos solo la lluvia torrencial se escuchaba desde afuera.

Solo entonces un relámpago sonó alumbrando el cielo, un fuerte lloriqueo se escuchó en el lugar, Torino tenía el cachorro en brazos tratando de envolverlo rápidamente en una pequeña manta.

Bárbaro. (Katsudeku./Omegaverse.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora